El asesinato de dos criaturas en Culiacán, junto con su padre, levantó la indignación de todo Sinaloa y fue motivo más que justificado para que el jueves 23 de los corrientes se diera una multitudinaria manifestación popular, en la cual, los participantes, expresaron su coraje e indignación por la ola de violencia que nos ha robado la paz, causando miles de muertes, desapariciones y daños patrimoniales; actos que han rebasado el tardío esfuerzo gubernamental para contener la acometida criminal.
Desgraciadamente, la expresión popular, la cual, reprochaba la muerte de dos inocentes criaturas y de su padre, clamaba por la paz y la destitución del Gobernador Rocha Moya, derivó en un violento asalto a las instalaciones del Palacio de Gobierno, manchando el legítimo reclamo, con una acción indeseable. Si como fuerza ciudadana queremos que de esta agotadora ola de violencia resurja otro Sinaloa, tendremos que hacer de lado las acciones descerrajas y reclamar con la fuerza de la razón.
Esperemos que ante el evento, no salga el Gobernador y sus corifeos a decirnos que la manifestación popular fue orquestada por sus adversarios políticos; por gente renuente a aceptar que lo que sucede en Sinaloa son casos aislados, los cuales, no perturban la normalidad. Es tanta la insensibilidad gubernamental, expresada en las declaraciones del propio Rocha Moya y su gente, que son capaces de salir a expresar eso y más.
Sin lugar a dudas, el Gobernador Rocha Moya se ha convertido en una papa caliente para la Presidencia de la República; una más de la que tienen, agregada a los hechos que están sucediendo en nuestro país vecino del norte.
No hay fecha que no llegue ni plazo que no se cumpla. Refrán que traigo a colación en virtud del arribo a la Presidencia estadounidense del millonario Donald John Trump, quien, desde la cúspide de su arrogancia, nos percibe no como socios comerciales de relevancia para su país, sino como favorecidos de su condescendencia, y por supuesto, como el patio trasero de su territorio, de ahí que por su decisión, ha determinado que los extranjeros deportados por su gobierno sean puestos en nuestro territorio, con todo lo que esto implica, social y económicamente.
La decisión unilateral del Presidente Trump de echar a nuestro País a los migrantes expulsados, no ha tenido ninguna respuesta contundente por parte de la Presidente Claudia Sheinbaum, a pesar de que la pretensión arbitraria del ejecutivo estadounidense, resulta una clara violación a nuestra soberanía nacional.
El factor Trump, hará que los planes de gobierno implementados por la actual administración federal, cambien de rumbo e igual sucederá con organismos globales que gestionan medidas en beneficio de toda la humanidad, como es el caso de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Acuerdo de París, de los cuales, el multimillonario gobernante ha decidido que el país de las barras y las estrellas, no continúe como miembro de los mismos, a pesar de que en la OMS se concentran esfuerzos multinacionales para hacerle frente a las amenazas de salud, como las pandemias y de que el Acuerdo de París, recoge la voluntad de los países participantes, de realizar acciones para disminuir gradualmente la emisión de gases por el uso de combustibles fósiles con el propósito de aminorar el avance del cambio climático, fenómeno en el cual, no cree el Mandatario norteamericano.
Cada quien, en su justa dimensión, Rocha y Trump, representan un serio problema para sus respectivos paisanos y del mundo, en el caso del norteamericano. ¡Buenos días!