"Un dulce recuerdo"
MAZATLÁN._ Una tradición que a medida que pasan los años tiene una mayor aceptación entre la población de Mazatlán es, sin duda, el Pan de Muerto, una delicia que por temporada ofrecen algunas panaderías de la Ciudad.
De costra dorada y azucarado, adornado con figuras de pan que emulan huesos y cráneo, no todos los maestros panaderos tienen la habilidad para preparar el Pan de Muerto, por ello son pocos los lugares donde se puede encontrar.
Felipe Aldrete Hermosillo, fundador de la Panadería La Guadalupana de Mazatlán, destaca que en 1972, año en que abrió sus hornos esta panificadora, en el puerto no se ofrecía este tipo de pan, que más bien es típico del centro del País.
"El Pan de Muerto es una tradición mexicana muy antigua, pero que está más arraigada en el centro y sur de México, por eso desde que inició la panadería, cada año en octubre se ofrece como algo especial", señala.
"Tengo la satisfacción de que nosotros hemos sido impulsores del Pan de Muerto y la Rosca de Reyes, pero en el caso del pan creo que todavía no tiene el auge que debía tener, por todo lo que simboliza".
Está ligado íntimamente a la celebración del Día de Muertos de la época prehispánica, es redondo para simbolizar la eternidad del ciclo de la vida, que se repite una y otra vez de forma consecutiva.
El adorno que sobresale en la parte superior son los huesos del muerto, formando una cruz para señalar los cuatro puntos cardinales y en medio una bolita, que simula el cráneo.
Por lo diverso de la población de Mazatlán, siempre hay clientes para este tipo de antojitos y en la última década ha tenido más demanda por el sector escolar, que lo utiliza en la decoración de los altares de muerto.
"Los que más consumen el Pan de Muerto son los estudiantes, no porque les guste de primera instancia, sino porque se los piden en la escuela para los altares, otra tradición muy del centro del País que está tomando arraigo en Mazatlán, así es como lo conocen y les gusta", explica.
Por lo mismo que es un pan especial, los ingredientes que lleva son finos y su costo es un poco más elevado al pan común, lo cual no es obstáculo para que tenga una amplia demanda.
El proceso de elaboración es un poco más prolongado que otros panes y el resultado sólo se puede degustar en una temporada del año: de mediados octubre a inicios de noviembre.
"El Pan de Muerto es una tradición mexicana muy antigua, pero que está más arraigada en el centro y sur de México, por eso desde que inició la panadería, cada año en octubre se ofrece como algo especial".
Felipe Aldrete Hermosillo
Panadero