Amor líquido (2)

BUHEDERA
07/12/2023 04:00

    Excelente análisis de mi amigo Ignacio Gómez-Palacio.

    El amor por la libertad ¡es un amor líquido!

    Por Ignacio Gómez-Palacio

    En México, a estas “redes”, los jóvenes las identifican con el nombre de “bandas”. Hablan de reuniones de “la banda”; de intereses de “la banda”; de la música y viajes de “la banda”, etc.

    Identificarse con la nacionalidad mexicana, con motivo de recibir acta de nacimiento y quizás pasaporte, no es una “relación” que significa para nuestros jóvenes adquirir interés y/o votar en las elecciones, pues hacerlo implica también, como con su pareja, un riesgo a su libertad. Escuchar la noticia política, leerla y/o discutirla, les quita tiempo, en tanto el mundo se les ofrece con múltiples opciones, en especial para aquellos con educación básica o quienes prestan servicios vía internet; inclusive, cabe mencionar que, en diversos países de primer mundo, hacen más falta barrenderos, peones de campo, taxistas y meseros, que profesionistas con maestría. En parte, esto contesta el fenómeno incontrolado de la migración actual.

    Estamos, como diría Bauman, en un “moderno mundo líquido”. Un mundo en el cual el amor por la libertad de un joven es un amor líquido hacia la pareja, similar al amor líquido que tiene como nacional/elector de un país dado.

    Sirva lo anterior para contestar la razón por la cual aseveré: “Antes México era la casa final de quienes aquí vivíamos” y que para “muchos jóvenes de hoy, México ¡es reemplazable! “

    Wikipedia:

    “El término amor líquido alude a un concepto creado por el sociólogopolaco Zygmunt Bauman, desarrollado en su obra homónima para describir el tipo de relaciones interpersonales que se desarrollan en la posmodernidad. Éstas, según el autor, están caracterizadas por la falta de solidez, calidez y por una tendencia a ser cada vez más fugaces, superficiales, etéreas y con menor compromiso. Aunque el concepto suela usarse para las relaciones basadas en el amor romántico, Bauman también desarrolla el concepto para hablar en general de la liquidez del amor al prójimo.

    Desarrollo del concepto

    Bauman explica cómo en las sociedades del capitalismo avanzado aparecen algunas tendencias que afectan a cómo se entienden las relaciones personales. La tendencia al individualismo hace ver las relaciones fuertes como un peligro para los valores de autonomía personal. A esto se une la generalización de la ideología consumista que provoca la mercantilización de varios ámbitos de la vida. En este sentido, el resto de personas empieza a verse como mercancías para satisfacer alguna necesidad, y el amor se convierte en una suerte de consumo mutuo, guiado por la racionalidad economicista, donde el ethos económico invade las relaciones personales.

    En este contexto, los vínculos afectivos estables se convierten en una hipoteca. La idea del matrimonio católico, el hasta que la muerte nos separe, deviene un plazo inasumible en una sociedad marcada por el eterno presente y el usar y tirar de la sociedad de consumo.

    Vivir juntos -por ejemplo- adquiere el atractivo del que carecen los vínculos de afinidad. Sus intenciones son modestas, no se hacen promesas, y las declaraciones, cuando existen, no son solemnes, ni están acompañadas por música de cuerda ni manos enlazadas. Casi nunca hay una congregación como testigo y tampoco ningún plenipotenciario del cielo para consagrar la unión. Uno pide menos, se conforma con menos y, por lo tanto, hay una hipoteca menor para pagar, y el plazo del pago es menos desalentador. Z. Bauman (2005)