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"Reflexiones"

"¿Debo ayudar o debo servir?"

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10/04/2016 00:31

    Jorge Meléndrez

    Hay dos verbos que tienen especial relevancia en las relaciones humanas, nos referimos a “ayudar” y “servir”, y donde el primero, de acuerdo al diccionario significa: “...la acción que una persona hace de manera desinteresada para otra con el fin de aliviarle el trabajo y que consiga un determinado fin”, en tanto que servir significa: “Una o un conjunto de acciones realizadas en favor de otra persona, con el fin de satisfacerle una necesidad determinada”.

    Ambos verbos en apariencia tienen el mismo significado, sin embargo, en la práctica son realmente muy diferentes, pues cuando alguien ayuda a otro, en realidad está interfiriendo en el desarrollo de sus propias capacidades, interferencia que a la postre, va en deterioro de aquél que recibe la ayuda, en tanto que el servicio, es una acción generosa y realmente desinteresada que permite que ambas personas crezcan emocionalmente. Aquí podemos ver que el atributo de “acción desinteresada” se le atribuye al verbo ayudar, cuando en realidad debería ser al verbo servir.

    Con estas diferencias esenciales, narraré una breve historia que encontré navegando en la red de Internet, historia que ejemplifica muy bien la diferencia de significados entre los verbos ayudar y servir. La historia dice así: “En los tiempos de la Guerra de Independencia de los Estados Unidos de América, durante los preparativos para una batalla, un hombre vestido de civil pasó cerca de un oficial, que con arrogancia daba instrucciones a sus soldados para que levantaran un pesada viga. Aquel hombre vestido de civil se detuvo y preguntó al cabo: --¿Por qué no les ayuda? Y la respuesta fue de manera arrogante, pues el oficial aquel le dijo: --¡Señor, yo soy un cabo del ejército! Acto seguido, el desconocido se quitó el saco y puso manos a la obra para apoyar a los soldados. Al terminar la tarea, y un tanto sudoroso, el desconocido se dirigió al oficial y le dijo: ¡Señor cabo, cuando requiera ayuda y siempre que no tenga usted suficientes hombres para hacer un trabajo, llame a su General en Jefe, así tendré mucho gusto en servirle! Con estas palabras, Jorge Washington se puso el saco y se alejó. El cabo se quedó avergonzado, en tanto que los soldados aplaudían la acción del General.

    Por regla general, aprendemos a lo largo de nuestra vida, que hay que hacer el bien sin mirar a quien, pero ¿cómo saber si realmente estamos haciendo un bien al ayudar? O partimos del supuesto de que entre más ayudamos al prójimo seremos considerados como mejores personas. Estos son paradigmas con los cuales vamos creciendo como personas, sin percatarnos que ayudar es como hacerle la tarea a un niño, pues por un lado estamos dudando de su capacidad para resolver un problema y, por otro, el día que lo dejemos de ayudar, se va a encontrar en la misma situación donde estaba antes de pedir ayuda. Hasta que llegue ese momento te preguntarás si realmente le hiciste un bien o todo lo contrario.

    Lo anterior es muy similar a sentir lástima por alguien en lugar de ser compasivo, ya que refuerza la idea de que en el primer caso, creemos que la persona es víctima y no cuenta con los recursos para enfrentar su situación, en tanto que tener compasión es otra cosa, es saber conectarte con los sentimientos del otro teniendo muy claro que cada uno vive las experiencias que necesita y que tiene la capacidad para salir adelante y fortalecido.

    Un buen ejemplo sería también, la diferencia entre ayudar a fundaciones que sirven para apoyar a instituciones o escuelas que enseñen a trabajar a los niños con escasos recursos y otra muy diferente es darles monedas a los niños en la calle, donde lo único que estaríamos logrando es enseñarlos a pedir y no a desarrollar su propias habilidades.

    Nosotros deberíamos de servir a todo el mundo, mas no “ayudar a todo el mundo”. Ayudar es hacer por otro lo que él puede hacer por sí mismo y eso, como ya lo señalamos es interferencia.

    Debemos permitir que cada quien asuma su vida y aprenda lo que le corresponde aprender, así como también, aprenda en qué momento debe servir y brindar el apoyo y la información necesaria únicamente a quien lo pida, con el fin de que pueda solucionar alguna situación de su vida. Si sientes que ayudas mucho y la vida no te lo regresa es porque en realidad no estás ayudando. Mejor brinda información y servicio únicamente a quien te lo pida y verás cómo serás compensado. JM