"Roberto Tarriba Haza, el altruista"
Segunda de tres partes
¿Quién anda "levantando" a los jornaleros ? preguntó un día Roberto Tarriba Rojo a uno de sus colaboradores de la Agrícola.
Pues su esposa señor, su esposa
le respondió.
Esta es una de las anécdotas que contaba Roberto Tarriba Haza, el primogénito de la familia, para ilustrar acerca de la personalidad generosa de su madre y la influencia que ejercía sobre el patriarca. Así era Alejandrina Haza Rivas.
"Alex", como se le conocía en los círculos sociales, supervisaba que los trabajadores del campo del marido estuvieran en condiciones óptimas. Platicaba con ellos, acerca de sus derechos, y de la preparación y superación constantes, para lograr una vida digna.
El espíritu solidario, rebelde, de "Alex", marcó el destino de Roberto Tarriba Rojo, quien formaría parte de organizaciones filantrópicas emblemáticas en Sinaloa, como la Asociación Pro Parálisis Cerebral, Apac; la Asociación Sinaloense para Prevenir Defectos del Nacimiento, Aspredena, e instituciones como el Patronato del Hospital Civil, entre otras. 'Alex' y Guillermo Quienes conocieron a Alejandrina Haza cuentan que el agricultor "la dejó hacer y ser", en una época donde la participación de la mujer en la vida pública, y ni se diga en la política, era marginal.
René Palomares, presidente del Patronato del Centro Histórico de la Ciudad, convivió con "Alex" y Roberto en el Club Gremio, de corte social, en el que participaban los jóvenes del Culiacán de los años 40 del Siglo 20. Ahí confluían los miembros de las familias de clase media alta y alta, que manejaban las finanzas y los negocios, la mayoría habitantes del Centro Histórico. Entonces Culiacán no rebasaba los 50 mil habitantes. El Club Gremio se formó en 1947 con nombres como el de Enrique Murillo, Alma Schiller, Jorge Bon Bustamante, Roberto Tamayo, Leticia Carrillo, Manuel Clouthier "Maquío", y muchos otros.
Fue al calor de esa convivencia que Roberto Tarriba Rojo "empezó a echar piropos a "Alex". Se casaron en 1952 y para 1954 nacía Roberto Tarriba Haza, quien resultaría igual de emprendedor que el padre y el abuelo. De Roberto siguieron seis hermanos más: Ernesto, Emma Beatriz, Iván, María Alejandrina, Óscar Arturo y Guillermo. Sobre el pequeño Guillermo, quien nació con parálisis cerebral, giraría la vida de los Tarriba Haza por 16 años. Guillermo fue la causa e inspiración de la lucha de "Alex" y su esposo. En Guillermo encontraron la significación, lo profundo, de la vida.
De esta batalla da cuenta Oswaldo del Castillo Carranza, en el libro "Alex", de corte biográfico: "La constante necesidad de alcanzar condiciones apropiadas para Guillermo, su hijo menor, la hizo armarse en cuerpo y alma para una batalla cruenta y dolorosa, forjando en ella el espíritu de lucha. Con garbo y honestidad, 'Alex' caminó por ese sendero poco transitable". Y así fue, hasta que Guillermo murió el 17 de enero de 1981, en un accidente automovilístico.
Batallas compartidas
Haza Rivas compartió con don Roberto su "locura" de irse a sembrar a La Cruz, tierras en las que ningún agricultor apostaba, cuando comenzó a gestarse Agrícola Tarriba en los años 60, época en que no había comunicaciones, energía eléctrica ni combustibles.
"A mí todos me decían que estaba loco, que irme a La Cruz era una locura, y se reían de mí
", relató en una entrevista publicada en Noroeste, en julio de 2006.
El sueño crecía al igual que los hijos, bajo el cuidado de "Alex". Un episodio marcaría a la familia. El problema congénito de Guillermo originó que don Roberto y "Alex" se fueran a la Ciudad de México por seis años, en busca de ayuda médica y con la esperanza de salvar la vida al hijo. Así anduvieron, errantes. Luego en Los Ángeles, en Miami, donde hubiera centros de terapia y rehabilitación para su hijo.
"Alex", relata René Palomares, "batalló muchísimo. Y Roberto de la mano con ella. Ello dio cuenta de la clase de padre que ha sido. Ha sido un buen padre, hizo lo imposible por llevar a su hijo con padecimiento a los mejores lugares que había entonces, aun cuando apenas se iniciaba la bonanza agrícola y todos estábamos amolados. Su principal atributo fue el de ser un hombre de familia".
A partir de 1970 en que don Roberto vende su casa de Culiacán, para radicar en el Distrito Federal, empieza a trasladarse los fines de semana a atender su Agrícola, por seis años. Algo impidió que, ante la ausencia del dueño, el negocio cayera: el trato humano a sus colaboradores, en lo cual contribuyó significativamente "Alex".
"En una empresa las personas son muy importantes
Yo tuve la suerte o la habilidad de tener gente muy buena, me fui a México teniendo un negocio tan frágil y difícil como éste, pero lo manejaba por teléfono
Los negocios los hacen las personas, y en la medida en que estimules a tu personal, vas a tener resultados", relató en una ocasión. Y mientras se atendía a Guillermo, el resto de los hermanos Tarriba Haza se dedicaba de lleno a los estudios. En ese periodo culminó su carrera de actuario Roberto, en la UNAM, mientras Ernesto ingresaba a la Universidad Autónoma Chapingo, especializada en carreras agronómicas.
