"Viven sacerdotes precaria jubilación"

"Tras su retiro, sobreviven con poco más de 2 mil 500 pesos mensuales de pensión"
06/11/2015 07:56

    Héctor Contreras

    Con 43 años de servicio y 72 años de edad, muchos estarían ya jubilados y viviendo de su pensión. Pero en el sacerdocio no existe una vejez en retiro, sino un trabajo de retiro. Un ejemplo es el Padre Lucio Gandarilla, ordenado sacerdote en 1965. 
    A Gandarilla le tocó la formación sacerdotal anterior al Concilio Vaticano II y la posterior, ha trabajado en seis parroquias y desde hace ocho años está a cargo de la Parroquia del Espíritu Santo, en la Colonia Urías.
    En años recientes fue operado de la vesícula y apenas mueve el brazo derecho. 
    Reconoce que apenas sobrevive con una pensión de algo así como 2 mil 300 pesos mensuales, que le es entregada cada tres meses, pero afirma que él quiere seguir trabajando, como ordenó San Pablo: ?El que no trabaje, que no coma?.
    De los 81 sacerdotes de la Diócesis de Mazatlán, cinco son mayores de 70 años de edad y viven de una pensión que apenas alcanza los dos salarios mínimos, algo así como 2 mil 922 pesos al mes.
    Los pensionados que siguen en activo trabajando, pueden recibir un ingreso extra por el estipendio de cada misa que ronda los 50 pesos. Los que están retirados se las tienen que arreglar con su jubilación.
    En la Diócesis de Mazatlán, como en muchas otras del país, no se cuenta con casas sacerdotales para retiro, por lo que muchos prefieren continuar sirviendo en algún templo hasta su muerte. La misma gente los acoge y los cuida. Otros, por cuestiones de salud, se ven obligados a regresar a la casa paterna.
    Tal es el caso de Monseñor Antonio Camacho, quien fue durante años Párroco en San Carlos Borromeo. Un derrame cerebral lo mantuvo en una dura batalla por recuperar su salud y perdió una pierna. Camacho regresó con su familia a Michoacán donde continúa su recuperación.
    También figura el caso del Obispo emérito, Rafael Barraza Sánchez, quien se mudó a Durango, donde vive en casa de su madre. Él sigue celebrando misa y trabajando en su hogar.

    TODOS EN UNA MUTUALIDAD
    En previsión de la salud y la vejez de los sacerdotes, la Conferencia del Episcopado Mexicano creó, en 1965, el Círculo Cultural y de Asistencia Sacerdotal, Asociación Civil. Aunque es una mutualidad, funciona como un seguro para el retiro y seguro médico en la que participan los alrededor de 15 mil sacerdotes diocesanos del país.
    Los servicios que otorga el CCyAS son dos básicamente: el Plan Mexicano de Previsión Social Sacerdotal y el Plan de Salud Sacerdotal. El primer plan es para proveer a los sacerdotes ancianos (mayores de 70 años) de una pensión económica considerable (de acuerdo a un salario mínimo en el Distrito Federal) y a las aportaciones anuales que hacen los demás sacerdotes de todas las diócesis del país. Este plan distribuye la pensión económica por trimestre, a los sacerdotes ancianos, a inválidos por enfermedad y a obispos eméritos, estos últimos reciben el equivalente a dos salarios mínimos del DF.
    Monseñor Agapito Zamora Pollorena, párroco de la Sagrada Familia, y responsable del CCyAS en la Diócesis de Mazatlán, explicó que cada sacerdote paga 12 mil 505 pesos al año por este seguro.
    Entre los sacerdotes pensionados se encuentran los presbíteros Pedro Tovar, Rodolfo Rosales, Lucio Gandarilla, Heladio Ramírez, Monseñor Antonio Camacho y el Obispo Emérito Rafael Barraza Sánchez.
    La mayoría de ellos sigue celebrando oficios religiosos.


    Rebasan los 50 años
    presbíteros de la Diócesis 

    Aunque comienza una nueva generación de sacerdotes jóvenes, buena parte de la curia de Mazatlán rebasa ya los 50 años de edad y enfrentan entre sus padecimientos más comunes, problemas con la circulación sanguínea y algunos la diabetes.
    Pese a todo esto, los mismos sacerdotes han tenido reticencia a ser confinados en una casa de retiro. 
    Zamora Pollorena comentó que se colocó la primera piedra para una casa sacerdotal en el Santuario de Guadalupe, pero todo quedó en eso, los sacerdotes no quisieron finalmente. 
    ?Se tiene la intención, pero por lo regular todos los padres se mueren (antes de los 70) o la misma gente no deja que los padres se vayan?, explicó.
    Recientemente se publicó que algunas diócesis del país enfrentan dificultades para cubrir sus aportaciones al fondo del Plan de Jubilación del Clero ya que éstas provienen de los diezmos, pero las colectas han disminuido y no todas logran cubrir las cuotas. 
    Entre las que presentan atrasos figuran la Arquidiócesis de la Ciudad de México y la Arquidiócesis de León.
    ?El otro día salió en un periódico que el CCyAS estaba quebrando, pero no es cierto?, aseguró Zamora Pollorena.
    ?El CCyAS es un organismo nacional que integra a todos y cada uno de los sacerdotes de todas las diócesis del país, por lo que la mayor parte de los recursos se obtienen de las aportaciones que los sacerdotes otorgan a este instituto cada año?, mencionó.


    REHÚYEN EL RETIRO
    Los sacerdotes prefieren seguir trabajando, antes que retirarse. La razón: las pensiones no alcanzan a cubrir sus necesidades. 

    - A los 43 años de servicio y 72 años de edad un sacerdote puede pensionarse 

    - 2 mil 922 pesos mensuales es el monto de la pensión 

    - En la Diócesis de Mazatlán hay 81 sacerdotes; cinco son mayores de 70 años de edad 

    - Alrededor de 15 mil sacerdotes diocesanos hay en el país