"Paradas continuas en las huellas del narco"
"Ese Ramón Arellano, ahí donde está usted sentado, ahí lo traje yo, yo lo cargué dos días. Él venía mucho para Carnaval, lo traje de compras. No sabía que era él, pero cuando se bajaba a comprar se le veía acá el pistolón. Iba bien armado el bato, pero era bien a todo dar", comenta Fidel, un pulmonero del puerto, al iniciar un recorrido turístico por el Malecón.
"Me regaló un Buchanan's y al otro día que lo matan. Me dicen los compañeros, 'Oye, el pelón que cargabas ayer, lo mataron por acá atrás', bien me pudo pasar a mí".
"¿Oiga, y si nos puede llevar ahí donde pasó eso?", pregunta uno de los pasajeros que iba de copiloto, a lo que el pulmonero responde afirmando, incluso con la cabeza, "¿Y hay un recorrido así como de los lugares....?".
El viajero no alcanza a terminar la pregunta cuando Fidel se apresura a indicar con la mano la legendaria discoteca de los años 80, Frankie Oh!, propiedad de Francisco Arellano Félix, que además fue escenario de varios hechos violentos.
"Pancho Arellano era de los narcos más fuertes que han habido en el País, hermano de Ramón", manifiesta el conductor y a partir de este momento, lo que sería un recorrido turístico por los lugares más emblemáticos de Mazatlán, se convirtió en un "narcotour" que inició sobre la Avenida del Mar, pasó Olas Altas, el Cerro del Vigía y culminó en Zona Dorada.
El transportista hace paradas continuas en cada uno de los puntos caracterizados por tener una historia vinculada con el crimen organizado.
¿Aquí fue dónde agarraron a "El Chapo"?
"Sí, era mi compadre, yo le dije que se pelara de aquí, pero no me hizo caso", expresa el chofer como bromeando, mientras su pulmonía pasa frente al edificio de condominios Miramar.
"¿Quieren adrenalina verdad?", cuestiona el pulmonero a los usuarios. "Se llama narcotour", dice.
Oiga, ¿y sí se lo piden seguido el narcotour?
Pues si en el recorrido pasamos por los lugares estos, sí se les dice.
¿Y sí está vigilado aquí?
Pues sí, debe de estar vigilado el puerto, imagínese lo que pasó.
Ya en confianza, cientos de historias salen a la luz narradas por el acompañante al frente del volante.
"Ustedes no sabían que 'El Cochi Loco' era parachutero de playa, fue taxista, de ahí brincó a los parachutes. Se compró una camioneta y empezó a engordar cochis, de ahí salió el nombre del 'Cochi' y como era muy locochón, pues ya se le puso ese 'Cochi Loco'", narra al ver a lo alto, en una pendiente del Cerro del Vigía, la supuesta casa del narcotraficante, que Fidel asegura que fue donada para habilitarse como centro de rehabilitación.
"El Chapo tenía su loquera y todo, pero hacía caridad. Dicen que a los de la Sierra Tarahumara, ahora con el frío, les mandó cuatro tráileres de comida y de cobijas", comenta, mientras un corrido se escucha de fondo.
Fidel seguía mencionando cada uno de los monumentos de la ciudad, como el del Pescador y el de la Mujer Mazatleca, pero continuaba haciendo paradas continuas en los sitios con historias sobre el narcotráfico, incluso hubo un momento del recorrido en el que también se incluyó.
Comparte su "travesía" al ingresar al mundo del narcotráfico en los años 80, cuando supuestamente vendía droga.
El nombre de Miguel Ángel Félix Gallardo salió a relucir cuando se estacionó frente al hotel El Dorado, también el de "El Carlillos" Tirado al pasar frente al edificio contiguo de Miramar.
Finalmente el paseo terminó relatando la muerte de Ramón Arellano Félix, a las afueras de lo que era el hotel Azteca Inn, en la Zona Dorada.
"Aquí mataron al Arellano ése que le digo, aquí afuera del hotel", comenta el pulmonero minutos antes de terminar el viaje, despidiéndose con un saludo y aconsejando cuidarse a los turistas a bordo.