"Tragedia que no termina"

"A un año del avionazo en el que perdió a su familia, Claudio Ochoa dice estar muerto en vida"
06/11/2015 09:25

    CULIACÁN._ Las penas para Claudio Ochoa Rubio no terminan. Encerrado en un cuarto de cuatro por cuatro, el sobreviviente de este accidente aéreo aún no cura sus dolores físicos, menos los del alma. 

    Enfundado en una malla especial para evitar contaminar sus lesiones, olvidado por autoridades y todos los que les prometieron ayuda, Claudio batalla además con su precaria situación económica. 

    "Dios y mi familia son los que me dan fuerzas para seguir luchando, porque prácticamente estoy muerto en vida", comenta mientras la tristeza y el recuerdo del accidente lo embargan. 

    Cada día por la mañana, su madre Hermelinda Rubio y una hermana lo bañan, luego lo secan con mantas especiales y le aplican pomada lubricante en todas sus quemaduras para evitar que se resequen, luego lo llevan a terapias de rehabilitación. 

    "Yo quedé minusválido, mi madre o mi hermana, y en ocasiones mi papá, me tienen que dar la comida en la boca, me tienen que ayudar para ir al baño, no puedo salir al sol, tengo que quedarme encerrado día y noche, sólo salgo cuando voy a las terapias", explica. 

    A nadie parece importarle su estado, la magnitud del dolor de sus heridas y el dolor profundo del alma, sólo él las sabe. 

    Noches de pesadilla
    "En ocasiones no duermo, casi en toda la noche, sueño con ese maldito accidente, vivo todo lo que pasó ese día, escucho los gritos de mi familia y no puedo dormir, ¿quién puede dormir así?", se pregunta, mientras el llanto se ahoga en su pecho. 

    Guarda silencio y deja salir las lágrimas. 

    Lo último que él recuerda, dice, es que de pronto el auto en el que viajaban se vio envuelto en una cortina de fuego y humo. Trata de recordar qué fue lo que les dijo a su esposa e hijos en ese instante, pero las palabras no alcanzan a salir, el dolor le gana... 

    Con frecuencia, comenta, sueña con su esposa y sus hijos, a los cuales ve felices en esos sueños.
    "Ellos están bien, donde quiera que estén, yo sé que están felices, siempre vienen a mis sueños y los veo sonriendo".
    La desgracia viene del aire 

    Aquel jueves 5 de julio de 2007, la familia formada por Claudio Ochoa Rubio y Juana Moreno Aguirre, y sus hijos Claudio Adrián, de 18 años, Carlos Armando, de 16, y César Alberto, de 11, estaban felices. 

    Desde que amaneció toda la familia se preparaba para asistir al acto académico de la graduación de Claudio Adrián, quien además de culminar el bachillerato se recibiría como mecánico automotriz en el Conalep Culiacán. 

    Una vez cambiados y luciendo sus mejores galas, todos lo miembros de la familia abordaron el automóvil Chevrolet Century. 

    En el trayecto iban planeando lo que harían después del evento para celebrar este importante acontecimiento.
    De pronto al pasar frente a la pista de despegue del Aeropuerto Internacional de Culiacán, su alegría y sus planes fueron cortados de tajo por la desgracia: las llamas y el humo envolvieron de gritos y muerte el vehículo. 

    Un avión con matrícula XA-TFL de la empresa denominada Jet Paquetería SA de CV, que alrededor de las 09:40 horas intentaba despegar, se salió de la pista y se estrelló primero contra un Hummer militar, y después contra el vehículo de la familia Ochoa. 

    En total del accidente fallecieron 10 personas: los tres pilotos, tres militares y la familia de Claudio. 

    El calvario 

    Desde ese trágico día, la vida para Claudio y sus familiares ha sido un calvario, pues por la peligrosidad de sus lesiones tuvo que ser trasladado a Sonora, pero mientras él se recuperaba lentamente sus familiares iniciaron el camino a la justicia, los ires y venires a la Procuraduría General de Justicia del Estado, donde la compañía Jet Paquetería mostraba buena voluntad para arreglar el problema. 

    El Gobernador Jesús Aguilar Padilla manifestaba en sus declaraciones que los familiares de las víctimas del avionazo contarían con todo el apoyo de su gobierno, por lo que giró instrucciones al Procurador Luis Antonio Cárdenas Fonseca y al director general de Gobierno, Joel Hernández Niño, para que se hicieran cargo del caso. 

    La encargada de apoyar directamente a las víctimas fue Nohemí Reyes Buck, jefa del área de Protección a Víctimas del Delito de la PGJE, quien en declaraciones manifestaba el apoyo total de este departamento a la familia de Claudio.
    Después de eso, nadie quiso dar información, ni la agencia Tercera del Ministerio Público, encargada de llevar a buen término el caso. 

    Nada se supo desde entonces, ni cuando el 31 de octubre de 2007 a Claudio le fue entregada la indemnización por parte de la empresa aérea, esto según expresa el afectado, a petición de la compañía y del abogado particular que llevaba su caso, ya que la Procuraduría en ningún momento le asignó uno. 

    Él firmó un documento en el cual se comprometía a no divulgar el monto de la indemnización, la cual ascendía a 586 mil 555 pesos, pero de esa cantidad le fueron descontados los gastos de hospitalización y curaciones que la compañía aérea había pagado anteriormente. 

    Ya con las cuentas y deducciones de gastos médicos realizadas por la compañía, Grupo Mexicano de Seguros, el afectado sólo alcanzó 150 mil pesos como pago e indemnización por sus lesiones. 

    Una vez efectuado el movimiento de pago, la víctima tuvo que firmar un documento de finiquito y liberación de toda reclamación, donde deslindaba a la compañía aérea de cualquier responsabilidad civil o penal, por lo que exime de todas las reclamaciones que pudieran surgir en cualquier parte del mundo a la empresa aérea de paquetería.
    Condiciona aseguradora el pago 

    Luis Alberto Chávez Hernández, jefe de Vinculación Social y Política de la Dirección General de Gobierno, informó que el Grupo Mexicano de Seguros que representa a Jet Paquetería, pone como condición para pagar las indemnizaciones por la muerte de sus familiares que Claudio retire las demandas que tiene en contra de la empresa ante la CONDUSEF y un despacho de abogados de Estados Unidos. 

    Expresó que esta condicionante se debe a que la empresa aseguradora, para poder efectuar el pago, no debe estar demandada ante ninguna estancia, por lo que si el afectado se desiste de estas demandas entonces se procederá al pago. 

    "Sólo estamos esperando que venza el plazo constitucional, que es como para el 20 de este mes, entonces el Juez estará en condiciones de declarar herederos y albacea legal, y ya entonces podrá declarar el pago de las indemnizaciones y la aseguradora a su vez efectuar estos pagos". 

    Las quejas ante derechos humanos
    Una queja contra la PGJE por incumplimiento de una asesoría plena, otra contra el agente del Ministerio Público Federal por el incumplimiento de una petición sobre un peritaje de la Dirección de Aeronáutica Civil, son las denuncias que Claudio Ochoa Rubio presentó ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, informó Juan José Ríos Estavillo. 

    La CEDH informó que también se realizó un trámite ante la CONDUSEF, donde Claudio se inconformó con la cantidad otorgada por la compañía de seguros, así como de los bienes muebles para su rehabilitación, pero como él ya recibió el dinero, con eso entonces se encontró cerrado el expediente. 


    586 mil 555 pesos le prometieron al sobreviviente
    150 mil pesos fue el monto que recibió