Ascensión espiritual

ÉTHOS
09/02/2024 04:00
    Pero, además de la belleza artística, las figuras representadas en el mármol ofrecen un ascético mensaje espiritual. En efecto, hay un específico mensaje de que la sabiduría solamente se alcanza a través de un itinerario de esfuerzo, constancia y sacrificio

    La ciudad de Siena, Italia, es famosa por la belleza de su gran Plaza del Campo, el edificio del Ayuntamiento y la espectacular catedral, pues todo el centro de la ciudad fue declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco.

    La catedral, dedicada a la Virgen de la Asunción, posee la alfombra de mármol más bella del mundo. Se trata de mosaicos que fueron creados durante cinco siglos (del siglo 14 al 19) y no permanecen expuestos todo el año, porque se les protege con unos paños para que no se dañen con el paso de tantos visitantes y peregrinos. De hecho, Giorgio Vasari se refirió a este piso como “el pavimento más hermoso, grande y magnífico que jamás se haya hecho”. Asimismo, Richard Wagner expresó en una carta que envió a su esposa en 1880, que estaba profundamente emocionado, incluso hasta las lágrimas, debido a la belleza de esos paneles.

    Pero, además de la belleza artística, las figuras representadas en el mármol ofrecen un ascético mensaje espiritual. En efecto, hay un específico mensaje de que la sabiduría solamente se alcanza a través de un itinerario de esfuerzo, constancia y sacrificio.

    Esta enseñanza es ejemplar en el llamado “Camino de la virtud” o “El monte de la sabiduría”, de Pinturicchio, que representa a la diosa Fortuna en una maltrecha balsa que acaba de soportar una tempestad y arriba a una isla donde habitan sabios que suben por una colina escarpada y peligrosa.

    Los sabios dan la espalda a la Fortuna porque es caprichosa y escogen el sinuoso camino que conduce a la Virtud, encarnada en una bella mujer que está en la cima, rodeada de flores, y con un lema que recuerda que el camino es difícil, pero así se logra la recompensa.

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