"Un doloroso recuerdo del mar"
MAZATLÁN._ El 14 de septiembre se ha convertido en una fecha emblemática para la pesca del camarón en altamar en Sinaloa.
Hoy, hace 19 años, un embravecido Huracán Ismael provocó la muerte de más de 60 pescadores.
Y aunque ahora se cuenta con dispositivos y tecnología que permiten un mayor grado de seguridad para la tripulación de los barcos en altamar, para autoridades, productores y pescadores una decisión a tiempo y la suerte son los aliados para sobrevivir a los efectos de un fenómeno climático mar adentro.
Heridas abiertas
Cada 10 y 14 de septiembre el dolor se agudiza en la vida de Dolores Villela y su esposo. Las fechas corresponden a la salida del barco que abordó José Antonio Corral Villela, su hijo, y la segunda a la muerte del mismo, en 1995.
Antes de ese pasaje, los 10 de septiembre eran sinónimo de fiesta en su hogar, pues era el cumpleaños de José Antonio, el más pequeño de los varones en la familia de ocho hijos, y había que festejarle preparándole la comida que más le gustaba: el mole.
Aquel día, como si se tratara de un presagio, José Antonio pidió que le prendieran una veladora en vez del platillo que tanto le gustaba.
"Ese día salió mi hijo de la casa, es algo que no se olvida, porque era su cumpleaños y se fue a trabajar a Baja California.
Ahora anda uno nada más recordando tristezas desde que él se fue. Esta foto se la sacó en diciembre (1994), un año antes que se fue. Pidió que lo retrataran, era muy cariñoso, decía que iba a ser la última, que ya no se iba a tomar fotos. Yo pienso que presagiaba su muerte. Me dijo: 'Como no va haber mole, me prendes una veladora, porque ya voy a salir para que me vaya iluminando'", relata Dolores.
Las fuentes reducidas de trabajo en Mazatlán orillaron a José Antonio a buscar emplearse en la pesca, al igual que dos de sus hermanos.
Luego de horas de búsqueda de parte de la Secretaría de Marina, el cuerpo de su hijo fue encontrado en Topolobampo, identificado mediante un tatuaje con el nombre de su mamá.
"El dueño del barco nada más nos dio 5 mil pesos, con eso pagamos lo del funeral. Ahora estoy también con Jesús por los rincones porque se van otros dos (hijos) a pescar. Uno es soldador y el otro albañil, pero no quieren quedarse", expresa Lolita.
La memoria de un gobierno indolente
Al recordar la respuesta de las autoridades hace 19 años, luego de ver desfilar decenas de cuerpos tendidos en la explanada de Topolobampo, mientras se desarrollaba una competencia de atletismo, Jacqueline Cisneros González no puede evitar sentir rabia y coraje.
"Estaba lloviendo allá en Topolobampo, hubo una carrera que el Gobernador no suspendió. Fue muy triste, porque ahí en la explanada de Topolobampo estaba lleno de cuerpos; mientras todos aplaudían a los participantes de la copa, a un lado la Armada rescatando cuerpos. Es algo que a mí no se me olvida y me dio mucho coraje, cómo las autoridades no pudieron haber cancelado una carrera, en lugar de atender la tragedia", declara la hoy Regidora y presidenta de la Comisión de Pesca del Cabildo de Mazatlán, quien también perdió a su padre con el paso de aquel huracán.
"Ya no llore, aquí le dejo estos 500 pesos, niña, para que se compré muchos dulces y se le olvide su papá", me dijo el entonces Gobernador Renato Vega Alvarado.
"Yo le contesté que yo le daba mil, a ver si con eso le alcanzaba a él para olvidar al suyo. Ya aquí en Mazatlán no podías caminar por la Colonia Olímpica, donde yo vivía cuando era adolescente, eran puros cuerpos tendidos, porque casi puros pescadores vivían por ahí. Era como si fuera una verbena, pero de horror", comenta Jacqueline.
Su padre, Jaime Cisneros Solís, era motorista y había partido el 10 de septiembre en la embarcación llamada "El Suizo". De esa embarcación sólo hubo un sobreviviente, que resultó con infección en la piel y daños en funciones cerebrales. Don Jaime fue uno de los 33 pescadores mazatlecos que perdieron la vida.
"Ese día fallecieron muchísimos pescadores, algunos lograron llegar con vida, otros no llegaron. Eran vísperas del día del Grito de Independencia, yo estaba viendo qué me iba a poner cuando nos dieron la noticia. Aquí en Mazatlán nosotros nos quedamos con una cifra de 33 pescadores, que son los que están en la placa de La Puntilla", dice.
"A nivel estatal manejaron un total de 59 pescadores, pero el número exacto nunca se supo. Fueron identificados 59 pescadores, pero hubo muchos que se fueron a la fosa común porque no tuvieron manera de ser identificados por familiares, salieron después de dos o tres días".
Desde su perspectiva, el auge pesquero se acabó con el Huracán Ismael.
