"¿Cómo es ser joven en un mundo de chavorrucos?"
Si existe una etapa llena de cambios y descubrimientos que frecuentemente son todo un reto de asimilar, para los jóvenes y sus padres, esta es la adolescencia, esta etapa tan importante en otras épocas estaba muy bien diferenciada por sus comportamientos. Algunos, como mi mamá, le denominaban incluso “la edad de la puntada o punzada”
Hoy los expertos en comportamiento humano nos demuestran cómo la edad cronológica de la adolescencia se desplazó por las exposiciones que sufren nuestros hijos en todos los medios de comunicación y dentro del mismo hogar.
Hoy tenemos personas cronológicamente “adultas”, pero de comportamientos inmaduros, incrementando el reto de cómo apoyar a los jóvenes en superar con grandes experiencias esta etapa de su vida.
Si nos basamos en los síntomas más frecuentes podemos describir el tamaño de desafío cuando quien debe acompañar se comparta de igual forma, lo que hoy muchos denominan chavorruco.
¿Se imaginan la transformación del diálogo ante un intercambio fuerte de ideas y conceptos desde dos miradas muy diferentes? La de un joven que cree saberlo y que puede con todo, y la del adulto que justifica en su experiencia de vida sus juicios y decisiones. ¿Quién va a aportar la mirada de madurez y reflexión profunda de los sucesos de la vida?
Si el adulto no madura su comunicación, esta posiblemente será interrumpida por la diferencia en las formas de mirar y vivir la vida, seguramente observaremos comportamientos irrespetuosos, sentimiento de frustración y sensaciones no deseadas, tales como, coraje, odio y la ira. El equilibrio de las conversaciones estará ausente si además de las diferencias de vivencias esta la inmadurez del aprendizaje ante los hechos no deseados.
Sabemos que la convivencia diaria se impregna de momentos agridulces que conducen al desapego “justificado” en la búsqueda de la propia identidad en el joven, y el respeto a la autoridad del adulto, ¿qué pasa cuando no se marca con límites claro, no es malo pensar diferencias el reto es optimizar las diferencias?
Se dice que el adulto que se comporta como joven (chavorruco) es un medio de posible evasión para intentar justificar nuestros comportamientos ante la negación aparente del dolor de corazón que nos producen las pérdidas de la vida.
Es importante mencionar que, en muchas ocasiones cuando no nos hacemos cargo de este proceso, se rebasa el tiempo de conflicto el periodo de adolescencia extendiéndose muchos años más de lo deseado y permitido en un proceso “normal” y buscaremos vivirlo en etapas siguientes. Existen personas que a los 60 años quieren tener 15, y pues no se puede.
Existe un argumento útil y válido que es: la adolescencia es una etapa muy bonita, llena de grandes aprendizajes, donde nuestros hijos buscan y deben descubrir su propia personalidad, intentando independizarse e iniciar el proceso de toma de decisiones para construir sus propios sueños. Pero es una etapa que debe ser superada. ¿Cómo le podemos hacer si nosotros no la hemos superados? ¿Cómo puedo ayudarle si yo no he cerrado ese ciclo?
Los retos que se presentan en este proceso de aprendizaje es poner en práctica lo que nos corresponde como adultos, ya sea como padres, maestros, guías y responsables de establecer límites buscando regalar lecciones de vida importantes para su vida futura. Es un hecho claro y contundente que, en la época actual, con una cercanía estrecha, “casi adictiva” a instrumentos que facilitan el contacto con información real y no real, incrementan este reto.
Hoy, observando a pasajeros del mismo avión que me lleva de regreso a Mazatlán, me inquieta y me asusta: ¿Como chavorruco, puedo apoyar a los adolescentes a ser mejores personas? Me cuesta un reto pensar que, tomando a la par de ellos, si usando groserías y un lenguaje como ellos, si vistiendo con ropa más ligera que la de ellos, se puede generar una empatía verdadera. Espero ser una persona con apertura para entender, escuchar y guiar a un adolescente, pero con la madurez y experiencia para mostrarle un mundo retador que les espera, donde la vida es bella y vale la pena vivirla.
Ante el reto contante te invito ejercitarte emocionalmente visitando la página Oscar Garcia Coach.