Cuauhtémoc Celaya Corella
Por cercanía, sirvo gasolina en una estación cercana a U de O, Inge, y a fuerza de ir, he tejido confianza con un bombero dicharachero como buen sinaloense. En sus travesías cuenta que fue trailero, y seguro ha de ser como todo pescador, mentiroso con ganas, pero cuenta pasajes del sureste que te entretienen mientras el combustible se va cargando. En cada juego de México en la reciente Copa del Mundo, daba el escore del juego. Solo le atinó, cuando dijo México 2, Alemania 1.
De ahí en fuera a ninguno atinó. Pero en el juego contra Suecia, que dijo que México ganaba, terminó diciéndome, “no se agüite profesor, ya sabe que soy puro López Obrador”, Ahí sí que le acertó.
Hace días estuve ahí y se acerca y me pregunta, a falta de partidos y otros temas, ¿Cómo ve lo que está haciendo López Obrador? Para no comprometerme le contesto, pues ahí va, ya vez todo lo que dice. Sí, me responde, está duro “el bato”, lo veo muy acelerado, “a ver si no se le hace bolas el engrudo”. Ante la frase, finjo demencia y le pregunto, ¿cómo es eso? Si, así dicen allá en el rancho, cuando quieres hacer muchas cosas, y pues no te salen.
Hasta ahí el diálogo porque él está atento a su trabajo. Pero pensándolo bien, el que no atinara en los goles de los juegos, sí que se da cuenta de que “el Bato” está acelerado y quiere que el día 2 de diciembre ya estén las cosas como las piensa y las dice, y puedo creer que sí se le va hacer bolas el engrudo. ¿Tú qué crees, Inge? Cambiar a México de la noche a la mañana es una apuesta altamente riesgosa en muchos aspectos.
Ha anunciado 50 puntos, y sus secretarios de gabinete, no se quedan atrás, y no sé si tienen o no la venia del ganador, pero me llama la atención lo siguiente: el Secretario de Seguridad habla de blindar la frontera sur para evitar que centroamericanos crucen la República con el fin de llegar a Estados Unidos. Si lo hace, punto para Trump. Yo creo que eso debe de obedecer a un plan de seguridad nacional y que debe tener consenso con los gobernadores y ver de qué manera se les puede apoyar para por lo menos, tener un registro de los migrantes. Ellos no vienen a México, ni a quedarse en México. Su destino manifiesto es muy claro: cruzar la frontera norte y después Dios dirá.
El próximo Secretario de Salud ha declarado que desaparecen los DIF de los estados y obvio los de los municipios. Me parece un error. Yo que trabajé en el Sistema DIF estatal, puedo decirte que la misión de este organismo, que tuvo su antecedente en el INPI, allá en los años 60, es la cara amable del gobierno, porque sus acciones benefician a los de abajo, al más jodido de la raza, ya que ayuda desde un pasaje de transporte para trasladar a un enfermo, a un inválido, hasta ayudar en resolver enfermedades para quienes que no tiene ningún tipo de protección, y que son tan mexicanos como los ministros de la Corte. Así de fácil es la labor y es entender esta institución, de tal forma que estos olvidados ciudadanos, bien pueden expresar: “Qué bueno que existe el DIF”.
Pues ahora dijo el casi Secretario que esas funciones pasarán a la Secretaria del ramo. Se nota que ese señor no ha estado en condiciones precarias, no ha sido damnificado de algún terremoto o ciclón, no sabe lo que es estar con los de abajo. En lugar de fortalecer lo bueno que tiene el gobierno, por el fantasma de la corrupción y los malos manejos, desconfían hasta de su sombra. Lo que indica que no viene el gobierno próximo a fortalecer la acción gubernamental, sino a centralizar y después que los de abajo se sigan quejando. Y eso que llegan con la bandera de primero los pobres. No sé a cuales se refiere, si a los pobres que nunca ganaban, o a los pobres de los partidos chicos que querían ser, pero no podían. Así que ahora que podrán, a hacer añicos lo que tanto odiaron, tanto tiempo. Algo está podrido en los ganadores.
Y para cerrar mi comentario Inge, dieron la cifra de más de 256 mil personas que perderán su trabajo en el sector público, para que cumpla la promesa de tener austeridad. Si a eso le sumas lo que resultará de la aberrante idea de descentralizar el gobierno, moviendo 15 secretarías a ciudades diferentes en toda la geografía nacional, en donde muchos no harán el cambio y por tanto perderán su empleo, será una cantidad alta de desempleados al inicio del sexenio que dice que juntos harán historia. Solo que no dicen si buena historia o mala historia.
Lo que sí queda claro es que todo lo están cocinando unos cuantos, no sabemos si funcionará como lo esperan. No hay en esa planeación, la presencia de gobernadores, rectores, empresarios, líderes sociales de cada región, para el análisis regional de la problemática específica. Eso que ahora falta, será una debilidad del propio programa de gobierno de López cuando esté en funciones. Justo lo que se le criticaba al PRI, se hará de nuevo con otro esquema. Agárrate Inge, que lo que viene no parece ser del todo bueno.
