"Orquesta Cachi Anaya: 78 años de tradición musical"
Setenta y ocho años después, la orquesta del Cachi Anaya sigue vigente. El bajo y el saxofón, el órgano y las percusiones siguen pariendo las notas que inmortalizaron a Glenn Miller y María Grever.
En las vísperas del Día del Músico, el representante de la orquesta, Jesús Anaya Landeros, rememora los inicios de la agrupación, primero como orquesta Royal, por el cine en los 30 se localizaba en Miguel Hidalgo, antes de la Álvaro Obregón.
"Antes se usaba que las orquestas tocaran en los pórticos de los cines para que la gente llegara. También adentro, entre tanda y tanda se tocaba para entretener al público", expresa.
Épocas de los grandes bailes en el Casino Culiacán y la Sociedad Mutualista de Occidente, en el Danubio o el Club Atlético del Humaya, amenizado por las orquestas Royal y La Estrella.
La integración a la orquesta de Salvador "El Cachi" Anaya, cuando era dirigida por Inocencio Palazuelos.
"Con el tiempo vinieron los arreglos musicales de las grandes orquestas. Por aquel entonces se tocaba 'El sonrisas', el 'Yo me siento millonario', pero ya empezaron a llegar arreglos especiales para orquesta. Se hizo más grande la orquesta. Tres saxofones, dos trompetas, un trombón, bajo, batería y guitarra".
Los valses y danzones brotan de los instrumentos. Hoy no es el ayer. La orquesta no ameniza las celebraciones del ayer. El público es un puño de parroquianos y bohemios que gastan las últimas horas del día al amparo de los arpegios y los acordes, de los bemoles y los sostenidos, de las blancas y las corcheas.
Hoy es el día santa Cecilia, la patrona de los músicos y los músicos tañen y percuten los instrumentos previo a festejo. A la "pisteada".
Anaya Landeros continúa.
"En 1938 estuvo 'El Negrumo' tocando la batería con mi papá y Pedro Infante tocando y tocando la guitarra. Por cierto que nunca sale eso ahí en la biografía de Pedro Infante. Lo que él sabía de violín mi papá se lo enseñó".
"Moonlight Serenade", de Miller, se escucha. La bohemia se respira. Parroquianos con la mano en el dominó y el oído en el "St. Louis Blues" y los músicos poseídos por la armonía y el contrapunto, en la víspera de los festejos por el de Santa Cecilia en su día.