Alejandro Llausás enaltece a Sinaloa
Médico y ser humano resplandecen

OBSERVATORIO
25/10/2023 21:42
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    Los asideros siempre llegan a tiempo, cuantimás si se extravían los referentes que nos guían a enfrentar tiempos difíciles. Por más duro que sea empezar de nuevo, el renacer de la esperanza a través del empeño honrado de otros, como es el caso del doctor Llausás, vuelve más factible el hecho de andar firmes y juntos para que la soledad deje de ser el acompañante obligado de los tenaces. Los paradigmas no se dan en lo despoblado; al contrario, son la comunidad y sus necesidades los que los crean, los que los personifican.

    A Sinaloa le viene bien, le llega en el momento exacto, el homenaje que el Senado de la República le rindió al médico Alejandro Llausás Vargas, celebración para quien recibe el reconocimiento, orgullo de la salud pública y distinción extensiva a la tierra de los once ríos que es manantial de mujeres y hombres que desde el ejemplo engrandecen la acción diaria de aquellos que construyen legados sociales inclusive a partir de nada.

    Los asideros siempre llegan a tiempo, cuantimás si se extravían los referentes que nos guían a enfrentar tiempos difíciles. Por más duro que sea empezar de nuevo, el renacer de la esperanza a través del empeño honrado de otros, como es el caso del doctor Llausás, vuelve más factible el hecho de andar firmes y juntos para que la soledad deje de ser el acompañante obligado de los tenaces. Los paradigmas no se dan en lo despoblado; al contrario, son la comunidad y sus necesidades los que los crean, los que los personifican.

    La trayectoria de Alejandro Llausás es patrimonio de la memoria colectiva con fines de que la aportación jamás sucumba en la amnesia y permanezca mañana y para siempre. La medalla “Doctor Jesús Kumate Rodríguez” significa la continuación de afanes humanitarios tanto del que hoy la porta como para el que le da nombre y significación al galardón. Va más allá de la biografía notable; es en esencia la convocación al gremio para fortalecer los esfuerzos de amor al prójimo.

    Es la conmemoración al ser humano, antes que al médico general, partero y cirujano, al infectólogo pediatra. Esto trasciende a quien fuera asistente del científico sinaloense Jesús Kumate, al Llausás que ha sido merecedor de tantos reconocimientos o al que emergió de 177 propuestas para que la Cámara alta lo aprobara a él. Es brújula que clarifica el rumbo de cualquier acción institucional o ciudadana hacia la medicina puesta al servicio de los segmentos sociales de mayor vulnerabilidad.

    Es que aún en los cuernos de la luna, Llausás le recuerda a la comunidad médica la importancia de solidarizarse con quienes más lo necesitan, sensibilidad sin la cual la profesión no tendría sentido, tal como le nació a él vocación “cuando cursaba el segundo año de preparatoria, en aquel entonces, un anciano conocido como ‘Don Chuy’, que iba a arreglar el patio de mi casa y a cortar el pasto, enfermó de gravedad. Como era indigente, se le internó en el Hospital Civil de Mazatlán, institución que en ese entonces atendía a pacientes en condiciones de pobreza”.

    “Eso me permitió entrar a dicho nosocomio para llevarle alimentos y experimentar el contacto con enfermos en condiciones precarias. Desde ese momento, a los 16 años, nació en mí el deseo de estudiar Medicina, empezando una jornada que lleva 76 años y que el día de hoy me tiene en la Cámara alta y sus legisladores, representantes del pueblo, y cuyas decisiones determinan el bienestar de México”.

    “Cuando se escribe la historia o se relata la vida de un País, o de una comunidad, dicha historia es la resultante de la actividad de muchos hombres, algunos con gran impacto en la sociedad, y muchos más que aparentemente son ignorados u olvidados, pero que su obra permanece grabada en los hechos y si la buscamos aparece ahí como un legado. A ellos les dedico esta distinción, a los médicos de primer contacto, residentes que sacrifican sus sueños al cuidado de los pacientes en sus largas jornadas nocturnas, epidemiólogos cuyas decisiones benefician día con día a la población, a los investigadores cuyo trabajo determina el progreso de la medicina, y a los médicos de hospital que logran sanar a los enfermos en condiciones subóptimas o recursos limitados”.

    Y sí. Como lo expone el médico laureado, la medalla Kumate alumbra antes que nada la herencia moral que el receptor le aporta a Sinaloa, pero dicha luz irradia hacia muchos que son médicos y al mismo tiempo humanistas. A profesionales de la medicina como Héctor Ponce Ramos que dedicó días y noches a velar por la salud de los contagiados de coronavirus, a los cuales apoyó desinteresadamente. Efraín Romo Santos y el esquema de la especialidad de oftalmología con equipo de vanguardia puestos al servicio de la comunidad. Alejandro Barraza Gaxiola, director del Hospital del ISSSTE de Culiacán que acuñó el “sí se puede” al tratarse de atención a derechohabientes. Everardo Quevedo Castro que induce la medicina de alto nivel en el Hospital Civil de Culiacán que dirige y mantiene firme el compromiso social del nosocomio.

    También Humberto Gómez Campaña cuya contribución al sistema Salud Digna le dio el viraje de atención accesible para las clases populares. Odín de los Ríos, el mayor aportador al diagnóstico, atención y estudio en materia de cardiología con un centro progresista de investigación clínica al que le mete recursos y voluntad propios. El internacionalista Rafael Valdez Aguilar que desde su lucha contra la opresión fundó todo un movimiento por la medicina con enfoque a los más débiles y creó la Coordinación de la Universidad Autónoma en el Hospital Civil de Culiacán.

    Es enorme la lista de médicos de trayectorias relevantes que viene a colación por el otorgamiento de la Medalla Kumate a Alejandro Llausás, reconocimiento que la presidenta del Senado, Ana Lilia Rivera, sintetizó en “su premio es una celebración a su dedicación incansable y un recordatorio de que el mundo es un lugar mejor gracias a médicos como usted. Que la ternura de los corazones y las vidas que ha salvado, lo acompañen eternamente”.

    Reverso

    Lo que nos dice el Senado,

    Al homenajear a Llausás,

    Es que gente de tal calado,

    Sinaloa necesita más.

    Vive Chema Figueroa

    Su nieto Chemita Figueroa nos recordó ayer la vida y obra del periodista, historiador y político José María Figueroa Díaz, quien falleció el 25 de octubre de 2003. Veinte años después de su partida sigue aquí la huella de la revista histórico-cultural Presagio, su paso por el Congreso del Estado como Diputado y libros de su autoría como “Sinaloa: poder y ocaso de sus gobernadores 1831-1986”. Y de amor a la familia, apoyo al prójimo y culto a la amistad.