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"OPINIÓN"

"Alborozo"

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    lqteran@yahoo.com.mx

     

    No se puede permanecer al margen de los importantes acontecimientos que tienen lugar en el País después de muchos años de apatía. Hoy en día prevalece un alborozo entre la ciudadanía por los cambios que viene promoviendo, con entusiasmo, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, en todo el territorio nacional; algunos son de una trascendencia que remueve todo el andamiaje de manera singular y tienen importantes repercusiones en la ciudadanía.

    Lo subrayamos para que lo escuchen las fuerzas vivas: los ciudadanos no pueden bajar la guardia y deben permanecer activos, para que las cosas marchen por el camino que lleve al País a desarrollar toda su potencialidad para bien del pueblo. Ávidos de salir del bache donde los metieron los gobiernos omisos y corruptos del reciente pasado, además con oprobios que no tienen nombre por la vesania como fueron cometidos. Usaron el poder político no para servir, sino para despacharse en su beneficio con la cuchara más grande, lo que es imperdonable por donde se analice.

    Van a pasar muchos años para que la sociedad olvide los atropellos que se cometieron, vivió una larga noche de estropicios, dejaron honda huella en la mente colectiva de la sociedad civil difícil de borrarse por medio del tiempo. Hay hechos en la historia contemporánea de un hondo significado que no puede desdeñarse, empezando por los partidos políticos que representaron al Gobierno en al últimas tres décadas, tienen una deuda con la historia de corruptelas y abusos que el pueblo va cobrar con creces, imposibilitándoles vuelvan al poder donde dejaron una negra estela en su ejercicio, con métodos llenos de corrupción y traición a los intereses populares.

    Son de suma importancia los cambios que se vienen impulsando por parte del nuevo régimen y, sin duda, están incidiendo de manera decisiva en cambiar los parámetros económicos y políticos, para mejorar la vida de la ciudadanía en los estados de la Unión. Se está prestando especial atención a las zonas más marginadas, tendiente a reducir la brecha entre ricos y pobres que es catastrófica en algunas regiones.

    Se ha reiterado con inusitada frecuencia que esa es la meta del Presidente: mejorar sustancialmente la vida de los habitantes de toda la Unión. Eso ha quedado establecido en todas sus audiencias públicas, lo subraya con una vehemencia que denota una decisión inquebrantable; no hay dudas que sus afanes marchan en ese rumbo con certeza y decisión. Los ciudadanos lo han percibido claramente, por eso apoyan su gobierno con entusiasmo, seguros que los desvelos del Presidente tienen por fin buscar el mejoramiento sustantivo y consolidar una vida digna en todos sus aspectos para los mexicanos.

    En diciembre próximo apenas va a cumplir un año el gobierno actual en el poder de la Nación, y son notorios los cambios que se manifiestan en rubros sensibles de la vida ciudadana. Eso tiene un hondo significado para que la gente cobre confianza en su futuro. Hay un renacimiento nuevo en la vida de las personas, han vuelto a recobrar la fe en las instituciones. Los indicadores motivan a confiar en las iniciativas del Gobierno, se palpa que no se les está dando gato por liebre, sino que todos los programas tienen un fin único: servir al mejoramiento de la gente.

    Se desterró del quehacer del gobierno central la simulación y la demagogia; a los ciudadanos se les viene informando cuál es la situación que guardan las instituciones encargadas de prestar los servicios básicos a la población. Está el ejemplo de los centro de salud. Los dejaron en total bancarrota los gobiernos recién pasados, no es retórica: allí están los hechos tangibles a la vista de todo mundo.

    Es tan grave el deterioro que sufrieron las instituciones de salud y las de seguridad que ahora se tiene que aplicar una cirugía mayor, para ponerlas en óptimas condiciones de servicio a la población, de ese tamaño es la tarea en algunas aéreas prioritarias en los servicio públicos que proporciona el Estado a la población, los retos del gobierno federal son enormes.

    Afortunadamente los recursos de la Nación son cuantiosos, si son administrados con eficacia y honestidad se hará que fructifiquen en bien del pueblo; con ese fin trabaja con denuedo la actual administración federal.

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