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"BAJO ACECHO"

"Una pesadilla que se repite"

"Es la tercera vez en menos de tres años que esta comunidad del municipio de Sinaloa es víctima de ataques de grupos armados"
16/11/2015 09:45

    EL PALMAR DE LOS SEPÚLVEDA, Sinaloa.- El sonido característico de la metralla es algo que conocen bien y de cerca los habitantes de esta comunidad que se consume por el miedo. 

    Ubicado a más de 50 kilómetros de Sinaloa de Leyva, por un pedregoso camino que comunica Guamúchil con Bacubirito, este pueblo es testigo constante de hechos de alto impacto de los que la quema de viviendas parecer ser el favorito entre los grupos armados que se disputan esta región. 

    Manuel Antonio López Bojórquez es el síndico municipal, pero ese puesto no le da ningún fuero. Acepta la entrevista con los medios pero contesta nervioso con frases cortas para no ahondar mucho. Tiene miedo y se le nota. 

    "Qué le voy a decir cómo estuvo, yo lo que oí fueron balazos nada más, aquí estaba comiendo cuando empezó, fue como a las 2:20 (de la tarde) más o menos, más o menos alrededor como unas dos horas pasó", dice. 

    La máxima autoridad en el pueblo comenta que no sabe mucho de las familias que habitaban en las casas quemadas. Son personas que vinieron "de pa´rriba" hace más de 15 años y se establecieron en El Palmar. 

    "Sí están habitadas, pero parece ser que dicen que están quemadas, yo no he ido para allá. No me han llamado a mi para allá", puntualiza. 

    López Bojórquez comenta que tras el ataque no se supo de esas familias y nadie quiso averiguar. 

    Han pasado alrededor de 18 horas que el grupo agresor se retiró y al pueblo no ha recalado ninguna patrulla de la policía; elementos del Ejército hicieron presencia hora y media después de que cesó la balacera del domingo y se retiraron para ser relevados en la mañana de ayer por otra sección del 42 Batallón, con sede en Guamúchil. 

    "No vi yo a nadie (de la policía), no he visto. Me hablaron de Seguridad (Pública) esta mañana y yo le contestés nada más eso, los hechos. Nomás el Ejército estuvo aquí", indica el síndico. 

    En esta comunidad se han presentado al menos tres quemas y ataques a viviendas desde julio de 2012 a la fecha y quienes habitaban en esas casas han puesto tierra de por medio. 

    Los hoyos dejados por el impacto de las balas y el tizne en las paredes por los efectos del fuego quedaron como fiel testamento de un pueblo acechado por la violencia, pero que a pesar del temor se niega a rendirse. 


    "Qué le voy a decir cómo estuvo, yo lo que oí fueron balazos nada más".
    Manuel Antonio López Bojórquez, Síndico de la comunidad