Los frutos
"'Alex' fue una muchacha a la que todo el 'Gremio' la quería. Era muy especial. Sin querer ser líder, lo era, por su carisma. Cuando tuvo su hijo con problemas, se probó la madera de la que estaba hecha. Roberto la dejaba ser, nomás quería hacer cosas buenas. Le dio riendas libres", señala René Palomares al describir el lado humano de Haza Rivas, quien murió el 14 de febrero de 1987, tras dejar un legado en la filantropía social.
Junto con la señora Dolores Inzunza abrió en Culiacán una extensión de APAC, que en la Ciudad de México, a donde "Alex" llevaba a atender a su hijo Guillermo, ya tenía camino andado en tareas de rehabilitación.
Incluso con el respaldo de su marido, "Alex" facilitaba su casa para proporcionar terapias a personas con capacidades diferentes, cuando aún no existían instituciones y organismos especializados en el tema.
Y aportó mucho tiempo, dinero y esfuerzo por sensibilizar a Culiacán en la necesidad de educación especial, para niños con problemas congénitos. Organizó, incluso, al primer grupo de madres que en Culiacán enfrentaban el mismo problema, financiándoles las terapias físicas. Así nacería Aspredena, un proyecto que se enfocó a generar conciencia colectiva sobre la necesidad de prevenir defectos en el nacimiento, como parálisis cerebral, síndrome Down, labio leporino, entre otros.
La cosecha
Agricultor con profundo sentido humano, don Roberto Tarriba Rojo apoyó infinidad de acciones sociales. No fue casual que en septiembre de 2007 el Club Rotario Culiacán Oriente le entregara la medalla Paul Harris, que otorga esta organización altruista internacional a personajes que dedican una vida al servicio. "Se me hace una cosa inmerecida, y si me escogieron, yo creo que andan cortos de prospectos", dijo en el marco de la entrega del galardón La realidad es que los Tarriba, con don Roberto al frente, evitaban el altruismo para la fotografía. Escasos registros públicos hay de ello, como cuando Tarriba Rojo donó un millón de pesos al Banco de Ojos del Hospital Civil de Culiacán.
Así contó a Noroeste sus inicios en la acción filantrópica: "Tuvimos un hijo con parálisis cerebral, Guillermo, era una hermosura de plebe, pero no podía hacer nada porque estaba impedido. 'Alex' se clavó mucho en eso, investigó mucho y ayudó mucho. Formó Apac, Aspredena y ella me metió a mí. Ella le ayudaba al DIF, a los niños que estaban allí, y a veces ni me daba de comer por estar ayudando a los niños enfermos. Era supercaritativa, una luchadora tremenda, pero deveras; se iba a las colonias y trataba de resolver todo, por eso la querían mucho".
Las huellas
La trayectoria social de los Tarriba ha dejado huella en Sinaloa. Edificios, escuelas y plazas públicas, dan hoy testimonio de esa generosidad.
El edificio de APAC lleva el nombre de "Alex". También en Ceuta, Elota, una escuela primaria rural, para hijos de jornaleros, siempre le recuerda. Ahí mismo una plaza comunitaria, de alfabetización para adultos mayores, rinde tributo a su hijo, Roberto Tarriba Haza, quien en 2004 logró que Agrícola Tarriba fuera la primera empresa del sector primario en el País en obtener el distintivo de Empresa Socialmente Responsable, que se otorga "a empresas que demuestran su respeto por los valores éticos, la gente, las comunidades y el medio ambiente y para la construcción del bien común", según consigna el estudio Tendencias Actuales de la Responsabilidad Social en las Empresas en México, realizado por investigadores de la Universidad Autónoma de Chapingo.
Ese mismo año el Ayuntamiento de Culiacán entregó a don Roberto el premio Coltizin, para su primogénito, ya fallecido, y el cual se entrega a ciudadanos que destacan por su participación social y su valor humano. Así, sin buscar reflectores ni recompensas, en el ocaso de su vida don Roberto ref lexionó sobre el don de servir.
"Quiero ser gente buena al final de mi vida, hacer el bien en la medida en que pueda hacerlo, le pido a Dios que me dé el ánimo para hacerlo
Tal vez no sea como lo hacía 'Alex', porque era ella amor, amor a la gente, amor a ayudar, sin afán de que se supiera, pero lo que sí sé es que quiero hacer el bien".
cronología de su vida
1952
Contrae nupcias con
Alejandrina Haza
Rivas, quien imprimió
el sello humano y
social a la familia.
1970
Cambia su residencia
al Distrito
Federal, para
atender la salud de
su hijo Guillermo.
1975
La familia regresa a
Culiacán e intensifican
la labor social,
que con los años
se concretaría con
la fundación de
organismos como
Apac y Aspredena.
1981
hijo Guillermo
muere en un
accidente automovilístico
1987
fallece Alejandrina
Haza Rivas, primera
esposa de
Roberto Tarriba
2004
Agrícola Tarriba es
la primera empresa
del sector agrícola
en obtener el distintivo
Empresa
Socialmente
Responsable.
2007
Roberto Tarriba
Rojo recibe la
medalla Paul Harris,
con la que Rotary
Internacional reconoce
a personas dedicadas
al servicio.
Fuentes Libro "Alex", de Oswaldo del Castillo Carranza, Editorial Vandalay, 2004; Estudio Tendencias Actuales de la Responsabilidad Social en las Empresas en
México, por investigadores de la Universidad Autónoma de Chapingo, 2010; Hemeroteca Noroeste, y entrevistas con personajes cercanos a Roberto Tarriba Rojo.
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