|
"Día Mundial contra el Cáncer de Mama"

"Vive Teo para contar su batalla"

"Sobreviviente al cáncer de mama, Teodora relata el calvario en el que se convirtió su vida al descubrir como la enfermedad aparecía en su cuerpo y su lucha contra ella"
10/11/2015 10:57

    MAZATLÁN._El 24 de abril del 2010 es una fecha que quedará imborrable en la memoria de Teodora Maldonado Calderón, de 46 años de edad.
    Ese día fue el inicio de la batalla más grande en su vida: fue el comienzo de su lucha contra un mounstruo llamado cáncer de mama.
    Hacía dos meses que su hermana menor, Patricia, había sido diagnosticada con la misma enfermedad, desde entonces las preocupaciones comenzaron a atacarle el pensamiento a toda hora, sin imaginar que poco a poco, ella también desarrollaba la enfermedad.
    Cuando se bañaba detectó un extraño abultamiento en su seno izquierdo.
    En ella la detección oportuna del problema fue la clave para lograr escribirse entre la cifra de sobrevivientes de esta enfermedad que ataca a una de cada 10 mujeres en el país. Mientras que su hermana no tuvo la misma suerte, ella ha superado la prueba de manera distinta.
    Diagnóstico oportuno
    Para suerte de Teodora su problema fue diagnósticado a tiempo, a diferencia de su hermana.
    "Hubo un tiempo en que yo sentía una bolita saltada, pero no le hice caso. Me bañaba y me la tocaba, yo pensaba que era una venita inflamada, lo sentía más cuando tenía mi periodo, no le hice caso, dejé pasar cuatro ó cinco meses, cuando de repente me toqué una bola más grande, que no se me movía, entonces fui a hacerme una mamografía".
    El radiólogo le dijo que no se preocupara, que todo estaba bien mientras la adenosis no creciera.
    "Yo me quedé confiada. Un mes antes, mi hermana la que sigue de mí, a ella le salió la bola del lado izquierdo, pero a ella le dolía y sentía algo caliente, a ella le hicieron biopsia y le dijeron que era cáncer, entonces comenzé a preocuparme", relata.
    Para Teo la espera de su diagnóstico fue un calvario, el temor de padecer la misma enfermedad que su hermana le consumía, no tanto por el riesgo de fallecer, sino por dejar desprotegidos a sus dos hijos: Eduardo, que entonces tenía 22 años, y Mónica, de 14, pues hacía varios años que la hacía de padre y madre a la vez.
    "Dentro de mí yo tenía temor, porque yo veía a mi hermana como estaba. Sufrí más yo con ella que cuando me pasó a mí" comenta.
    Luego de la biopsia, el patólogo al final dio el veredicto y la palabra más temida para Teo se hizo escuchar en el consultorio, efectivamente se trataba del mismo mal que su hermana, pero en etapas de detección distintas.
    "Recuerdo las palabras del doctor cuando me dijo: Teo, tienes cáncer, entonces lo tomé como un reto. Primero trataron de salvar mi seno, no pudieron, fue cuando me programaron para ya quitarme la mama, luego empezaron las quimioterapias, las radiaciones en Culiacán y ahora puedo decir que estoy de pie", expresa, segura de sí.
    Tratamiento radical
    Para Teodora vivir cada etapa del tratamiento al que tuvo que someterse no fue fácil.
    Perder uno de sus miembros, luego con las quimioterapias observar cómo su cabello se fue debilitando y cayendo a pedazos, ver cómo su cuerpo se debilitaba poco a poco y en varias ocasiones sintiéndose derrotada al mirar a su madre llorar por ver a sus dos hijas enfermas.
    A pesar de la dura batalla que enfrentó y de los momentos de depresión que vivió, Teo pudo rescatar la esperanza de cada una de las etapas de su tratamiento, en ella el apoyo de su familia y su actitud de vencer a la enfermedad le hicieron más fuerte.
    "Hace casi tres años de eso, mi problema fue hormonal. La parte del tratamiento más difícil fueron las quimioterapias. Ese era un dolor horrible, pero es de este tipo de cosas de las que te das cuenta lo fuerte que puedes llegar a ser. En mi caso Dios y mis familia me favorecieron, porque aunque yo tenía en mente luchar, si no los tuviera de mi lado como aliados quizá no lo hubiera logrado", cuenta.
    Regresar a tu vida
    Aunque Teo ha regresado a sus labores cotidianas como ama de casa, madre y profesionista, su percepción ante la vida es distinta luego de haber salido victoriosa de una de las batallas más difíciles.
    Ahora no deja de promover entre sus amigas y compañeras de trabajo la autoexploración y el chequeo constante, así como recomendar a las mujeres que padecen la enfermedad conservar una actitud optimista ante el problema y atender las recomendaciones de los médicos.
    "Yo me puedo considerar diferente, esto simplemente te cambia la vida, aprendes a valorar las cosas que tienes y eres capaz de soportarlo todo", manifiesta Teo, sonriente.
    Detección oportuna
    Aunque el cáncer de mama es una enfermedad que no puede ser considerada como prevenible, el 85 por ciento de los factores de riesgo pueden reducirse al mínimo por ser ambientales, mientras que el otro 15 por ciento se debe a causas de predisposición genética, lo que aunado a una detección oportuna pueden hacer del padecimiento un diagnóstico favorable para el paciente.
    "Aquí no hablamos de prevención como pudieramos hacerlo con el cáncer cervicouterino. No hay prevención porque la detección generalmente es cuando ya es cáncer. Localizar una enfermedad precursora de un cáncer mamario es extremadamente difícil, no hay medicamentos para prevenir, ni una dieta exacta para hacerlo, porque todas tienen fertilizantes, fumigantes. Prevención no, lo que buscamos es detección oportuna", señala el oncólogo y ginecólogo del Hospital Sharp, Ernesto Velazquez Osuna.
    Entre los factores ambientales que favorecen el desarrollo del cáncer de mama están el sobrepeso, por la excesiva producción de hormonas, la inactividad física, no haber tenido hijos, haber tenido el primer parto después de los 34 años y menstruar antes de los 12 años o después de los 50.
    "La recomendación que yo hago es la autoexploración, mantenerse en peso lo más ideal posible, una actividad física cotidiana y la consulta periódica con su médico de cabecera", explica.
    Para el médico, el caso de Teodora es uno de los ejemplos de cómo una detección oportuna y el tratamiento, una buena actitud ante el problema y el apoyo de la familia pueden hacer que la paciente mejore.
    "Un correcto tratamiento, un diagnóstico oportuno y demás, y una buena actitud es lo que va a curar al paciente".
    Una actitud derrotista sólo irá al fracaso, asegura el médico, quien recomienda a las pacientes siempre observar una actitud positiva, sin ignorar la enfermedad y enfrentarla siempre con entereza.
     
    "Yo me puedo considerar diferente, esto simplemente te cambia la vida, aprendes a valorar las cosas que tienes y eres capaz de soportarlo todo".
    Teodora Maldonado Calderón
    Sobreviviente del
    cáncer de mama