Autor intelectual Este término (hoy tan mencionado debido al caso del atentado contra Ciro Gómez Leyva) siempre me ha parecido un oxímoron. ¿Cómo puede ser “intelectual” un tipo dedicado a armar maldosidades? En fin, entiendo que es un concepto del derecho penal.
La reaparición del pensamiento integrista fue prevista hasta cierto punto por Malraux: el Siglo 21 será religioso o no será. La repercusión mundial de la fatwa del Ayatolá Jomeini (desde 1979 líder de la revolución iraní) al escritor Salman Rushdie (1989), que desde entonces vive bajo amenaza de muerte, evidenció el nuevo periodo en que se estaba entrando.
La presión del crecimiento económico y demográfico (denunciados como problemáticos desde 1970 por el Club de Roma) sobre el medio ambiente (Rachel Carson, Primavera silenciosa, 1962) convirtió al ecologismo es un movimiento de enorme capacidad movilizadora en la sociedad, e hizo que la polémica sobre los límites del desarrollo implicara de un modo muy directo a los científicos en el debate político. Las innovaciones científico-técnicas, especialmente en el terreno de la biología, pasaron a un lugar central entre los temas de debate intelectual; alguno de ellos radicalmente nuevos (los límites de la bioética) y alguno recurrente desde el Siglo 19 (la persistente capacidad del evolucionismo para generar controversia, dentro del inacabable tema de las relaciones entre ciencia y religión, razón y fe).
Intelectuales provenientes de generaciones anteriores han reconectado con las movilizaciones juveniles, como ocurrió con el 68 (Hessel, Morin, Sampedro, Saramago, García Calvo).
Las migraciones y el debate intercultural e interreligioso han hecho surgir tanto propuestas de multiculturalismo como su contestación; intensificándose la búsqueda de interlocutores intelectuales de occidente en otras civilizaciones, especialmente en el Islam; mientras que la cada vez mayor presencia de China y los países emergentes todavía no se ha reflejado en el protagonismo de sus intelectuales: el poder blando sigue correspondiendo a los Estados Unidos y las instituciones culturales europeas. A pesar de la aceptación cada vez más asumida social e institucionalmente de las reivindicaciones feministas y de otras identidadesalternativas, acusadas por sus detractores de ser una mera imposición de la corrección política, el canon occidental (compuesto casi exclusivamente de dead white males -”varones blancos muertos”-) sigue siendo la base del sistema educativo.
En terminología marxista, particularmente desarrollada por Gramsci, la labor del intelectual es, bien la justificación ideológica de la superestructurapolítico-ideológica existente, en beneficio del predominio social de la clases dominantes; bien su crítica, en beneficio de las clases dominadas. Sobre todo en este último caso, el intelectual, aún proviniendo personalmente de una clase superior, puede optar por el compromiso con la condición de los más desfavorecidos, trabajando intelectualemente para ellos como intelectual orgánico, lo que incluye su desclasamiento. Así se entendería la posición del propio Karl Marx. Es más habitual el caso contrario: el desclasamiento de un intelectual personalmente proveniente de una clase inferior que pasa a identificarse con los intereses de la clase dominante.
No obstante, el desprecio y la desconfianza por la condición del intelectual fue una constante del movimiento obrero en general y del comunismo en particular, sobre todo durante el estalinismo, en que el intelectualismo(término a no confundir con el intelectualismo entendido como actitud filosófica) era uno de los desviacionismos perseguidos y reprimidos mediante violentas purgas; oponiéndolo al obrerismo, la valoración de la condición de los que se habían formado en la lucha del movimiento obrero desde el trabajo manual. En el entorno de la española Dolores Ibárruri (La Pasionaria) durante su exilio en la Unión Soviética se acuñó la expresión, utilizada como insulto, intelectuales cabezas de chorlito. Otra similar, muy extendida, era tonto útil. También solía asociarse con el concepto genérico de pequeñoburgués.
De un modo contrario, era elogiosa la expresión compañero de viaje, que no obstante, era también utilizada peyorativamente, sobre todo desde una óptica anticomunista. Propiamente hacía referencia a quien colaboraba estrechamente con el partido, aunque no militara en él. No debe confundirse con el término maoísta zǒu zī pài, traducido al inglés como capitalist roader (”compañero de ruta capitalista”).
La apropiación semántica de la palabra “intelectual” por la orientación ideológica “progresista” o “de izquierdas” se produjo de un modo evidente a partir del periodo de entreguerras (en un momento en que el fascismo se definía como antiintelectualismo y el liberalismo se consideraba explícitamente en crisis o “decadencia”). Se ha destacado el papel que tuvo Willi Münzenberg para lograr que un gran número de intelectuales de todo el mundo (lo que se denominaba “fuerzas del arte y de la cultura”) demostraran algún grado de comprensión o simpatía (no necesariamente apoyo o adhesión) hacia el régimen soviético.