"Portalito"

"¡Vivan la concha y la ignorancia!"
06/11/2015

    José Refugio Haro

     


    Parafraseando a Joaquín Sabina: “más solo que un pingüino en un garage”, de frente a la columna de barberos del medio político y de los medios de comunicación, se observa a veces al líder de opinión Andrés Manuel López Obrador. Se puede tener la razón y sin embargo no el reconocimiento, eso es ya de sobra conocido cuando en un entorno cohabitan la ignorancia y la corrupción. Los aviesos gritan ¡Muera! y los ignorantes replican, sumándose.
    Algunos amigos nos confían: ¿Qué pasaría si no estuviera ese dirigente que intermitentemente está sacando a relucir los hechos de corrupción, negligencia o simples mentiras de los funcionarios de este gobierno? Pues, se irían de una, tranquilos, a cumplir sus objetivos personales y a afirmar aquello de que les acusa la oposición, pero sin estorbo alguno.
    Las revelaciones de AMLO han sido tan estridentes y estrujantes que si hubiera justicia en este país todos estaríamos asistiendo a cambios en la moral política y en el cumplimiento de las responsabilidades de los gobernantes, pero, como dijo en una ocasión el político tabasqueño Enrique González Pedrero, “en México no pasa nada, y cuando pasa, no pasa nada”, aludiendo a la gruesa concha de los políticos y el exagerado estoicismo ¿agachismo?de los mexicanos.
    El todavía secretario de Gobernación de Calderón, Juan Camilo Mouriño, sigue sentado en la silla de la política interior del país, y no parece haber denuncia de delito alguno que él probablemente haya cometido que valga para que produzca siquiera una declaración de Felipe Calderón. ¿Será cierto, como ellos piensan, que con no hacer caso a las acusaciones que les haga el tabasqueño, nada sucede? ¿No existe la censura ciudadana en México, al igual que no existe la crítica hacia el “supremo gobierno” proveniente de los monigotes vendidos de la tele vestidos de analistas y conductores?
    Este adormecimiento palpable en buena parte de los mexicanos debería ser motivo de estudio mayor porque hay más que evidencias de negligencias, complacencias y corruptelas que ameritarían llamar a cuentas a muchos, y sin embargo se siguen moviendo en el gobierno o en el ex gobierno.
    No puede ser verdad que los mexicanos no entendamos los claros signos que están en el aire.

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