Nunca me ha gustado apostar, pero en este caso me voy a atrever a afirmar que el Químico no tardará mucho en meter reversa en el asunto del certificado de vacunación Covid-19

    Cuenta regresiva para que el Químico de marcha atrás a la orden que dio el Ayuntamiento sobre el certificado de vacunación, que ya ha generado casi 500 amparos.

    Nunca me ha gustado apostar, pero en este caso me voy a atrever a afirmar que el Químico no tardará mucho en meter reversa en el asunto del certificado de vacunación Covid- 19.

    Y lo tendrá qué hacer por simple instinto de conservación. Si sigue adelante y se dicta la primera sentencia de amparo, las demás se van a venir en cascada.

    Lo anterior significa que el Alcalde se enfrentará a cientos de sentencias de amparo que deberá cumplir, una por una, corriendo el riesgo de resbalarse en una y terminar siendo correteado por desacato.

    Y seguramente el Químico se lamerá sus heridas diciendo que, aunque tuvo que dar marcha atrás, consiguió lo que se proponía y logró que mucha gente fuera a vacunarse.

    Al margen de si la orden ilegal de verdad obligó a muchos ciudadanos a vacunarse, el Alcalde y sus abogados no deben perder de vista que, como quiera que sea, se metió en camisa de 11 varas con la justicia federal.

    Dar marcha atrás es la apuesta del Químico y sus abogados para tratar de evitar que se dicten sentencias de amparo, ilusionados con que la cosa llegue hasta ahí. Como dicen, va a salirnos con “Ya Ferras”.

    Como ni el cliente (alcalde), ni sus abogados, se distinguen por su brillantez, seguramente no alcanzan a ver que, aunque den marcha atrás, la violación de derechos humanos ya se consumó y los amparos deberán ser decididos de fondo para reparar las violaciones que ya se dieron.

    La reparación de esas violaciones será tema interesante pues, si la orden queda sin efectos porque el Alcalde va a recular, podemos estar hablando del pago de daños y perjuicios que se traducirán en dinero que el Ayuntamiento tenga que entregar a los que ganen los amparos.

    Si son más o menos 500 personas que se han amparado, saque cuentas de a mil pedasitos cada uno, dos mil, tres mil, y así váyale subiendo el monto.

    Y todo porque a un loquito que se sienta en la silla de la Presidencia Municipal, se le ocurrió la brillante idea de ordenar que se exija un certificado de vacunación que en ninguna otra parte del País se ha exigido y que es evidentemente violatorio de derechos humanos.

    Esta bien que el Alcalde quiera ser innovador y quiera destacarse y dejar huella, pero que no lo haga haciendo burradas legales, a menos que quiera ser recordado como el Alcalde que fue más demandado en tribunales, que perdió más asuntos en tribunales, que le costó millones de pesos al municipio y chance el que terminó destituido y en la cárcel.

    Como hombre público, lo que hace y lo que no hace no pasará inadvertido y, le guste o no, dejará recuerdos que son los que él buscó y merecerá.

    Eso de pasarse violando la ley, pisoteando derechos humanos de los ciudadanos, haciendo negocios con algunos empresarios y cuates y usando el dinero público para pasearse, no le dejará nada bueno.

    Gracias a la Virgen de La Puntilla nos hemos salvado de huracanes desde 1985, deberíamos ir pensando en algo parecido para salvar a Mazatlán de alcaldes tontos y ratas, y conste que no estoy tachando al Químico de esto último, pero si le queda el saco, pues que se lo ponga.

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