"Tropos"

"El mito de Casandra y el virus de la estulticia"
07/11/2015 10:27

    Adrián García Cortés

    "Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo: ¿No eres tú el Mesías? Pues sálvate a ti mismo y a nosotros".- Lucas 23,39.

    En la mitología griega, Casandra fue hija de los reyes de Troya –Príamo y Hécuba--. El todopoderoso Apolo, que cortejaba a Casandra, le concedió el don de la profecía; cuando ésta no le correspondió, la condenó a la incredulidad. Sus vaticinios, aunque ciertos, nadie los tomó en cuenta y la tildaron de loca: así cayó Troya. Convertida en esclava de Agamenon, le advirtió que sería asesinado si volvía a Grecia. No le hizo caso; Clitemnestra, esposa del rey miceno, asesinó a los dos.
    El doctor Jesús Kumate Rodríguez, reconocido epidemiólogo, ex Secretario federal de Salud, ex director de la OMS y actual miembro del Colegio de Sinaloa, citó al mito en su conferencia televisada el pasado miércoles 5 de mayo. La referencia fue para ilustrar lo que estaba ocurriendo en nuestro país bajo el síndrome de la incredulidad, como una de las connotaciones de mayor riesgo en las previsiones sanitarias contra la Influenza Humana.

    Megavacilada pandemónica,
    perversidad manipuladora
    El hecho es que, desde concertada la emergencia para prevenir la proliferación de los contagios masivos, en los medios de comunicación se desató una obtusa campaña contra las previsiones, imaginando cuanto error sanitario, económico, político y hasta de sentido común pudiera atribuirse al gobierno, calificándolo de farsa y a éste como único culpable de lo que estaba ocurriendo.
    Ahora, con el uso cada vez más extendido del internet, el asedio por el medio ha sido constante hasta consignar que se trata de una conspiración política para atenuar las posibles quiebras de las empresas multinacionales, particularmente las farmacéuticas.
    "Megavacilada pandemónica, perversidad manipuladora", la llamó uno. "Más mito que realidad", la calificó un candidato a diputado en el inicio de su campaña. "País vulnerable con un gobierno incompetente; inoperancia de Calderón", dijo otro.

    Si no creas guerras,
    crea enfermedades
    Un correo que llegó a este receptor nos dice: "Desde hace más de dos años la industria farmacéutica a nivel mundial tenía problemas financieros por la baja en la venta de medicamentos. Si no creas guerras, crea enfermedades, la economía mundial debería ponerse en marcha. México, perfecto trampolín para lanzar la enfermedad, de aquí saldrían turistas a diferentes partes del mundo; curiosamente los países que reportan enfermos que estuvieron en México, y que están reforzando su cerco sanitario son los países que integran el G7, ¡qué raro!"
    Otro correo califica a la Influenza como "la mentira del año" y añade: "es realmente deprimente ver como la gente se ha dejado sorprender en los últimos días por parte de la TV y el radio a causa de la Influenza Porcina".
    Y uno más: "No digo que lo de la epidemia sea un cuento, para nada. Nada más digo que la salud pública es uno de los mayores negocios que existen. Creo recordar que después de las armas y de la droga, la industria farmacéutica es la que más dinero mueve en el mundo. Como tal, la producción de medicamentos y vacunas está mucho más orientada por la ganancia de lo que imaginamos". En este caso el correo se atreve a decir: "Que los virus mismos sean producidos por quienes hacen los medicamentosa o por los gobiernos. El miedo en sí es un gran negocio y, bien azuzado, basta para incentivar las compras de los antivirales y las vacunas".

