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"Día de la Enfermera"

"'Siempre me ha gustado ayudar': María Lucas"

"Tras casi 18 años de servicio en el Hospital Pediátrico, María hoy ocupa el puesto de jefa de enfermería, el cual espera desempeñar satisfactoriamente para beneficiar el trabajo de su equipo"
16/11/2015 08:04

    CULIACÀN._ Desde muy joven María Lucas Estrada se decidió por la enfermería. El gusto por ayudar a los demás siempre estuvo presente, y los valores y el ejemplo que su papá y mamá le inculcaron desde niña estaban presentes en este oficio. 

    "Yo tenía muchas inquietudes y mucha desinformación y pues vengo de una familia un poco tradicionalista, de familia muy humilde pero con muchas ganas y me gustaba mucho ayudar y mis papás la verdad que son el mejor ejemplo", señaló. 

    "Me incliné por la enfermería porque me gustaba mucho y miraba que esta era como la oportunidad para poder ayudar a las personas", señaló. 

    Aseguró que mientras realizaba sus estudios nunca dudó de sus bondades por ayudar y servir, sin embargo al empezar las prácticas y al darse cuenta lo que se tiene que soportar y vivir día a día en una profesión como esta, es que la realidad golpea sus puertas, y ahí son varios los que tal vez deciden "tirar la toalla". 

    Pero para ella dejar la enfermería de lado nunca fue una opción. En 1997 luego de culminar sus estudios entró a trabajar al Hospital Pediátrico, lugar que ha sido como su segunda casa desde ese año. 

    En sus primeros años la enfermería era una carrera técnica. Luego de cambios en el oficio y de ir avanzando pudo concretar la nivelación para convertirse en licenciada en enfermería, todo sin descuidar su trabajo. 

    "En mi caso a medida que fui estudiando me gustó más mi profesión. En el 97 y a los dos años entré a hacer mi nivelación para la licenciatura porque antes éramos enfermeras técnicas y ahora somos considerada como profesionistas, y me he ido educando en administración y en docencia", señaló. 

    Mencionó que después de más de 10 años trabajando en el Pediátrico decidió especializarse en enfermería pediátrica, para así poder ofrecer una mejor atención no sólo a las y los pequeños pacientes, sino también a sus familias.


    El reto de tratar a menores


    El reto de atender y tratar a niños y niñas menores, que van desde bebés recién nacidos y hasta adolescentes siempre ha estado ahí, nunca se aprende todo y siempre hay un sentimiento nuevo por descubrir, manifestó María. 

    Para trabajar con pequeños que en ocasiones tienen graves enfermedades o poca expectativa de vida se necesita no sólo fuerza, sino también coraje para enfrentar junto a los padres la pérdida de un ser querido. 

    "Hay gente que cree que ya no sentimos y que a medida que pasan los años y que atendemos pacientes vamos perdiendo la humanidad, pero eso es mentira, cada paciente es único e irrepetible, pero nos enseña mucho cada niño y nos duele ver el sufrimiento de sus familias", dijo. 

    La fortaleza, señaló, es sin duda una de las cualidades que una enfermera pediátrica debe tener, pues es importante ayudar a la familia a sobrellevar la situación, atender al o la menor y al mismo tiempo tratar de no involucrarse personalmente. 

    "Es muy triste ver cómo llegan los pacientes pero la mejor satisfacción que nos llevamos es hacer las cosas bien, contribuir en la prevención, tratamiento, rehabilitación y recuperación de un paciente", agregó.


    De enfermera a jefa del área

    Desde hace seis meses María ocupa el puesto de Jefa de Enfermería del hospital, puesto que asegura no pidió y que fue llegando sólo a través de las decisiones que tomó en sus años en el nosocomio, hoy tiene a su cargo a un equipo de más de 300 enfermeras y enfermeros. 

    "Lo que yo he estudiado fue para hacer mi trabajo bien, el ir avanzando en los puestos fueron cosas que se fueron dando y estoy agradecida", comentó. 

    Señaló que sin importar que esté como enfermera suplente o en la jefatura de algún área en específico, o en el puesto que ocupa actualmente su meta, y la meta de su equipo de trabajo es y seguirá siempre siendo brindar una buena atención a los y las pacientes.

    "Hay gente que cree que ya no sentimos y que a medida que pasan los años y que atendemos pacientes vamos perdiendo la humanidad, pero eso es mentira, cada paciente es único e irrepetible, pero nos enseña mucho cada niño y nos duele ver el sufrimiento de sus familias".
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