"Un artesano del barro es Jorge Daniel Álvarez"
CULIACÁN.- Con el barro, Jorge Daniel Álvarez Castillo crea macetas, tejas, cazuelas, ollas y figuras. En el taller que comparte con su hermano Julio César, la tierra es el principal elemento.
El proceso de creación es una mezcla entre lo tradicional y lo moderno. Lo mismo utiliza las manos y los pies para moldear la pasta lodosa, como maquinaria que hace por él, el trabajo de trituración y batido del barro.
"Este taller era de mi papá, pero él no trabajaba el barro, tenía trabajadores de Guadalajara, Concordia, y viéndolos a ellos aprendimos a trabajarlo también", expresa.
"Nosotros trabajamos con máquinas que otros alfareros no tienen, hay tres en Culiacán, pero los demás hacen todo con las manos", señala.
El primer paso en el proceso es moler la tierra, que le llevan desde Tepuche, a la que luego se le agrega agua, para posteriormente colocar la pasta en una batidora que la comprime.
"Se debe cuidar que no esté ni muy lodosa ni muy seca, y lo que sigue es que cuando está comprimida, se moldea con los pies sobre el molde de la maceta".
Una vez que se obtiene la figura, se pule a mano en el torno, y por último se mete al horno, que en el taller de Jorge Daniel es a la vieja usanza. Con ladrillos que sirven de paredes, y leña en lugar de gas o electricidad.
Crear una maceta requiere de 5 y 20 minutos para darle forma y acabados, dependiendo del tamaño, medio día para que repose y 5 horas más en el horneado.
"Diario hacemos como 15 macetas, pero también hacemos tejas, cazuelas, ollas, otras piezas. Los que más nos compran son los viveros", expone.
Jorge Daniel es ingeniero en Electrónica, pero dice que la mayor parte del tiempo es alfarero.
"Cuando estoy aquí me siento alfarero. De esto vivimos, tengo como 20 años trabajando el barro, y pues sí me gusta, además relaja", dice.
El barro ha sido su fuente de sustento, asegura, pero pocas personas quieren sumarse al oficio.
"No se paga como debiera, y aparte no hay gente que quiera trabajar, por eso si me meto de lleno a esto, quiero traer otras máquinas que faciliten el trabajo, y pueda hacer más cosas".
En el taller ubicado en la colonia Ignacio Allende, Jorge Daniel regresa a seguir dando forma a la tierra, en un oficio que forma parte de la historia de los sinaloenses.
"Cuando estoy aquí me siento alfarero. De esto vivimos, tengo como 20 años trabajando el barro, y pues sí me gusta, además relaja".
Jorge Daniel Álvarez Castillo
Artesano