    Terrorismo de incredulidad
    como terrorismo de Estado
    Cierto o no, veraz o infundio, lo que se ha dicho nos hace caer, como dijo Kumate, en el mito de Casandra. Lo grave de esta situación, es que no falta quien la califique como "terrorismo de Estado", más con ánimo político, y que nos relajemos conviviendo con nuestras propias carencias y nuestros malos hábitos en el cuidado de la salud y la profilaxis personal. Pero peor es este "terrorismo" de la incredulidad, de la ignorancia o de la pasión política, que genera el otro virus cual es el de la estulticia grupal, partidaria y hasta endémica contra un sistema que agotó su vigencia y que nadie se atreve ni siquiera al análisis para depurarlo y llevarlo a las demandas del siglo 21. Esto sí que es raro y deprimente.
    Para nadie es un secreto que México agotó el sistema político, económico y social implantado por los triunfadores de la Revolución Mexicana. Tampoco se ignora que el sistema es renovable como tiene que ser tras tres generaciones de mexicanos que abrevaron su cultura cívica de ese sistema. Quien quiera echarse a cuestas tal tarea, no importa de qué signo partidario sea, tiene que saber que no será fácil, y que las raíces centenarias de éste, serán el primer obstáculo para la renovación. El PAN, que remontó la esperanza en el arranque del siglo no lo ha hecho, porque obviamente no lo dejaron ni lo dejarán. Más que partido, se necesitaría un iluminado que asuma la autoridad de la razón que no de la fuerza; y eso es lo que está esperando la nueva sociedad.

    No gastamos en salud;
    apenas 0.36% del PIB
    A propósito de la crisis económica y ahora de salud, dos autoridades, una política y una médica han fijado una postura digna de considerarse como lección para el futuro:
    Óscar Arias, presidente de Costa Rica y Premio Nobel de la Paz, dijo en la Cumbre de las Américas (18.04.09):
    "El enemigo nuestro es la falta de educación; es el analfabetismo; es que no gastamos en la salud de nuestro pueblo; que no creamos la infraestructura necesaria... que no estamos dedicando los recursos necesarios para detener la degradación del medio ambiente; de la desigualdad que tenemos, que realmente nos avergüenza; es, entre muchas cosas, por supuesto, de que no estamos educando a nuestros hijos y a nuestras hijas".
    El doctor Jesús Kumate, en la revista Proceso (03.05.09) apuntó:
    "Sobre la base de que los países deben destinar a la investigación 1% del PIB, México a lo más que ha llegado es a 0.4%; pero en los dos últimos años de Vicente Fox bajó a 0.36%, a pesar de que los dos gobierno panistas prometieron duplicarlo. Esto no es más que el reflejo de la importancia que el gobierno le da a la investigación".

    Tú te dices Mesías:
    sálvate y sálvanos
    He ahí el problema. Ambos, desde perspectivas diferentes coinciden en un hecho abrumador: el valor supremo de la nación, que son sus recursos humanos, no son y no han sido una prioridad presupuestal. La cuestión, hay que decirlo con la mayor independencia ideológica, es que el problema que ahora confrontamos no se generó en los últimos ocho años.
    El problema deviene de lejos; es generacional, y como tal, la política que se ha ejercido para conducir a la nación, es la del negocio. En México, el negocio más redituable es la política, y los políticos mexicanos buscan y se aferran al poder en aras de sus propios negocios. El recurso humano, como lo conciben, la cultura, la investigación, la previsión, no son negocio; de ahí su falta de prioridad presupuestal. Y en ello, ciertamente, los gobiernos del PAN no se han atrevido a darle vuelco al sistema en este campo.
    En cuanto a los terroristas del rumor y el vituperio, habrá que preguntarles:

    Uno: ¿Alguno se ha asomado al ámbito familiar de los muertos por la Influenza para que testimonie el "terrorismo de Estado"?

    Dos: ¿Será necesario pedirle al Señor de los poderes fácticos de México que si se considera el Mesías, se salve a sí mismo y a todos nosotros?

    Tres: ¿Qué tal si esta Influenza llamada engaño solo sea un simulacro para inducir el cuidado de la salud, como ocurre con las previsiones de temblores en la ciudad de México, cuyo éxito ha sido proverbial después de 1985?

    Aquí estaría una respuesta para preservar al mexicano contra todo tipo de pandemias, incluso la política.



    Comentarios:
    adriang@live.com.mx