"Son retenes freno a viajeros"

MAZATLÁN._ Los obstáculos para llegar a Tijuana se multiplican con el paso de los años. No sólo son esos mil 800 kilómetros que separan a la ciudad fronteriza con Mazatlán; también son los siete retenes a los que hay que someterse a lo largo del camino.
La mayor parte de ellos carece de infraestructura, como rayos infrarrojos o perros adiestrados, y de orden para hacer una revisión fluida, que cause las menores molestias posibles. Por el contrario, parece que el lema es provocar enojo y desesperación.
Una de las causas que obligó a las autoridades a reforzar los puntos de revisión fue la lucha que el Presidente de la República, Felipe Calderón le declaró al narcotráfico: la búsqueda de droga hace que quienes transitan por las carreteras del País tengan que pasar "fronteras" algunas veces más difíciles de sortear, por la lentitud de la revisión y la falta de infraestructura, que la de un país a otro.
A eso también responde que la duración del viaje que se hace en autobús entre Mazatlán y Tijuana se haya alargado: ya no son entre 24 y 26 horas. Actualmente un autobús dura hasta 30 horas en la carretera.
Los retenes fitosanitarios, federales y militares se concentran en los estados de Sonora y Baja California. Los motivos no los explican, esto, pese a que los reportes sobre falsos puntos de revisión se incrementan con el paso de los días. Los viajeros simplemente son obligados a descender del transporte para someterlos al esculque, hecho que fue comprobado por Noroeste.
El malestar inicia en el retén fitosanitario que se ubica justo en la frontera entre Sinaloa y Sonora, para detectar fruta, carne de puerco o aves que no son bienvenidos de un estado a otro.
Los productos que son decomisados no son desechados, son detenidos por el agente de Salubridad.
"Vengo de Guadalajara, voy a Hermosillo, no sabía sobre este retén, yo sólo contesté a lo que me preguntó el señor, pero no era necesario que me quitaran el producto, ya que el alimento está procesado", se quejó una pasajera a la que le decomisaron chorizo.


INCOMODIDAD POR EL PUESTO FEDERAL

30 kilómetros antes de llegar a Navojoa se ubica un segundo retén; esta vez es federal.
Antes de pasar a revisión la espera es de unos 20 minutos; sin informar los motivos, dos estibadores de la corporación que no portan los uniformes de agentes de la AFI revisan el interior del camión.
Los operadores manifestaron su inconformidad en este tipo de retenes, debido a que la mayoría de los auxiliares utilizan taladros portátiles, pero, en vez de colocar puntas para desarmar, ponen brocas para perforar algunas partes de la unidad causando daños.
"Tenemos que estar al pendiente de cómo trabajan estas personas porque en unos instantes te perforan las carrocería del camión provocando daños en techos, paredes y tableros lo que después no se haces responsables", criticó uno de los operadores.
El puesto de revisión militar, es el más criticado por operadores, traileros y pasaje por su tardanza en operar, que es obsoleta comparada con las instalaciones modernas que tiene el que se encuentra en Benjamín Hill (Querobabi), unos kilómetros adelante de Hermosillo.
"Es una friega pasar por este retén, uno viene desvelado y dura de tres a cuatro horas para ser revisado, hay mucho elemento militar, pero como si no lo hubiera, porque no hay fluidez en las revisiones", señaló un operador que tenía más de dos horas en fila.
Otro chofer señaló que ha habido varios casos de pasajeros que han perdido los vuelos que tienen en Estados Unidos, porque llegan tarde debido a que pierden mucho tiempo esperando en este lugar.
"Los pasajeros se desesperan porque no son minutos lo que se pierden sino horas y es lo que afecta el recorrido, ya que hay muchos retenes aplicando lo mismo", dijo un chofer de línea Estrellas del Pacífico.

IMPIDEN INFORMACIÓN

Se pidió permiso al comandante del retén de Navojoa para que los agentes comentaran los motivos de la lentitud en la revisión, pero respondió que se debía contar con un permiso de la Cuarta Zona Militar, en Hermosillo.
"No se puede dar información a representantes de medios, hay que solicitar un permiso a las autoridades de la Cuarta Zona Militar, en Hermosillo, por lo que tampoco pueden tomar fotografías", expresó el militar.
Según comentarios de inconformes, el edificio se hizo para que se dieron más fluidez con la instalación del equipo de radios gama para revisar a autobuses, maletas de pasajeros y camiones de carga.

PARADAS EN EL DESIERTO
Cuando parece que el ritmo del viaje se va a acelerar, aparece un nuevo retén, ahora en pleno desierto, en la zona de Sonoyta. Este está a cargo de la Procuraduría General de la República, se aplica el mismo sistema, pero menos minucioso.
En un tramo de más de 30 kilómetros entre Sonoyta y San Luis Río Colorado, en pleno desierto, la vialidad está en reparación, la carretera está haciendo ampliada desviando la circulación vehicular a caminos de terracería.
Antes de llegar a San Luis Río Colorado, al salir del desierto aparece otro retén, a cargo de la Segunda Zona Militar, ahí el pasaje descendió de la unidad aguantando las altas temperaturas que se registraban.
Y, por si fuera poco, al salir de la ciudad, otro retén de la misma zona militar aplica una nueva revisión.

UN ÚLTIMO OBSTÁCULO
La Sierra Rumorosa, que antes era el último obstáculo para llegar a Tijuana, ahora es el penúltimo: antes de subir se ubica otro retén: una fila de tráileres se prolonga por varios kilómetros en espera de su turno para ser revisados.
Al llegar a la revisión algunos pasajeros se quejaban de que ya se estaban cansados de tantos retenes, y subidas y bajadas del camión para ser revisados.
En los retenes fueron colocados cuadros con fotografías de droga, dinero, armas y personas detenidas, con una leyenda que decía "Por esto son las molestias que ocasionan este tipo de revisiones".
El autobús salió de Maza-tlán el lunes a las 17:30 horas y la llegada a Tijuana fue el martes a las 22:00 horas.
A pesar de que el usuario pasa por todo este peregrinar, la demanda de pasaje en las centrales de autobuses sigue siendo más alta hacia el norte del País, a las zonas fronterizas, en busca de una mejor vida en "el sueño americano".