Algunos usuarios de servicios bancarios han sufrido el “congelamiento” de sus cuentas con graves problemas para disponer de su dinero y poder hacer frente a sus obligaciones de negocios o personales.
En algunas ocasiones el congelamiento de las cuentas obedece al cumplimiento del banco a un mandato de una autoridad judicial, fiscal o administrativa.
Pero en otros casos el banco congela las cuentas sin que exista un mandato de una autoridad competente que se lo ordene.
En este último caso, durante algún tiempo, los clientes del banco tenían que acudir a un juicio mercantil que podía durar entre año y medio y dos años en resolverse y mientras tanto no podía disponer de su dinero.
Afortunadamente, hace un par de semanas salió una jurisprudencia que abre un camino legal más rápido y eficaz para combatir el congelamiento de cuentas bancarias sin orden de una autoridad competente.
En la jurisprudencia se establece que, cuando un banco congela cuentas bancarias sin una orden de autoridad competente, se puede presentar un amparo en su contra al considerarse como autoridad para efectos del amparo.
El juicio de amparo es un procedimiento legal muchísimo más rápido y eficaz que un juicio mercantil, que puede resolverse en más o menos seis meses o antes.
Y mientras se resuelve el amparo, el cliente afectado por el banco puede solicitar lo que se conoce como suspensión del acto reclamado en donde el juez de distrito que tramita el amparo puede ordenar que se levante el congelamiento de las cuentas de inmediato, dependiendo eso si de las circunstancias de cada caso.
Así que, si usted se ve afectado por el congelamiento de cuentas bancarias sin que el banco la justifique con una orden de una autoridad competente, en lugar de irse a un juicio mercantil de larga duración, le recomiendo que se ampare para que logre resultados más rápido.
Por otro lado, si el banco congela sus cuentas sin que exista una orden de autoridad competente, además del amparo para que levanten ese congelamiento, puede presentar por separado una demanda mercantil contra el banco para que le pague todos los daños y perjuicios que le haya causado.