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"Reserva arqueológica y ecológica"

"'Reviven' comunidades de la Meseta de Cacaxtla"

"Tras cinco años de abandono, saqueo y cacería de animales en peligro de extinción, hoy esa zona mantiene un desarrollo y potencial turístico"
10/11/2015 06:19

    MAZATLÁN._Apenas cinco años atrás, las comunidades que forman la Meseta de Cacaxtla, ubicada en los municipios de San Ignacio y Mazatlán, eran una paradoja.
    Al estar dentro de una reserva arqueológica y ecológica importante en el País, se definían como comunidades protegidas de la devastación en cualquiera de sus sentidos: nadie podía explotar los recursos ni causar algún estropicio, o al menos eso estaba decretado por el Gobierno federal desde el año 2000.
    Un decreto sin embargo, que había quedado sólo en unas hojas de papel dentro de una oficina pública, en alguna parte de la Ciudad de México.
    Sin vigilancia ni regulación en la práctica, "las comunidades protegidas" continuaban su vida como si tal cosa hubiera pasado.
    Los habitantes hablan de cacería de animales en peligro de extinción, sobretodo venados, hurto de jeroglíficos y una pérdida de identidad que venía desde tiempo atrás pero que año tras año, década tras década, se acrecentaba.
    "Sí se escuchaba mucho saqueo, pero pues nosotros ni nos metíamos en nada. ¿Qué íbamos a hacer? Nadie se paraba por acá, de nada servía hacer algo", expresó un habitante de la comunidad de La Chicayota, la antesala al sitio arqueológico de Las Labradas.
    En esa situación llegó la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, Conanp, una situación que no necesitaba de más papeles, sino de hacer algo.
    Hoy después de cinco años de entrar a la Meseta de Cacaxtla, los avances se encuentran a la vista de todo aquel que quiera ver: comunidades en desarrollo, habitantes que vigilan cualquier devastación, rescate de la cultura, creación de actividades sustentables, práctica de ecoturismo.
    Gabriela García Alfaro, técnico operativo de la Conanp explica cómo se logró revivir a las comunidades de la meseta.
    "Cuando se decreta el área protegida ya existían estas comunidades, entonces lo que hicimos es que a cada comunidad se le despertara el interés de trabajar en la conservación de su área", dijo.
    "El trabajo con ellos era enseñarles que, entre mejor cuidaran su área, mejores recursos les iban a tocar. Hemos tratado de descubrir el potencial de cada comunidad, y es así como las encaminamos en diferentes proyectos".
    Y lo que vino 

    Cuando comenzó el proyecto surgió a su vez una pregunta: ¿qué se puede hacer aquí?
    La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas entonces observó que algunas comunidades tenían potencial para explotarse turísticamente, aunque desaprovechado; fue el caso de Barras de Piaxtla, La Chicayota y El Pozole.
    Pero en otras más como Guillermo Prieto, Coyotitán, Los Llanitos, Toyua y Mármol no se encontró cómo explotarlo turísticamente, no había turismo ni la forma de atraerlo debido a su geografía o muchas razones más, aunque sí se encontró cómo explotar proyectos productivos.
    "Unos definitivamente no tienen potencial turístico, su potencial es la agricultura, la ganadería, entonces los vamos a guiar para que aquello que están produciendo lo hagan mejor y se use de la mejor manera", dijo García Alfaro.
    "Y los que sí tengan potencial turístico, los vamos a guiar pero para atender a los visitantes, para que tengan más turismo y que todos lo aprovechen".
    Un nuevo rostro 

    Si se habla de ejemplos de cambio debe mencionarse a La Chicayota, ubicada un par de kilómetros antes de llegar a Las Labradas, el principal atractivo.
    Aquí la Conanp impulsó una negocio de cocina para todo aquel turista que se aventurara también en la búsqueda de alimentos puramente regionales.
    Los mejores jueces, ayer, fueron los miembros una comitiva de estadounidenses y canadienses jubilados que viven en Mazatlán, invitados a las comunidades de la Meseta de Cacaxtla para conocer más sobre esta reserva.
    "Ellos como muchos turistas no están buscando nada más ir a un bar, salir en la noche. También están buscando algo diferente, ellos quieren conocer más y les gusta venir a estos lugares", dijo Marta Armenta Gámez, representante de Conrehabit y una de las organizadoras de la visita.
    Tortillas con queso fresco, frijoles y panes horneados en casa fue parte del platillo en La Chicayota. Sin embargo, en Los Llanitos los esperaban varios tamales, agua de jamaica, elotes cocidos, dulces y empanadas de calabaza.
    Toda la comida era producida por los mismos habitantes al ser parte del programa de la Conanp.
    En Los Llanitos también se enseñó un sistema de aprovechamiento de deshechos de animales para conseguir composta, y en Guillermo Prieto se presumió la producción de vegetales orgánicos.
    Y en La Chicayota se formó un grupo que reporta la llegada de cazadores.
    "Esos son resultados, no puedo dar un número exacto pero son como 200 familias con las que hemos trabajado en la zona de Cacaxtla. La idea es seguir trabajando". 

    LO QUE AHÍ SE ENCUENTRA
    26
    especies
    de anfibios
    59
    especies
    de reptiles
    79
    especies de
    mamíferos
    340
    tipos
    de aves
    zona rescatada 
    Las comunidades de la Meseta de Cacaxtla se han convertido en un ejemplo de rescate de zonas naturales y productivas. 

    ECOTURISMO 
    - Barras de Piaxtla 
    - La Chicayota 
    - El Pozole
    PROYECTOS PRODUCTIVOS 
    - Guillermo Prieto 
    - Coyotitán 
    - Los Llanitos 
    - Toyua 
    - Mármol
    SU UBICACIÓN 
    - En los municipios de
    San Ignacio y Mazatlán
    50
    mil hectáreas
    POLÍGONO DE LA MESETA DE CACAXTLA