Los bonos de carbono son un mecanismo internacional de descontaminación para reducir las emisiones contaminantes al medio ambiente. Es uno de los tres mecanismos en el Protocolo de Kioto para la reducción de emisiones causantes del calentamiento global y efecto invernadero por parte de los estados, empresas e industrias, pero sin afectar sus actividades productivas.
El Protocolo de Kioto es un acuerdo internacional de la ONU, que tiene por objetivo reducir las emisiones de los 6 principales gases de efecto invernadero; dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N20), hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PCF) y hexafluoruro de azufre (SF6) generados por los miembros firmantes del acuerdo.
Los bonos de carbono por su parte, son un método de compensación de emisiones de dióxido de carbono, que permite reducir el impacto de su huella de carbono. Cualquier persona, empresa u organización puede acceder a este programa.
Para ser parte de estos bonos, es necesario calcular los gases emitidos, esto se logra gracias a los mercados regulados de carbono. El objetivo principal aquí, es la de conectar una idea de desarrollo sustentable con el financiamiento que pueden proveer las compañías o los países interesados en disminuir su huella de carbono.
Existen financiamiento para hasta cuatro proyectos de bonos de carbono, uno de ellos es la forestación; para aplicarse en reforestación, conservación y manejo forestal adecuado, para con ello capturar y evitar la liberación de CO2 en cuerpos forestales.
La energía es otro de ellos, se centra principalmente en las energías renovables y eficiencia energética, evita con ello la liberación de CO2 a través de la disminución del consumo de energías fósiles.
Los residuos es el tercero de los proyectos, se enfoca en la disminución del volumen de los mismos, evita con ello la liberación de metano en rellenos sanitarios, y que este impacte en ir bajando considerablemente el residuo que ingresa ahí.
Por último, el cuarto proyecto se centra en los bonos de carbono azul, el cual tiene su incidencia en la reforestación y conservación para capturar o evitar la liberación de CO2 en cuerpos marinos.
Para poder acceder a estos bonos se requiere inicialmente de la supervisión y validación por parte de certificadores especializados, quienes otorgan el visto bueno del proyecto y autorizan su registro. Posteriormente se emiten los bonos por parte del estándar que hizo seguimiento y certificó el proyecto.
Cada tonelada de CO2 reducida representa un bono. Ya que obtienes tu bono, puedes venderlo por medio de corredores de bolsa, el precio de cada bono se determina por la oferta y la demanda en un mercado muy regulado actualmente.
Se estima que para 2050, el valor de los mercados de carbono supere los 200 mil millones de dólares y con ello haya un cambio radical e impacto en el medio ambiente.