Caso de pasistas: ¿raja política para Cuén?
¿Quién y por qué retuvo a García y Cerón?

OBSERVATORIO
    Después de todo, incluyendo el afortunado desenlace, el que mayor provecho sacó de la coyuntura es el PAS y su cabecilla Héctor Melesio Cuén Ojeda, así como las siglas priista, panista y perredista que se dejaron arrastrar por la ola de agresividad con la cual el pasista bañó a instituciones, medios de comunicación y electores. Cuén no había tenido tanta prensa atendiéndolo desde que en época de pandemia fue Secretario de Salud y respecto a la actual circunstancia pasará tiempo antes de saber si la estrategia utilizada le redituará o quitará votos.

    Parece ser que avanza hacia un final feliz sin mayores explicaciones el caso de los dos militantes del Partido Sinaloense reportados el sábado como desaparecidos y que ayer se reencontraron con sus familias y con su líder político, Héctor Melesio Cuén Ojeda, sin conocerse si el hecho delictivo en realidad existió, quién lo cometió y con cuáles motivos. Este episodio, y ello no está a discusión, le vino al PAS y Cuén como anillo al dedo para lograr la gran visibilidad mediática que en otras circunstancias no hubiera obtenido en el arranque de las campañas electorales de candidatos a presidentes municipales, regidores y diputados locales.

    Es muy probable que la Fiscalía General del Estado omita detalles sobre la investigación que realizó y eche luz sobre los intersticios de la circunstancia que generó todo un escándalo político, dejando que la opinión pública siga jugando al malabarismo con las hipótesis que partidos y autoridades aportaron, agregadas a las teorías que los mismos ciudadanos elucubraron para consumo propio. El silencio que acontece después de sucesos que impactan en la gobernabilidad constituye total falta de respeto a los sinaloenses que tienen derecho a saber la verdad sea cual sea.

    Después de todo, incluyendo el afortunado desenlace, el que mayor provecho sacó de la coyuntura es el PAS y su cabecilla Héctor Melesio Cuén Ojeda, así como las siglas priista, panista y perredista que se dejaron arrastrar por la ola de agresividad con la cual el pasista bañó a instituciones, medios de comunicación y electores. Cuén no había tenido tanta prensa atendiéndolo desde que en época de pandemia fue Secretario de Salud y respecto a la actual circunstancia pasará tiempo antes de saber si la estrategia utilizada le redituará o quitará votos.

    Pero vale la pena, una vez que a Luis Alfonso García Corral y Juan Francisco Cerón Beltrán se les reporta ilesos, hacer el repaso de las acciones que emprendió Cuén Ojeda desde la conferencia de prensa a la que convocó el día de los hechos, 13 de abril por la tarde, acusando del “levantón” a elementos a bordo de una patrulla de la Policía Estatal y al día siguiente la imagen que ofrecía como prueba mostraba a una unidad de la Policía Municipal. Luego sacó a relucir a un tercer vehículo sospechoso, pero desde el inició le endilgó al Gobierno del Estado la comisión del delito.

    Al día siguiente, 14 de abril, convocó a otra rueda de prensa para respaldar la hipótesis de delincuencia política atacando a los pasistas, adjudicándole la culpa a “los malosos” que, especificó, se refería a “esa delincuencia organizada que es el Gobierno del Estado”. Y, como ya se le hizo costumbre, también atacó a medios de comunicación poniéndoles nombres: “Línea Directa son cómplices, Los Noticieristas son cómplices. No se hagan. Sabemos todo lo que reciben... Lo sé por José, Noroeste, Espejo, Alejandro Sicairos son cómplices ellos, son cómplices porque no reportan. Prácticamente se convirtieron en cuarto de guerra de esta delincuencia organizada que es el Gobierno del Estado”.

    Ese mismo día, el domingo, organizó una marcha a la una de la tarde a la que asistieron las lideresas de los partidos Revolucionario Institucional, Paola Gárate, y Acción Nacional, Roxana Rubio. Allí anunció que el PAS suspendía las campañas políticas por no existir condiciones para llevarlas a cabo. Y el lunes encabezó un plantón en las instalaciones de la Fiscalía estatal, a la que también asistió Oner Lazcano, dirigente del PRD, donde Cuén insistió que el gobierno ”no ha hecho nada, hemos tenido contacto con varios ministeriales y ni siquiera les han pasado la orden, la instrucción de que busquen a nuestros compañeros”.

    Y al oficializar ayer el Gobernador Rubén Rocha que García Corral y Cerón Beltrán “se encuentran en sus hogares, reunidos con sus familias”, Cuén Ojeda publicó en su cuenta en X que “con mucha alegría les comunico que nuestros compañeros Luis y Francisco ya están sanos y a salvos. Hoy es un día maravilloso para familiares y amigos que sufrimos la violencia que hoy se vive. Hacemos votos por vivir en paz y armonía, que sucesos tan terribles como el ocurrido dejen de estar presentes en nuestro día a día”, cambiando de discurso sin más explicaciones, exigencias ni agresiones.

    El llamado a desentrañar este guión kafkiano, sin admitir que ahora se le pretenda manejar como melodrama con el colofón de todos felices, tiene la pretensión de recalcar la importancia de que las instancias de seguridad y de procuración e impartición de justicia permitan que la sociedad entera sepa qué sucedió más allá de las cortinas de humo de índole política que seguramente serán desplegadas para ocultar las realidades y ficciones que apuntalen o desechen las hipótesis soltadas de uno u otro bando.

    Que las incriminaciones soltadas irresponsablemente sean sancionadas si quien las profirió no las sustenta con pruebas. Que los que privaron de la libertad a los dos pasistas, o aquellos que los retuvieron como coartada electoral, paguen las correspondientes consecuencias jurídicas. Esto es lo menos que se le puede exigir a la justicia cuando el Estado de derecho prevalece sobre los atropellos y la incitación a arrasar con lo divergente.

    Reverso

    Si le desentraña la directriz,

    A este episodio pasista,

    El pueblo hallará una pista,

    De para quien fue el final feliz.

    Lo que Cuén dicte

    Durante los tres días que tomó el affaire de pasistas desaparecidos, Héctor Melesio Cuén Ojeda llevó la rectoría y acaparó los reflectores de las campañas de la Coalición Fuerza y Corazón por Sinaloa, jalando hacia sus designios a las dirigentes del PRI, Paola Gárate, y del PAN, Roxana Rubio. Y como ambas lideresas no han realizado el correspondiente deslinde cabe la pregunta de si suscriben todas las acciones y acusaciones que enderezó el dirigente fáctico del PAS, inclusive la temeraria acusación que lanzó a medios de comunicación desde su torcida concepción donde reconoce la valía de la libertad de expresión sólo si le sirve a sus muy particulares intereses.

    -

    sicairos6204@gmail.com

    Periodismo ético, profesional y útil para ti.

    Suscríbete y ayudanos a seguir
    formando ciudadanos.


    Suscríbete
    Regístrate para leer nuestro artículo
    Esto nos ayuda a identificarte mejor al poder ofrecerte información y servicios justo a tus necesidades al recibir ayuda de nuestros anunciantes.


    ¡Regístrate gratis!