"Puente aeropuerto: Un jardín colgante como el de Babilonia para Culiacán"

"Oportunidad de transformar un yerro en el Paseo del Amor y la Amistad, con lo mejor de la tierra y la belleza que con tanto fervor se lucen como atractivos turísticos"
09/11/2015 11:37

    Adrián García Cortés

    ¿Para qué sirves tú?, le preguntó la amistad al amor. Para reparar el daño que hayas hecho, le contestó el amor.
    Podrán verterse opiniones en pro y en contra, adjetivos de agravios y desagravios, o simplemente sobre discordias de autoridad y/o responsabilidad en torno a la construcción del puente de acceso al aeropuerto internacional; hecho el daño propalado, lo que importa es repararlo en cualesquiera acciones de conciliadores acuerdos.
    El problema, hasta ahora, se ha planteado con disyuntivas extremas: se conserva con un uso muy limitado mientras se resuelven alternativas que le den vialidad a la zona afectada; o se demuele, devolviéndole a la calzada su viabilidad original.
    Ambas son altamente costosas: una, requiere el doble gasto de lo invertido o por invertir: otra, también reclama una inversión a fondo perdidos para desaparecer el puente.

    ¿Quién deberá pagar los
    platos rotos a Culiacán?

    Otro problema a dilucidar es: ¿Quién ha de pagar los costos? ¿Quien cometió el error de origen, o las entidades que supuestamente iban a ser beneficiadas?
    Lo que queda claro es que tan culpable pueda ser quien consintió la obra como el que la proyectó y financió. Queda aquí como verdad absoluta el verso de Sor Juana Inés de la Cruz: ¿Quién es más de culpar, el que mata la vaca o el que detiene la pata? Lo lastimoso, en todo caso, sería que cada parte involucrada se empecine en mantener una posición polarizada, por cuestiones meramente políticas que si mucho tuvieron que ver en la decisión del proyecto, nada tienen que hacer en la solución que se adopte.
    Hay, sin embargo, una solución catártica que bien puede dar cumplimiento a la partes y a Culiacán una posición histórica, artística, turística y, sobre todo, de manifestaciones de amor y amistad que eliminarían cualquier disturbio de inconformidades rezagada.
    Se trata, en el estado de avance en que está la obra, de convertir al inmueble en una muestra de amor y amistad, como lo fueron, en su momento, el Taj Mahal en la India o los Jardines Colgantes de Babilonia en la antigua Mesopotamia, del hoy torturado Iraq, junto al río Éufrates, hace ya más de 2 mil 600 años.

    Arquitectos visionarios ven
    posible el Jardín Colgante

    Grupos de arquitectos, preocupados por un final feliz de este desaguisado de funcionarios federales, están preparando diseños para convertir al puente, en el estado en que se encuentra, en un paseo jardín colgante como lo fue esa maravilla del mundo antiguo en Babilonia. Los encabezan Jorge W. Hernández Monge y José Manuel Acosta Bernal.
    La razón de su interés es, en primer lugar, hacer cuanto sea posible para que la inversión hasta ahora convertida en columnas y trabes, no se tire por la borda; y que si ha de optarse por la demolición, que en lugar de esto se aplique el gasto que ocasione en generar un símbolo, un homenaje permanente a la belleza y al amor, convirtiendo la obra en una especie de bienvenida o despedida a todo visitante que llegue a Culiacán o se encamine a las playas.
    En segundo lugar, limar asperezas en las partes involucradas, aceptando cada cual su culpa --si la hay--, pero concurriendo a que la conciliación, como el vocablo mismo lo clama, sea una manifestación mutua de amor y solidaridad, no a los actores políticos, sino al pueblo de Sinaloa y, más específicamente, a Culiacán. Aquí habría que reiterar el viejo adagio: ¡es de humanos errar!, pero es de sabios perdonar o enmendar los yerros.

