"Viven los 'Zorros' una tarde histórica"
MAZATLÁN._"De esto es de lo que se trata", gritó Don Bennet, el fundador del futbol para amputados, con un tono de euforia. Recargado en su prótesis, casi levantó su muleta.
A sus espaldas, cerca de un millar de personas no había dejado de gritar frases de aliento para sus nuevos héroes. Los hermanos, hijos, padres, vecinos o amigos.
Esos que de la vida cotidiana, entre pena, depresión o soledad, saltaron a la cancha para encontrarse a sí mismos.
Ayer en el descuidado y agonizante césped del jardín derecho del campo del Estadio Teodoro Mariscal, se acondicionó una cancha de futbol que fue el escenario de una batalla épica. El resultado deportivo pasó a ser lo de menos, el humano, el social, fue el que contó.
"Thank you, Zorro. I love you", repetían una y otra vez un grupo de jóvenes y no tan jóvenes, sostenidos por una pierna, provocando que su entrenador Berc Zorian se le inundaran los ojos de lágrimas.
El "Zorro", el ex jugador profesional de origen armenio que forjó por meses el carácter del grupo, se hace entender más con su mirada, y sus gestos que evidencian un llanto inevitable, que por su inglés con difícil acento. Enseguida los abraza, los felicita y los besa en la mejilla.
El equipo Zorros de Sinaloa perdió 2-1 ante el Nacional de Estados Unidos, ambos conformados por futbolistas que perdieron una de sus extremidades por alguna enfermedad o accidente, ante una buena entrada. Fue un partido histórico, el primero en México. Al final todos se sintieron ganadores.
Cerca de las 18:00 horas, en los alrededores del Teodoro Mariscal todavía la gente se preguntaba por boletos. No habían dejado entrar y centenares aguardaban en una fila.
La jornada tuvo sus altibajos. La noticia de que Ulises Rodríguez, uno de los pilares del equipo, había empeorado y su estado de salud era crítico. Eso sirvió de motivación extra. Jugaron, gritaron, sudaron, se barrieron y anotaron por Ulises.
Hubo problemas con el audio. Un par de bocinas tuvieron la suficiente fuerza desde el home plate a los bleachers. Las líneas se terminaron de pintar con un ligero atraso.
Tuvieron que cantar los himnos nacionales por ellos mismos y el silbatazo inicial se dio con un ligero retraso. Terminar antes que se se metiera el sol fue el primer reto. Los siguientes fueron los rivales, su condición física, el dolor y hasta los nervios de inicio.
En las gradas todos tuvieron apoyo. Miguel Ángel, Jesús Aarón, Saúl, Alejandro, el "Lupito", Martín.
A las 18:33 inició el juego y 11 minutos después llegó la alegría. Martín robó un balón después de media cancha, dio para el Lupito y éste regresó. Martín remató violentamente y el balón se estrelló en las redes. El festejo no es hizo esperar y el delantero fue en dirección a la banca. Se deshizo de las muletas y señaló con su dedo índice, de la mano derecha, a su entrenador. No hubo palabras. Un abrazo y festejo que aflojó lágrimas
Los meses de trabajo y esfuerzo se vieron reflejados.
Dos minutos después llegó el empate por un cabezazo. Diez después el 2-1 definitivo.
Pero nunca dejaron de luchar.
"Queremos que sepas que nadie se va a olvidar de ti, porque hiciste algo muy importante en nuestras vidas", le dijo Jesús Aarón al "Zorro" ante a sus compañeros. Y le dio un reconocimiento. "Gracias. Thank you. I love you".
Al final hubo lágrimas, revueltas con el agua de las botellas que se vaciaron entre sí. En la noche tendrían su festejo. Ahora, después de encontrarse a sí mismos, de probarse que sí se puede, prepararán su viaje a Rusia. Ahora han colocado su mira al Campeonato Mundial.
"Queremos que sepas que nadie se va a olvidar de ti, porque hiciste algo muy importante en nuestras vidas".
Jesús Aarón
Futbolista que habló a nombre de sus compañeros