Agandalle de plurinominales en Sinaloa
Liderazgos de partidos eclipsan a bases

OBSERVATORIO
    Fieles al dogma del centro, Paola Gárate en el Revolucionario Institucional, Roxana Rubio de Acción Nacional, Merary Villegas por Movimiento Regeneración Nacional, Héctor Melesio Cuén Ojeda en lo que toca al Partido Sinaloense, y Sergio Torres en Movimiento Ciudadano, acapararon los primeros lugares de las listas para diputaciones federales y locales de representación proporcional, cumpliendo fielmente el dictado donde el provecho particular domina sobre el beneficio general. El uno mismo se hizo prioridad; las bases no eran tales sino peones sacrificables.

    A propósito de eclipses, la sobreposición de las ambiciones de los dirigentes de partidos en Sinaloa para colocar en fase anular las oportunidades a nuevos cuadros políticos con igualdad de derechos, se puso de moda en el actual proceso electoral al autoasignarse los liderazgos de las principales siglas los primeros lugares de la listas plurinominales sin hacer el menor esfuerzo por conquistar el voto. Ellas y ellos son evidencia de ese modo de abuso simulado como recompensa al esfuerzo, revestimiento al agandalle que no tapa el propósito de la rapiña.

    Es que desde la privilegiada posición que ocupan toman la cuchara más grande para servirse privilegios reservados para los jefes de manadas cada vez más desplazados de las postulaciones a cargos de elección popular. Obedecen la línea que dictan los cabecillas nacionales, como son los casos de Alejandro Moreno Cárdenas en el PRI y Marko Cortés en el PAN, apegándose al credo de antes que todos yo y los demás que se jodan.

    Fieles al dogma del centro, Paola Gárate en el Revolucionario Institucional, Roxana Rubio de Acción Nacional, Merary Villegas por Movimiento Regeneración Nacional, Héctor Melesio Cuén Ojeda en lo que toca al Partido Sinaloense, y Sergio Torres en Movimiento Ciudadano, acapararon los primeros lugares de las listas para diputaciones federales y locales de representación proporcional, cumpliendo fielmente el dictado donde el provecho particular domina sobre el beneficio general. El uno mismo se hizo prioridad; las bases no eran tales sino peones sacrificables.

    Qué deplorable señal de derrotismo envían mucho antes de que comiencen a caer los votos en las casillas. Nadie experimenta tal ansiedad por acaparar sabiendo que tiene probabilidades de retener mediante el sufragio el apetecible manjar presidencial, senadurías, diputaciones federales y locales y alcaldías. La riña por las migajas no puede ser cosa distinta al sálvese quien pueda de los que en la punta de las pirámides de la partidocracia ven que se derrumban las eventualidades de lograr con el voto mejores beneficios.

    Ven la fuerza eclipsante de los que ahora viven en plena luna de miel con todo el poder, el mismo que en los viejos tiempos tuvieron el PRI y el PAN y lo derrocharon en sus aquelarres de la dictadura perfecta y la breve entelequia azul. Sienten que se les apaga el sol de la preferencia electoral y se conforman únicamente con rayitos de luz que les hagan llevadera la penumbra del voto de rechazo. Es la alegoría de hoy, la del ensombrecimiento de las masas para que los jefes de gavillas obtengan un mínimo albor de oportunismo.

    Y sí. Cuando se creía que en la constelación del poder local cobraban brillo los astros jóvenes, aquellos que todavía resplandecen sin necesidad de acudir a destellos amarillentos a expensas de cómo apropiarse del tesón ajeno, los que siempre están hasta abajo en las escalas de las prebendas, vuelve por sus fueros el esquema acomodaticio donde por sus pistolas los capitanes se apoderan de todas las balsas de salvación disponibles y resuelven que la tripulación se las ingenie a como pueda.

    Dan a entender que por derecho propio se anticipan a desenlaces adversos de los cuales les avisa la víspera del proceso electoral en marcha. La danza de buitres en la cúpula partidista mientras las militancias sudan la camiseta, soportan el inclemente clima en los cruceros haciendo proselitismo cara a cara y reniegan del cochinero que le están dejando sus guías. ¿Qué méritos obtuvieron para disfrutar de las maduras y dejarles las duras a los demás? Pareciera que la meritocracia del escritorio tiene el pastel y tiene el cuchillo para servirse a placer.

    A la vez, bastantes bombas de tiempo son fraguadas en el silencio y la disciplina de las mujeres y hombres que llevan décadas haciendo la labor de calle, soportando los insultos de los contrarios y tratando de resucitar siglas en permanente estado mortis. Rondan en todos los partidos inconformidades idénticas a las del joven priista Juan Manuel García Gurrola que le recrimina a su líder, Paola Gárate, que usen a la sangre nueva como relleno para que cobren vida proyectos de agandalle de los que ya saben que a través de los votos les resulta imposible aparecer en las nóminas gubernamentales.

    Y ni a quien dirigir el reclamo cuando los dirigentes nacionales están ocupados en cuidar sus propias canonjías. Resulta inútil gritarles en coyunturas que atienden de tiempo completo implementando salvoconductos para ellos sin percatarse del abandono a su suerte a cuadros valiosos y militancias. Silencio, no hay lugar para reclamos. La rapacidad también requiere de máxima concentración... de cinismo y frialdad.

    Aprendan de este día los que hacen la chamba en los partidos, los de la talacha aun viendo la decadencia de las siglas en que militan, cómo se alinean el sol, la luna y la tierra para fascinarnos con el prodigio del sí se puede alternar el protagonismo.

    Reverso

    Al ensombrecer al Sol la Luna,

    Vean políticos al astro rey,

    Que les da la lección oportuna,

    De permitir el control de la grey.

    El breve embrujo

    El hechizo democrático, disfrutable sin distinciones, que nos brindan hoy los tres principales integrantes del cosmos que habitamos significa también la maravilla natural de repartir de manera equitativa las oportunidades, así como el Sol es parejo al distribuir su luminosidad y la diminuta Luna se da el lujo de quitarle efímeramente tan enorme resplandor. No obstante las malas condiciones en que tenemos al planeta Tierra, se nos obsequia la sincronía mágica del baile de tres, quizá como recordatorio del paso transitorio que, al ritmo veloz en que vivimos, nos limita la oportunidad de entenderlo y disfrutarlo.

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