    Culiacán y Mesopotamia se
    hermanan en tiempo y forma

    ¿Por qué Jardines Colgantes como los de Babilonia? Porque Culiacán tiene escenarios y características geográficas semejantes a la Mesopotamia babilónica donde Nabucodonosor II construyó sus Jardines.
    Veamos algunas similitudes: clima cálido, semidesértico, ríos que se unen, capital de un imperio, ciudad metropolitana, lugar de colinas y montes, terrenos llanos, polvos arenosos o muy finos, y por supuesto de horizonte gris durante el día y esplendoroso en los atardeceres.
    Los Jardines Colgantes de Babilonia fueron construidos alrededor de 600 aC, a orillas del río Éufrates, 50 kilómetros al sur de Bagdad, Iraq. Estaban junto al palacio del rey, al lado del río, para que los pudieran contemplar los viajeros. El acceso estaba prohibido al pueblo.

    Un regalo de amor a la
    esposa de lejana tierra

    Según narraciones posteriores, Nabucodonosor II rey de los caldeos, hizo los jardines para su esposa AMYTIS, hija del rey de los medos, quien extrañaba su hogar: un lugar de colinas y montes, cubiertos de pastos verdes. Fue una manifestación de amor para que ella recordara las montañas de su florida Media que contrastaban con las llanura desérticas de Babilonia (La Media fue un antiguo imperio conquistado y anexado a Persia. Estaba al noroeste del actual Irán, y se hallaba en la Ruta de la Seda desde el oriente lejano hasta Europa. Tierra fértil y proveedora de suministros diversos; montañas verdes y floridas).
    El geógrafo griego, Estrabón en Siglo I aC describe los Jardines Colgantes de Babilonia: "Éste consta de terrazas abovedadas alzadas unas sobre otras, que descansan sobre pilares cúbicos. Éstas son ahuecadas y rellenas con tierra para permitir la plantación de árboles de gran tamaño. Los pilares, las bóvedas y las terrazas están construidas con ladrillo cocido y asfalto".

    Terrazas cubiertas de
    flores y plantas exóticas

    Aunque ningún historiador vio lo que describe las referencias se multiplican.
    Unos dicen: Los jardines colgantes tenían plantas cultivadas arriba del nivel del suelo y las raíces de los árboles estaban empotradas en terrazas escalonadas.
    Pilares de piedra sostenían la estructura. El pasto era permanentemente verde y las hojas de los árboles crecían con ramas flexibles. Las terrazas estaban cubiertas de flores y plantas exóticas. Los cipreses y las palmeras daban sombra. En el aire se respiraba un grato olor de plantas y flores aromáticas. Nabucodonosor exigió árboles y plantas exóticas.
    Otras cuentan: Las terrazas eran regadas como si se tratara de un sistema único de riego. Se construyó una red que permitiera que a ninguna terraza o jardín le faltara agua. El agua del Éufrates se elevaba para que el riego se diera por gravedad, desde la terraza más alta, de donde bajaban varios arroyuelos.

    Rudimentario pero eficaz
    fue el sistema de riego

    Se cree haya sido un sistema de "bomba de cangilones". Dos grandes ruedas conectadas mediante una cadena sin fin, daban vuelta y las cubetas se sumergían dentro de un pozo y recogían el agua. La cadena transportaba las cubetas hacia la rueda al nivel de las terrazas donde se vertía el líquido a una alberca superior. Las cubetas vacías continuaban rotando, pasando de nuevo por el pozo interior. No hay ninguna prueba que apoye esta teoría; tampoco que demuestren que los jardines existieron, pero a pesar de eso, los jardines se oyen exquisitos.
    "Según una leyenda, en cambio, los jardines habrían sido construidos en el Siglo 11 aC, cuando reinaba Babilonia Semíramis como regente de su hijo Adadnirar III. Fue una reina valiente que conquistó la India y Egipto. Pero no resistió que su hijo conspirara para derrotarla y terminó suicidándose". (Wikipedia)
    Entre mitos y leyendas, podemos resumir: Babilonia, fundada hacia 2,500 aC, tuvo importancia 500 años después, durante el reinado de Nabucodonosor II (605-562 aC). Fue, sin duda alguna, un regalo de amor. Los jardines se construyeron llevando a la ciudad grandes rocas, que a diferencia de los ladrillos utilizados en la época, eran más resistentes a la humedad y la erosión.
    Con el fin del imperio babilónico y la decadencia de Babilonia, los jardines fueron abandonados. Cuando Alejandro Magno llegó a Babilonia, siglo IV aC, los jardines ya estaban parcialmente en ruinas. Los jardines fueron destruidos por el rey Evemero en año 125 aC.

