AMLO los hizo ganar. AMLO los puede llevar a la derrota

15/05/2021 04:11
    A juzgar por las acciones del inquilino de Palacio Nacional, las encuestas que revelan la caída electoral de Morena atinan en lo que la fotografía del momento nos dicta. Es decir, AMLO se radicaliza y se mete de lleno al proceso electoral porque ve disminuida su fuerza, lo cual implicaría no tan solo perder la mayoría en San Lázaro sino que pondría en riesgo el cambio de régimen que se propone el Presidente.

    En mi artículo de la semana pasada, preguntaba hasta dónde podría afectar políticamente a Morena el trágico derrumbe en la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México. Las encuestas posteriores al fatal accidente, aunque van a venir varias más, ya nos arrojan algunas cifras. La más dañada, por el momento, es la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, quien descendió 22 puntos en su popularidad en la ciudad capital de abril a mayo de este año. Lo cual es, hasta cierto punto, lógico. Los gobernantes siempre son castigados severamente después de un suceso trágico que afecte a su localidad. Ella tenía una altísima aceptación, según el diario El Financiero, de 71 por ciento, aun mayor que la de López Obrador.

    Sin embargo, el mayor perdedor político en esta coyuntura es Morena en su conjunto, porque según la encuesta del 13 de mayo, en esta ocasión la de Massive Caller, por primera vez, nos informa Héctor Castro, del diario Noroeste, Morena podría perder la mayoría de los asientos en San Lázaro. El partido gobernante, si esta encuesta se ratificara el 6 de junio, contaría con 242 diputados del lado de AMLO y tendría 258 en contra. De Morena serían 195 escaños, 25 del Verde Ecologista y 22 del PT. Del PAN podrían ser 150, 71 tricolores, 20 perredistas y 17 de MC.

    Pronósticos y encuestas anteriores al accidente del 3 de mayo, prácticamente sin excepción, concluían que Morena podría no obtener la mayoría calificada, pero sí la absoluta. Esto parece que se ha invertido, aunque no es definitivo.

    A juzgar por las acciones del inquilino de Palacio Nacional, las encuestas que revelan la caída electoral de Morena atinan en lo que la fotografía del momento nos dicta. Es decir, AMLO se radicaliza y se mete de lleno al proceso electoral porque ve disminuida su fuerza, lo cual implicaría no tan solo perder la mayoría en San Lázaro sino que pondría en riesgo el cambio de régimen que se propone el Presidente.

    A diferencia de lo que arrojaban las demoscopías al principio de las campañas, cuando a Morena se le concedía de 12 a 13 gubernaturas de 15 que están en juego, y se apostaba a que refrendaría la mayoría calificada o por lo menos la absoluta en el Congreso de la Unión, a mediados de este mes y a tres semanas de que se celebren los comicios, se le pronostican menos de seis gubernaturas y menos asientos legislativos que en la actualidad. Es decir, Morena va de más a menos, lo cual era esperable porque el uso del poder desgasta mucho; y en realidad, lo sorprendente no es que descienda Morena en preferencias, sino que, en medio de crisis de todo tipo, en primer lugar la sanitaria y la económica, no lo haya hecho antes.

    Ahora bien, sin que necesariamente haya una correlación directa, porque hay factores locales que en ciertas circunstancias pesan más, sí es evidente que los tropiezos de AMLO en su popularidad ya están golpeando, al menos en los días inmediatos a la fatalidad de Tláhuac, a los candidatos morenistas en la mayoría de los estados.

    En Sinaloa, aunque quizá menos que en otros estados, el descenso en las preferencias electorales para Morena también es evidente, aun en encuestas como la de Massive Caller, que hasta menos de un mes le concedía alrededor de 20 puntos de ventaja a Rubén Rocha y en la más reciente le concede pocos menos de 11 puntos, o la de Arias Consultores que le da a Rocha una ventaja de poco menos de 8 puntos sobre Zamora, en el mes de abril, o la de C&E Research que el 10 de mayo reveló que el Dr. Rocha alcanza 46 por ciento de las preferencias por 40 por ciento del economista Mario Zamora. Según esas encuestas, la disputa se cierra en Sinaloa al final de las campañas.

    Aquí, sin duda influye el factor AMLO, sobre todo entre las clases medias y altas, y quizá en sectores populares como el pesquero, según el Diputado Osuna, quien rompe con el PT y se suma a Zamora; pero, a mi juicio, localmente lo que le está haciendo perder adeptos a Rubén Rocha es el PAS, al menos entre las clases medias, y no tan solo entre los uaseños.

    Han sido tan accidentadas las actuales campañas, que cualquier hecho inesperado puede modificar las tendencias, tal y como lo hemos visto con el accidente del Metro y su mal manejo político. Ya veremos qué sucede en nuestro estado de aquí al 6 de junio. Por lo pronto, el debate del 22 puede ser un punto de repunte de Rubén Rocha o de ascenso de Mario Zamora.

    Posdata

    No deja de sorprender que los dos principales candidatos a Gobernador de Sinaloa, o los candidatos a alcaldes de los municipios más grandes, así como los candidatos a legisladores, no le den mayor importancia a la gravísima sequía que azota a Sinaloa, la cual, nos dicen los expertos, no es ocasional, sino es, sin duda, estructural y efecto regional del cambio climático.

    Lo cual es incomprensible porque las principales actividades económicas de Sinaloa, como la agricultura y el turismo, e incluso la pesca, dependen del agua. En todos los foros sobre agricultura y ganadería se debería abordar seriamente el tema. Los candidatos no lo tienen en su radar, pero hay que decírselo: ningún plan o programa para la economía de Sinaloa podrá salir avante si no se toma muy en serio el tema del agua y otros temas ambientales.

    Por favor, señores candidatos, está bien que su preocupación en este momento sea cómo ganar las elecciones, pero pongan atención a lo más urgente, a lo vital, del presente y futuro inmediato de Sinaloa.