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"Comuneros"

"Viven doloroso éxodo"

"Nabor González es el comisario de este pueblo y es uno de los tantos comuneros a los que el Fondo de Infraestructura Hidráulica de Sinaloa no les ha pagado la indemnización por su vivienda y las tierras que posee"

    EL PLACER.- Nabor González es el comisario de este pueblo y es uno de los tantos comuneros a los que el Fondo de Infraestructura Hidráulica de Sinaloa no les ha pagado la indemnización por su vivienda y las tierras que posee.
    Su esposa María de los Ángeles Tapia tiene una tienda de abarrotes, él una sala de billar, es su medio de vida, además de la casa que habitan con sus tres hijos.
    Ahora que iniciaron el desalojo de su vivienda tienen la urgencia de construir una casa dónde vivir, pues en la que les dio el Gobierno del Estado no les cabe ni la cama donde duermen, mucho menos todas sus pertenencias.
    "Dese cuenta, no cabe ni la cama, puse un buró encima de otro porque está bien chiquita la recámara, lo peor es que el comedor no cabe por la puerta, lo dejé afuera, con la poltrona y otras cosas", señaló la esposa del Comisario del Placer.
    La primera noche en El Nuevo Placer, los González Tapia la pasaron como la mayoría de sus cosas: afuera de la casa. El matrimonio durmió en la caja de una camioneta y los niños en una de lías, por suerte no les llovió.
    Adentro del pie de casa pusieron a resguardo algunos muebles de madera, los roperos con ropa, aparatos electrónicos y los colchones, pues si se llegan a mojar se echarán a perder.
    Y esta situación se repite en las 82 viviendas del poblado, las familias han puesto en el interior sus bienes más preciados o delicados, afuera dejan lo que puede resistir el sol y la lluvia.
    "Es muy triste llegar a estas casas tan chiquitas, porque las cositas que tenemos, que a lo mejor para otros son puro tilichero, para nosotros son nuestras cosas y las hemos hecho con mucho sacrificio y las vamos a tener que dejar afuera, porque adentro no cabe nada", expresó Petra Arroyo, otra vecina de El Placer.
    En la recámara sólo hay espacio para la cama y el ropero, en la cocina la estufa y una mesa chica con un par de sillas, ni siquiera un comedor completo, quienes tienen sala la dejaron afuera de la casa, porque no cabe por la puerta.
    Lo más preocupante para el Comisario Nabor González es que por cada manojo de llaves que entrega de una vivienda, es una serie de quejas que recibe, desde la falta de energía eléctrica, hasta que la chapa de la puerta no sirve o que la techumbre está cuarteada.
    "Nosotros esperamos que esas fallas las arregle el contratista que hizo las casas, porque se supone que deben entregarnos las casas bien, yo oigo las quejas y les digo que cuando pase el contratista se lo reporten", añadió.
    Este sábado, personal del Instituto de Vivienda del Estado de Sinaloa acudió a los pueblos, para verificar el nivel de ocupación de las casas y finiquitar algunas entregas.


    "No cabe ni la cama, puse un buró encima de otro porque está bien chiquita la recámara, lo peor es que el comedor no cabe por la puerta..."
    María de los Ángeles Tapia
    Habitante de El Placer

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