    La arqueología devela la
    incógnita de los jardines

    Hoy día no queda ningún rastro de los Jardines, aunque existen "tablillas" que describen el palacio, la ciudad de Babilonia y sus muros. Excavaciones arqueológicas reciente en espacios donde estuvo Babilonia, descubrieron el asentamiento del Palacio. Otros hallazgos incluyen la construcción abovedada con paredes gruesas y una irrigación cerca del palacio meridional.
    Un grupo de arqueólogos examinó el área meridional del palacio y rehizo la construcción abovedada como los Jardines Colgantes. Sin embargo, Estrabón había indicado que los jardines estaban situados en el río Éufrates, mientras que la construcción abovedada está alejada varios cientos de metros. Reconstruyeron el lugar del palacio y localizaron los Jardines en el área que se extendía del río al palacio.
    En la orilla del río, las paredes recién descubiertas de 25 metros de espesor pudieran estar escalonadas en forma de terrazas, tal como las describen las referencias griegas. Sin embargo, hay pocas pruebas para cualquiera de estas teorías, pues no se menciona nada en los numerosos documentos babilónicas de la época.

    Sinaloa y Culiacán necesitan
    una prueba de amor, sólo una

    Volviendo al puente del aeropuerto: éste se halla entre el río y un canal de riego. Por proximidad de agua y con las técnicas de captación y transporte que realiza JAPAC, esto no sería un problema. Además, en las cercanías hay una pequeña planta de tratamiento primario que mucho ayudaría a mantener vivo el riego a los jardines.
    En cuanto a la construcción, ésta ya está casi terminada con sus pilares, trabes y calzadas; faltarían las rampas de acceso, previstas para rellenarlas con tierra, que se podrían convertir en escalinatas grandilocuentes flanqueada de monumentos alusivos a las bellezas sinaloenses.
    Los pilares podrían ser conductores de cascadas y, en ocasiones, con juego de luces como ocurre en el lago frente a la isla de Orabá, y alrededor de ellos jardineras o estanques para el reciclado del agua.
    Igualmente, en los huecos que dejaran las columnas en sus bases, podrían también diseñarse jardineras y en sus cercanías plantar árboles de la región que lucen de modo brillante su belleza en el verano como la amapa, la lluvia de oro, el tabachín, o aquellos que dan sombras milenarias por su frondosidad y grandes copas.

    Mirador botánico desde el
    cual contemplar la ciudad

    Arriba, en lo que iba a ser el carrril de acceso, instalar un gran jardín, émulo del Botánico que está junto al Centro de Ciencias de Sinaloa, a condición de armarle un techo semitransparente, plantas exóticas, o muestrario de la flora sinaloense, y una cafetería para el solaz de los visitantes.
    Por supuesto, todo el carril de circulación automovilística sería un paseo visionario porque se tendría desde su altura otra visión del Culiacán que crece y crece.
    Para rehabilitar la zona dañada, en lo comercial, habitacional y convivencial, remodelar las áreas próximas al puente con pequeñas plazas recreativas, salvando, por supuesto, la vialidad original, en el entendido que ésta ya no se saturaría en exceso porque al mismo tiempo se abrirían las vías alternas que necesariamente habrán de realizarse.
    En el puente mismo, tanto en las terrazas como en los entornos de las bases, pilares y escaleras, diseñarles herrería escultórica que haga del recinto si no otra maravilla, por lo menos, un pretexto para venir y pasear a Culiacán.
    Una reflexión final: si los babilonios, sin tener las técnicas y herramientas hoy utilizadas por arquitectos, ingenieros y constructores, lo pudieron hacer más de 2 mil años atrás: ¿por qué no habrán de hacerlo los sinaloenses y en particular los culiacanenses, que han mostrado ser campeones en acumular capitales? Sólo es cuestión de amor.