"...Y todo fue por los Reyes Magos"

"Miles se reunieron afuera del Bosque de la Ciudad con un solo objetivo: regresar a su casa con un juguete."

    Luis Fernando ya se quería ir. Era de suponerse. Verónica, su madre, contó que llegaron a las 5:30 de la mañana, para agarrar lugar y conseguir su pase para recibir alguno de los juguetes que el DIF repartió por el Día de Reyes.
    Un día antes, Luis Fernando y su hermana se habían enterado por la televisión que afuera del Bosque de la Ciudad, sobre Avenida de los Deportes, se entregarían más de dos mil regalos. Según la Presidenta del Sistema DIF, Perla Sarmiento, la recolección fue maratónica: se realizó en cuatro días.
    Pero el precio fue alto. Verónica se la pensaría en regresar el próximo año. Aunque además de ganar juguetes para sus dos hijos, su aparición, confesó, tenía otro fin: obtener información sobre escuelas que tratan a niños con discapacidad en Mazatlán, pues hace nueve meses que abandonó su casa en un pueblo de Nayarit para buscar nuevas oportunidades de vida en el puerto.
    "Ya tiene todo ese tiempo sin ir a la escuela", lamentó.
    Esmeralda está sentada a dos sillas de Verónica y también fue de las primeras en llegar. Su cuñada la alborotó.
    "No estoy haciendo nada en mi casa, así que me vine".
    Pero la aglomeración que se registró detrás de esas rejas que los organizadores ubicaron para delimitar el escenario le recordó cuánto le molestaba la "aplastadera" de la gente.
    "Pero vale la pena porque ellos se divierten", añadió refiriéndose a sus hijos.
    La primera persona que logró traspasar la barrera de metal fue Eugenia Campos. Pero ella no necesitó formarse cinco horas antes, porque su hija Armidelia, de 14 años, iba en silla de ruedas. Padece parálisis.
    El resto permaneció entre la multitud tratando de ingresar y obtener uno de esos boletos que el DIF entregó a los "invitados" y que les otorgaba el derecho de un bote de agua, unas palomitas, un bolo y un juguete.
    Diana, de seis años, se echó a llorar cuando se sintió comprimida por los hombres y mujeres que batallaron para acceder al espectáculo que integró regalos, 500 metros de rosca de reyes, fotografías del recuerdo con los Reyes Magos, un número de circo y un musical protagonizado por Samuel y Colette, exalumnos de La Academia.
    Verónica aseguró que su hijo Luis Fernando iba por la bicicleta. Pero eso era imposible, argumentó.
    "Ni siquiera Santa Clos le trajo eso, imagínese..."

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