La cultura de la prevención
Desde entonces dependencias federales como la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, califican como un significativo avance la utilización de dispositivos de seguridad en los barcos camaroneros.
Aunque no minimiza los alcances de un fenómeno meteorológico en el mar, el Capitán de Puerto Gustavo Gómez Rangel asegura que el panorama en la actualidad para los pescadores, es muy distinto al de hace 19 años en materia de seguridad marítima.
"Son otros tiempos, nosotros aquí en México no teníamos la cultura de la prevención. Ahora nosotros estamos monitoreando siempre la trayectoria de un fenómeno, hay sitios en Internet que lo hacen en tiempo real. Todas las embarcaciones camaroneras tienen su sistema satelital, sistema GPS, banda lateral", señala.
El presidente de la Cámara Nacional de la Industria Pesquera, Fernando Medrano Freeman, coincide con la opinión de Gómez Rangel, en que se poseen mayores elementos para monitorear el desarrollo de los huracanes, además que la tecnología ha permitido mejorar los dispositivos de radio y telecomunicaciones para barcos.
Incluso con todos estos dispositivos, la Canainpesca recomienda a la flota retrasar el inicio de las capturas para no exponer a los tripulantes a los efectos que pudiera provocar el Huracán Odile.
"La verdad que fue un fenómeno ('Ismael'), impredecible, todos estábamos checando la información en las computadoras y la verdad nos tomó por sorpresa, hasta los mismos que se dedican a predecir la evolución de un fenómeno como estos.
Yo recuerdo que revisé, chequé en Internet, no menos de cuatro sitios que hablan sobre los huracanes, incluidos los más serios, el National Security Center y la información que daban apuntaba a un huracán alejado. A las tres horas lo teníamos por aquí, tumbándonos toda la costa. Fue un fenómeno que se movió sorprendentemente, por eso son los riesgos ahorita", declara.
Para familiares de los pescadores fallecidos en 1995, como la Regidora Jacqueline Cisneros, la vulnerabilidad sigue presente.
"Las medidas en el mar nunca van a ser suficientes. Ahorita está la temporada de huracanes, el 14 (hoy) se abre la veda y atravesamos el mal tiempo. El mar es muy traicionero y ellos se arriesgan. Las autoridades manejaron que había sido la avaricia de los pescadores, que se les había avisado a tiempo para refugiarse, pero que la avaricia no los dejó, que porque estaban sacando camarones, pero se les olvida que la avaricia no va más allá de tu vida", expresa.
"A ellos no se les avisó a tiempo, no contaban con radios, no tenían la comunicación suficiente, tuvo que pasar esa tragedia para que hoy los barcos, entre comillas, si no llevan toda la comunicación, no salen".
Un rincón para no olvidarlos
Para el aniversario luctuoso número 15, se instaló una placa en La Puntilla, justo en el monumento a la Virgen de Guadalupe, con permiso de la Administración Portuaria Integral.
Luego de realizar gestiones, familiares de pescadores fallecidos, la Unión de Armadores del Litoral del Pacífico Mexicano y Jacqueline Cisneros González, pidieron a la pasada administración la construcción de un obelisco con los nombres de los 33 mazatlecos muertos, sin tener respuesta favorable.
Fue hasta el inicio de la administración de Carlos Felton González y la Unión de Armadores del Litoral del Pacífico que decidieron aportar 200 mil pesos, 100 mil cada uno, para el obelisco que pretende inmortalizar los nombres de esos pescadores.
"Ya como Regidora se lo propuse al Presidente Carlos Felton y accedió, nos apoyó con la mitad y (Ricardo) Michel Luna puso la otra mitad, porque él perdió también a su hijo, sus primos, sus hermanos. Le dije: 'Vamos dejando que estos pescadores sean reconocidos'. Decidimos que fuera alrededor de la virgen porque tiene su significado, es una ola abrazando la virgen y está mirando al mar", comenta.
"'Ismael' a los pescadores no se les olvida, fue algo nunca antes visto, olas de 10 metros, nos tapaban los barcos. Mi papá salió descompuesto, ya venía en la caja hermética, no se veló. De los 33 pescadores muchos no tuvieron la dicha de saber dónde quedaron, sólo un 50 por ciento nomás tiene una tumba, es por eso que el día 14 se avienta la corona al mar, porque los que tenemos una tumba podemos llevar una flor, pero los que quedaron en el mar no", dice Cisneros González.
La inquietud de la obra surgió, explica, luego que en 1996 algunos líderes se aprovecharon de apoyos que el Gobierno federal destinó para una cooperativa conformada por viudas que se llamaban "Unidas por el mar".
Los apoyos federales no llegaron, entonces los familiares afectados buscaron la manera de inmortalizarlos.
"Yo les dije que aquí era más de una beca, que ellos se merecían ser recordados. De ahí nació la inquietud del obelisco, para que ellos pasaran a la historia, que a pesar de que pasen las autoridades, ellos quedarían plasmados en una placa", expresa la Regidora.