Como en varios de estos artículos, los lectores piden se incluyan otros aspectos sobre las consecuencias de los cambios en el clima, pero habría que aclarar que, excepto las últimas reuniones mundiales sobre el tema, las propuestas del Presidente Joe Biden, con todo y el enorme presupuesto de 2 billones de dólares y el compromiso de lograr cero emisiones de contaminantes a la atmósfera para el año 2050 en su país, así como las expectativas que ha levantado la 26ta. conferencia llamada COP26 en Glasgow, Escocia, el impulso que se espera de Estados Unidos porque es, después de China, el principal contaminante del mundo, lo que este país logre será muy significativo.
Sin embargo, aparte de los compromisos que se obtengan en estas reuniones, pocas buenas noticias se pueden contar, en cambio, las malas noticias son muchas y graves, principalmente en lo referente a México ante el ridículo internacional del Presidente López Obrador como invitado a la cumbre global sobre el clima convocada por Joe Biden, donde habló de migración, de los nuevos yacimientos petroleros en México y de sus planes de producir más gasolina; se tomó más de los 3 minutos que le tocaban y sólo escuchó la intervención de la Vicepresidenta Kamala Harris para luego desconectarse de la reunión virtual y regresar hasta que fue su turno de hablar. Lo anterior demuestra no sólo su desinterés sino también su ignorancia sobre el tema, pues toda su política ambiental está basada en su programa “sembrando vida” para plantar algunos millones de árboles, aunque los efectos del cambio climático en México son terribles:
Según nota del periódico El Universal, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, en su informe de 2020 reporta que hubo 18 asesinatos de personas defensoras del medio ambiente y se registraron además 90 agresiones incluyendo ocho ligadas al proyecto del Tren Maya; se denuncia además que “los taladores y el sector de obras de vías de comunicación son los agresores contra personas, comunidades y organizaciones y lo peor es que en 26 de las agresiones, el agresor es un agente del Estado”.
En columna de Raymundo Riva Palacio se expone que, “Swiss R, analizó 48 países... entre los cuales México aparece como una de las 20 naciones más vulnerables por el cambio climático”, en tal forma que “si el calentamiento de la tierra se mantiene en 2 grados centígrados, la caída de PIB sería de hasta 8 por ciento...”
México también se encuentra entre los 15 países más contaminantes y la petrolera Pemex de las más contaminantes en el mundo, con 493 mil millones de toneladas de CO2 al medio ambiente. Por otro lado, México cayó del lugar 25 al 32 en el Índice de Desempeño frente al Cambio Climático.
La Comisión Nacional Forestal publicó en el periódico Reforma: que al 15 de abril se registraban 3,735 incendios en el año, afectando 127,110 hectáreas, la cifra más alta desde 2017 y ante ello, la Conafor no tiene suficiente personal y se le ha recortado su presupuesto de 720 millones de pesos en 2020 a 266 millones en 2021 y sólo cuenta con 1,618 combatientes de incendios para todo el país y según Gonzalo Chapala, coordinador de Políticas Públicas de la Red Mexicana de Organizaciones Campesinas Forestales “con menos recursos no se atienden los incendios... es una falsedad y casi una grosería decir que con menos se hace más”.
Según la prensa Reporte Índigo, México tiene un Sistema de Alerta Temprana con instrumentos meteorológicos y se tenía el plan de incluirlo en un modelo de vigilancia satelital pero por la falta de recursos, la idea se ha detenido.
El Heraldo de México publica que “las proyecciones de la organización “Climate Central”, las costas de diez Estados quedarían bajo las aguas para 2050, incluyendo partes de Tabasco, Campeche y Yucatán”.
El diario El Universal publica que el Lago de Cuitzeo, que fuera el segundo más grande del país, la sequía lo convirtió en basurero y cementerio de lanchas de pescadores abandonadas; y en La Jornada, se reporta que la laguna El Farallón en Veracruz ha perdido 75 por ciento de agua en tres años y según los pescadores, de tener varios metros de profundidad bajó a apenas 50 cm.
A pesar de los fenómenos expuestos, los recortes presupuestales dejan sin defensa a la población y a las dependencias responsables; el Fondo de Desastres Naturales que ejercía un gasto de 26 mil millones de pesos en 2018, para 2019 este régimen lo recortó a 14 mil millones de pesos y ya en 2020 sólo tenía 3,600 millones; para 2021, cero.
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