"Saúl Soto Castro: Trunca su carrera en grandes ligas un accidente"
Deyanira Guzmán
Con una carrera y afición por el rey de los deportes inculcada por su padre Carlos Soto Castro, a los 6 años comenzó a escribir su historia dentro del beisbol, pasó por tercera y primera fuerza hasta llegar a nivel profesional, entrenó y jugó en grandes ligas y un accidente automovilístico impidió su desarrollo en el extranjero.
Saúl Soto Castro nació un 11 de agosto de 1978 en Los Mochis, Sinaloa, del vientre de la señora María Luz Castro y aunque su padre nunca fue beisbolista, le enseñó a amar este deporte a tal grado de convertirse en su máxima ilusión.
Su padre Carlos Soto, comentó que Saúl fue un niño siempre muy inquieto y desde siempre supo imponer sus decisiones, a tal grado que no pudieron hacerlo que estudiara el nivel preescolar y desde los 5 años se niveló en la educación primaria.
"Yo siempre quise que estudiaran mis hijos, al que menos le gustó fue a Saúl, cuando iba a entrar al kinder hizo el berrinche de su vida y nos dijo que él no quería ir, que esa escuela era para niños más chiquitos y que él ya estaba grande", recordó.
Como todo deportista amateur, a los 6 años formó parte de la liga Ahome, donde fue desenvolviendo sus habilidades deportivas en la primera y tercera base, pero fue hasta los 12 años cuando descubrieron su verdadero estilo para jugar la pelota en la posición número 2 como catcher.
"A mi papá siempre le ha gustado el beisbol, tengo dos hermanos que jugaron a nivel amateur en las ligas locales y desde muy chico me metió en la liga de Ahome que fue básicamente donde conocí las bases del deporte, hasta que me apasionó tanto que decidí dedicarme de lleno a el", explicó.
En esa época Saúl Soto jugaba en la liga de tercera fuerza Olavo Salcido, con el equipo del ejido Mochis, de donde brincó a la liga de primera fuerza Clemente Grijalva Cota y luego perteneció a la novena de Los Cañeritos Amateurs con solo 15 años.
Posteriormente, fue firmado por el tree out conformado por Cañeros de Los Mochis, Diablos Rojos de México y Dogers de Los Ángeles en el año 1995, cuando Saúl solo contaba con 16 años.
"En ese tiempo me firman Diablos y Cañeros, mientras que Dogers me sigue muy de cerca los pasos y ven mi entrenamiento, pero me dejaron seguir con Cañeritos hasta que terminé mis estudios de preparatoria", relató.
Una vez concluida la escuela, el deportista fue reclutado en el mes de agosto en un campo de entrenamiento, para lo que sería la primera firma en México, lo que significó el inicio de la carrera profesional del receptor de los esmeraldas.
Jugó en la Liga Mexicana de Verano para Diablos Rojos por 10 años, hasta la temporada pasada que la directiva decidió hacer un cambio por Iván Terrazas con los Acereros de Monclova, donde cosechó grandes éxitos en la pasada temporada.
Saúl Soto, explicó que no ha sido nada fácil su carrera como beisbolista, pues que le ha exigido sacrificar muchos momentos familiares importantes y sobretodo el haber empezado desde muy joven en este deporte.
"Claro que ha sido muy duro estar en esta carrera, simplemente los domingos que todos van a disfrutar el juego en familia y yo estoy trabajando, pero eso se olvida con la alegría y el reconocimiento de la gente al final de cuentas, que es la mayor recompensa de un pelotero", destacó.
Uno de los momentos más difíciles que el jugador ha tenido a lo largo de su carrera lo generó un accidente automovilístico en el año 2003 cuando regresaba de Monterrey a Los Mochis, donde sufrió fracturas en clavícula y tobillo, que le impidió participar en grandes ligas con Orioles y Dogers de Los Ángeles.
"Yo en ese momento estaba en lo más alto del beisbol, yo jugaba con Dogers y Orioles en doble A, me vine a México a concluir la temporada con Diablos y regresaría a triple A, pasó el accidente y duré tres años en retomar mi nivel de juego y decidieron dejarme libre", manifestó.
Para el receptor, el beisbol en pocas palabras significa su vida, ya que asegura que todo lo tiene gracias a este deporte que lo ha llenado de grandes momentos y de grandes logros en su vida.
"No conozco otra cosa que no sea beisbol, este deporte me ha dado todo en todos los sentidos, mi familia, mis amigos y ni se diga en lo material", concretó.
Aunque el beisbol signifique todo en la vida de Saúl Soto, el deportista mencionó que si algo no le gustaría hacer cuando se retire del campo de juego, es seguir siendo coach de equipo, ya que entonces se dedicará a disfrutar a su familia y lo que le quedó del deporte.
"Estoy consciente que mi carrera un día terminará, las lesiones en cualquier momento salen a flote, mi pensamiento a futuro es seguir viendo el beisbol desde fuera, en esta carrera los hijos nunca se terminan de disfrutar y en el momento que me retire me voy a dedicar a mi familia", aseguró.
Aunque inició su carrera desde muy joven y le ha permitido tener grandes momentos en el beisbol, para Soto Castro su más grande sueño es tener un título de campeonato en home runers, que podría concertarse este año si su potencial sigue como hasta ahora.
"No soy un jugadores de buen promedio en bateo, soy un bateador de poder, al parecer esta temporada llevo muy buen nivel y espero obtenerlo, eso es lo que me falta", puntualizó.
Los pensamientos de grandes ligas para el jugadores definitivamente quedaron atrás, para Saúl Soto ya pasaron sus buenos tiempos y solo le queda esperar que pase un milagro para ser llamado nuevamente a participar con un equipo de grandes ligas.
"Ya estoy en los 30 años, solo que pase algo super grande creo que me buscarían, ahorita los managers se fijan en gente joven y a esta edad no creo poder llegar", admitió.
"En ese momento estaba en lo más alto del beisbol, yo jugaba con Dogers y Orioles en doble A, me vine a México a concluir la temporada con Diablos y regresaría a triple A, pasó el accidente y duré tres años en retomar mi nivel de juego y decidieron dejarme libre".
Saúl Soto Castro, jugador de beisbol profesional
