En México, solamente en Mazatlán, Sinaloa, se observa un repunte en la actividad de la industria de la construcción y en la comercialización inmobiliaria, a pesar de la pandemia, sobre todo de torres departamentales, condominios, casas habitación, hoteles y centros comerciales

    A diferencia de México, donde la AMPI así como la APCI reportan caídas en los precios de las propiedades de 10 a 15 por ciento e incluso más, el sector inmobiliario y la construcción en general en el país sufren la peor crisis de este siglo. En otros países ocurre lo contrario, la venta de casas nuevas atraviesa por su mejor momento después de la crisis hipotecaria de 2009.

    En México, solamente en Mazatlán, Sinaloa, se observa un repunte en la actividad de la industria de la construcción y en la comercialización inmobiliaria, a pesar de la pandemia, sobre todo de torres departamentales, condominios, casas habitación, hoteles y centros comerciales.

    Ha tenido mucho que ver la carretera de cuota a Durango que comunica a grandes centros de población del bajío, la huasteca y ciudades del noreste del País, como Monterrey, Chihuahua, Torreón, etc. con el Océano Pacífico, pero me parece que lo que más ha influido es el up rate que le ha dado el Gobernador Quirino Ordaz a la ciudad, modernizando sus vialidades, remodelando el Centro Histórico y la realización de diferentes obras de infraestructura que eran necesarias, que han cambiado la cara de este puerto.

    Esta nueva cara ha generado que todos los fines de semana los hoteles y el destino en general, su ocupación se ubique por arriba del 90 por ciento. Toda esta actividad, genera y jala más inversión a la ciudad, con más vuelos nacionales e internacionales, nuevos hoteles (5 hoteles de grandes cadenas en construcción) restaurantes, comercio e industrias de diferente tipo. Igualmente han aumentado los ingresos del municipio al captar mayores impuestos en la compra venta de bienes inmuebles. Como las tasas de interés de los créditos hipotecarios en México ya han empezado a subir y subirán más este año, provocarán que disminuyan las ventas de departamentos, casas habitación y condominios al encarecerse el crédito.

    Aún así Mazatlán seguirá de moda y recibiendo más inversión por su ubicación privilegiada y fácil acceso por carretera. Habría que vigilar que el crecimiento de la ciudad sea ordenado, se cuiden sus bellezas naturales y se mantenga el mejoramiento de infraestructura y vialidades.

    Con el reciente aumento de parte de Banco de México a la tasa de interés de los Cetes, hace más atractivo invertir en pesos que en dólares.

    Esta semana los Cetes a 28 días su tasa de interés se ubicó en el 4.30 por ciento, mientras que la tasa de interés de los Tresury Bills al mismo plazo se ubicó en 0.05 por ciento. A pesar de esto, ha salido del País mucho capital, que no van a regresar, porque el Gobierno de la 4T, tampoco ha hecho nada para retenerlos, ni los motiva a regresar, ya sea generando un ambiente de menor incertidumbre o mediante programas que incentiven la inversión extranjera. Más bien parece que quiere hacer lo contrario.

    Al 23 de junio de este año, los extranjeros tenían papeles mexicanos por 88 mil 819 millones de dólares, mientras que, en febrero del año pasado, el saldo era de 118 mil 376 millones de dólares, o sea, salieron casi 30 mil millones de dólares. Las AFORES son quienes han invertido en los mismos papeles que tenían los extranjeros, lo que demuestra su importancia para la estabilidad de las finanzas nacionales.

    El tipo de cambio se mantiene volátil entre los $20.10 y los $19.80, ha influido en sus altibajos, que la tasa de desempleo en EUA subió al 5.9 por ciento que le da espacio a la FED para no subir su tasa de referencia este año y mantener sus programas de apoyo.

    Todo esto nos hace suponer que las mayores presiones al tipo de cambio peso-dólar provendrán del exterior (fortaleza del dólar) en el segundo semestre del año. El tipo de cambio abajo de $20 es compra, haga inventario.

    Recibo correos electrónicos de lectores de esta columna, en donde relatan la odisea para conseguir las medicinas para sus familiares. No cabe duda que la pandemia ha puesto al descubierto la necesidad de modificar el esquema actual y desarrollar un buen sistema de salud en el país. No solo para controlar los contagios por Covid-19 si no también para seguir atendiendo al resto de las enfermedades, las cuales de pronto dejaron de ser importantes, pero no lo son. Como ejemplo, ahí están las quejas de los padres con hijos y familiares enfermos de cáncer que se quejan de la pobre atención en las clínicas y hospitales públicos, que no cuentan con las medicinas que requieren.

    La otra queja es el aumento en los contagios, en virtud del lento avance del programa de vacunación contra el Covid-19, sobre todo en la gente más joven. La desesperación y angustia de los afectados ante la nula atención va creciendo, ahí están como ejemplo los plantones en el aeropuerto y en hospitales de la ciudad de México.

    Es increíble que una historia de terror de esta naturaleza esté sucediendo en nuestro país, no debería de ser y todos debemos de levantar la voz. La raíz del problema es la pobre capacidad gerencial de los responsables del sector salud para resolver la problemática y que asignaron menos recursos al gasto de todo el sistema de salud mexicano. Por más que diga AMLO que tiene otras cifras, la realidad es otra. Si se revisa el presupuesto del gasto público del Gobierno de este año, lo increíble, es que el gasto en salud no es una prioridad.

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