Capturas masivas de narcos en Estados Unidos

09/10/2025 04:02
    En septiembre la DEA arrestó a mil 287 operadores del Cártel de Sinaloa y el CJNG en los Estados Unidos, golpeando sus redes de venta de droga al menudeo. Las redadas, fruto de inteligencia sistemática, dificultan la distribución de estupefacientes y muestran la pertinencia de replicar estos ejercicios en México.

    A inicios de septiembre, en concreto el día 9, la DEA anunció el arresto en los Estados Unidos de 617 colaboradores del Cártel de Sinaloa que se dedicaban a la venta de droga en diferentes ciudades y hace poco más de una semana, el 29 de septiembre, fueron arrestados, en el mismo país y por la misma agencia, 670 integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación.

    Se trata de dos grandes golpes a las redes de distribución de drogas de las dos principales organizaciones criminales mexicanas con presencia en los Estados Unidos, ya que en un mes fueron sacados de las calles de las grandes urbes mil 287 operadores. Estos mega arrestos no han recibido la cobertura mediática, ni la importancia que merecen.

    Se suele priorizar el arresto de los grandes capos de la droga o de sus operadores más cercanos, lo cual sin duda es importante, pero hay que tomar en cuenta que el eslabón que genera más dinero para las organizaciones criminales son los vendedores que llevan el producto al consumidor final, es decir, los capos pueden encargarse de la logística de los grandes embarques, pero la ganancia final está en la venta al menudeo en las calles.

    Quizá en estos mil 287 colaboradores del Cártel de Sinaloa y el CJNG no hay grandes nombres, pero en conjunto el impacto es mayúsculo, porque reclutar vendedores y distribuidores locales no es sencillo, se tiene que generar una relación de confianza, que puede tardar meses en solidificarse y perder de golpe a varios vendedores en distintas ciudades compromete la cadena de suministro y se traduce en pérdidas millonarias para dichas organizaciones.

    Además, genera paranoia en toda la red de vendedores, porque los que no fueron arrestados no tienen seguridad de que no los estén siguiendo a ellos también y sean los siguientes en la lista, por lo que dejan de vender por un tiempo o se cuidan más afectando la circulación del producto; también los reclutadores de vendedores actuarán con más sigilo, porque no podrán estar seguros de que alguno de los nuevos reclutas sean agentes encubiertos de la DEA.

    Por ende, los mega arrestos que se vieron en septiembre en los Estados Unidos constituyen un gran freno en la capacidad de venta de droga de los dos cárteles de mayor tamaño, que llegan en el peor momento para las organizaciones afectadas: el Cártel de Sinaloa vive una especie de guerra civil entre sus dos principales facciones y el CJNG enfrenta muchas disputadas en distintas partes del México contra varias organizaciones criminales, y la venta de drogas en Estados Unidos es la principal fuente de ingresos de las dos organizaciones.

    Cuando un líder es arrestado, las organizaciones suelen encontrar rápido a un sustituto en cuestión de días; a veces se generan disputas y rompimientos, pero siempre hay candidatos para tomar el mando. Pero cuando se despoja a una red de más de 600 nodos de golpe, dicha red queda afectada por meses, y si bien tarde o temprano puede reconstruirse, será un proceso lento por las razones ya explicadas.

    Pero si adicional a los golpes ya dados se repite la receta en algunas ocasiones, el daño puede llegar a ser profundo y en varias regiones llegará a ser permanente, porque se tendrán que reconstruir varios brazos desde cero.

    Estos dos golpes también denotan una metodología de trabajo de la DEA, que utiliza la inteligencia y la sistematización de la información para llevar a cabo grandes golpes en contra de las organizaciones criminales. Es decir, no se trata de arrestar al primer operador de una organización que es identificado, sino de darle seguimiento, interceptar sus llamadas, ver con quienes se junta y hace negocios, incluso tratar de infiltrar en su operación a agentes, esto con el objetivo de ir identificando más miembros de una red, y cuando se tiene ya un mapeo amplio, arrestar a la mayor cantidad de integrantes a la vez para dar golpes lo más letales posibles.

    En México en cambio no tenemos esa lógica de trabajo. Cuando hay arrestos múltiples la mayoría de las veces no es producto de la planificación, por lo que resulta importante aprender de experiencias exitosas como las de la DEA y aplicarlas al contexto mexicano.

    Por ejemplo, si después de meses de investigación se arrestan a más de 100 integrantes de la red de corrupción que controla la entrada de huachicol fiscal en las aduanas del país, se podría reducir de forma sustancial dicho delito, pero al actuar contra un menor número de actores se permite que estas redes se reconstruyan con mayor rapidez y el problema persiste.

    De forma que una tarea pendiente para las fuerzas de seguridad en México es desarrollar sus capacidades de inteligencia y procesamiento de la información, para que en pocos años podamos implementar operaciones de arrestos simultáneos de gran escala en diferentes partes del país, porque solo de esa manera podremos generar daños mayores a la operación de las organizaciones criminales.

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    El autor es profesor investigador de la Universidad Autónoma de Coahuila, especialista en seguridad pública y doctor en políticas públicas por el CIDE.