"Una explosiva tradición"
CULIACÁN.- En cada cohete, los Tablón Gordillo imprimen emociones que estallan en el cielo en forma de luces de colores. Se trata del arte que por generaciones se ha mantenido en su familia.
Un crisantemo, carrillera o incluso una bomba de luz, representan para ellos un minucioso trabajo que implica un gran respeto.
En Sinaloa, la tradición comienza con José Luis Tablón, quien nació para vivir aquí y fundar una tradicional "fábrica de luces".
Con apenas 7 meses, José Luis arribó a El Rosario, procedente de Jalisco y ocho años después ya dominaba la que se convertiría en su profesión y pasión: la elaboración de "cuetes".
Tal como su bisabuelo hizo con su abuelo, su padre le enseñó desde pequeño a trabajar duro, pero también a disfrutar de las gratificaciones que traen consigo el trabajo bien hecho.
"Es algo que me apasiona. Lo mejor de todo es ver el trabajo concluido. Cuando la gente te agradece aquellas luces que iluminan el cielo... ese es el mejor pago al esfuerzo", dijo aquel hombre de manos pintadas de gris, al momento en que elaboraba un crisantemo.
Veinte años atrás, Lidia conoció a José Luis y con él, su nueva profesión. Dejó aquel empaque de El Diez y se dedicó de lleno a la elaboración de cohetes, que ya domina a la perfección.
"Aprendí a hacer "cuetes" y descubrí que es algo apasionante. Ver la cara de quienes observan tu trabajo y la felicitación al final es hermoso", señaló.
Las hijas de ambos, Lidia y Eva María, de 13 y 19 años, respectivamente, crecieron con la misma inquietud. Aunque ambas estudian secundaria y la carrera de Psicología, pretenden continuar con el negocio de los cohetes.
La familia cuenta que aunque un "cuete" resulta por demás agradable a la vista, implica un trabajo duro, pero sobre todo respeto al material, debido al manejo de pólvora, nitrato de potasio y azufre, por lo que José Luis prefiere ser quien realice el trabajo más difícil, para no poner en riesgo a su familia.
"A la pólvora hay que tenerle mucho respeto. No es algo que debe tomarse a la ligera", exclamó.
La elaboración
La elaboración de un cohete implica disciplina en el manejo de los materiales. Los polvorines deben permanecer separados unos de otros, hasta con 35 metros de distancia y en lugares cercados. Materiales como el cartón, también deben encontrarse retirados de la pólvora.
Las luces, unas pequeñas bolitas de color negro son separadas por José Luis.
Otros familiares de José Luis elaboran los forros del cohete. Para el caso de los chanateros, fabrican pequeños tubos de cartón, incluyen harina y periódico. Éstos se ponen a secar durante varias horas, e incluso días, dependiendo del tamaño.
El lugar
Protección Civil indica que para la elaboración de cohetes, el lugar debe encontrarse apartado de la ciudad, por lo que el acceso a su cohetera "Fátima", no resulta fácil. Se ubican a la altura de la pensión vehicular, que se encuentra sobre La Costerita. El acceso es por el camino que conduce al Dique La Primavera.
El sitio se encuentra cercado.
No venden a los niños
Una de las principales reglas de la familia es no vender cohetes a menores de edad. Recomiendan que cualquier explosivo debe ser utilizado por un adulto.
Recomendaciones
La familia alerta sobre la existencia de un nuevo cohete: Cara de diablo, e indica que no debe ser adquirido, ya que representa un peligro para quien lo utiliza.
Tiene material muy peligroso, explota inmediatamente y es capaz de volar cualquier cosa.
"Es algo que me apasiona. Lo mejor de todo es ver el trabajo concluido. Cuando la gente te agradece aquellas luces que iluminan el cielo...".
José Luis Tablón
Artesano