¿Cómo convertirse en magneto después de la vacuna Covid-19?

    Las vacunas son seguras y solo generan reacciones adversas en una minoría ínfima de la población. El único superpoder que confieren, es el de no sufrir gravemente la enfermedad Covid-19.

    Magneto es un personaje ficticio de Marvel Comics creado en 1963 por Stan Lee y Jack Kirby como adversario de los X-Men. Este supervillano es un mutante que nació con la habilidad de generar y controlar campos magnéticos. Magneto considera a los mutantes como seres evolutivamente superiores a los humanos y rechaza la posibilidad de coexistencia pacífica entre humanos y mutantes.

    Recibí la vacuna Covid-19 hace un par de semanas y aún sigo esperando desarrollar superpoderes.

    De acuerdo con “algunas personas”, la vacuna Covid-19 no solo nos concede anticuerpos y células de memoria contra el coronavirus, sino que también convierte a nuestro cuerpo en un magneto. Esto no se debe a nuestras atractivas personalidades, sino a esos microchips incluidos en la vacuna con el fin de convertirnos en peones de algún maquiavélico juego de ajedrez inalámbrico 5G.

    Estos individuos demuestran cómo algunas monedas y otros artículos metálicos se quedan adheridos al cuerpo justo después de ser inyectados con la vacuna. ¿Qué más evidencia necesitamos?

    Los “magnetos humanos” no son nada novedoso, abundan videos de personas que pueden pegar cucharas, monedas, llaves, y hasta martillos en sus cuerpos. Esto se debe a la misma razón por la cual las lagartijas pueden adherirse a las paredes y techos, a las fuerzas de Van der Waals.

    En el Siglo 19, el físico holandés Van der Waals se dio cuenta de que las moléculas de los gases y líquidos son pegajosas, es decir, se atraen unas a otras. Esta atracción es electrostática y se produce a pesar de que las moléculas no estén cargadas eléctricamente (mismo número de electrones y protones).

    Esto ocurre por la distribución no homogénea de la carga de una molécula, por los distintos centros de masa de los electrones y de los protones (éstos últimos en el núcleo de los átomos). La distribución no homogénea de la carga fluctúa a lo largo del tiempo por agitación térmica creando polos (negativo y positivo). El resultado es la fuerza atractiva de Van der Waals.

    Aunque son fuerzas que permiten que todos los materiales se atraigan, son fuerzas de corto alcance que solo funcionan si las distancias son suficientemente pequeñas. Estas fuerzas son uno de los mecanismos de adhesión de los pegamentos.

    La noción de que las vacunas contra Covid-19 contienen materiales que nos vuelven magnéticos es ridículo. Estas vacunas no contienen material paramagnético, y aún si así fuera, no serían suficientes para crear un campo magnético detectable.

    Nuestros cuerpos tienen una considerable cantidad de hierro, alrededor de 3.5 gramos. Nuestros hígados están cargados de dicho metal y estos no son arrancados de nuestro cuerpo cuando nos hacen una resonancia magnética. Asimismo, cuando alguien se inyecta o toma suplementos con hierro tampoco adquiere superpoderes magnéticos.

    Las vacunas son seguras y solo generan reacciones adversas en una minoría ínfima de la población. El único superpoder que confieren, es el de no sufrir gravemente la enfermedad Covid-19.

    Si se encuentran con un “magneto humano”, pueden despojarlo de su poder tan solo aplicando talco a la parte del cuerpo donde pegan el artículo metálico.

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