El sainete Auditoría Superior de la Federación – NAIM Texcoco – López Obrador, es uno de los episodios más vergonzantes e indignos de la historia reciente en México. Brotan la docilidad de la ASF; el pésimo negocio que resultó no para el gobierno ni para el Ejército, sino para todos los mexicanos, la cancelación del Aeropuerto de Texcoco, así como las amenazas desde Palacio Nacional por el reporte financiero de la ASF que desnudó, desde el sábado pasado, la debacle financiera que han provocado AMLO y la 4T en dos años de gestión.

    “La cancelación del NAIM Texcoco significó la pérdida de 331 mil millones de pesos”, dictaminó inicialmente la ASF al divulgar la revisión de la Cuenta Pública del 2019. Entonces, el escándalo estalló no sólo por el daño patrimonial que había causado esta decisión ordenada de manera directa por López Obrador – quien en 2019 había dicho que las pérdidas serían de 100,000 millones de pesos -, sino por el rosario de irregularidades financieras que generó la 4T durante 2019, primer año de gobierno de AMLO.

    Es decir: no sólo fue cancelar el NAIM Texcoco lo que ha llevado a México a la desgracia económica, sino también, otra serie de operaciones financieras que de la mano de la 4T han provocado la quiebra patrimonial que hoy se refleja en crisis económica, desempleo, cierre de empresas, quiebra masiva de comercios, pandemia fuera de control, familias desamparadas, hospitales insuficientes, escasez de medicinas, y otras tantas calamidades que estallaron desde que AMLO llegó a la Presidencia.

    En esta circunstancia innegable y documentada de que México está viviendo la peor crisis económica de su historia reciente (en 1994 la caída del PIB fue de – 6.2 por ciento, y ahora es de – 8 por ciento), llegó la aclaración de la ASF, al señalar el lunes pasado que había “inconsistencias en la auditoría” y que el monto por la cancelación del NAIM “es menor al presentado inicialmente”.

    Entonces, la pregunta es:

    ¿De cuánto fue el daño patrimonial provocado por AMLO al cancelar el NAIM Texcoco? ¿De 300,000 millones de pesos? ¿De 250,000 millones? ¿De 200,000? ¿De 150,000? Cualquiera que sea la cifra, el quebranto financiero por el capricho presidencial ha provocado un profundo e irreversible deterioro a la economía mexicana.

    Sea cual sea la nueva cifra que reporte la ASF sobre lo que nos costó cancelar el NAIM, el quiebre financiero es indiscutible. El daño ya está hecho. Lo perdido por cancelar el NAIM nos llevará años en recuperarlo.

    Ojo: la ASF se refirió al NAIM pero, hasta la hora de entrega de esta columna, no había puesto en duda o desmentido las demás irregularidades financieras cometidas durante el primer año de gobierno de AMLO y la 4T que, se quiera reconocer o no, han llevado al país a una profunda crisis económica. No todo es el Aeropuerto.

    Las cifras son de escándalo:

    El reporte de la ASF incluye ribetes de corrupción en el ejercicio de recursos de la 4T: durante el primer año de gobierno de AMLO, se ejercieron, de manera irregular, 67,000 millones de pesos. Casi nada.

    En su primer año de operaciones, Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), causó un daño al erario por 3,396 millones de pesos.

    La CFE no utilizó 15,000 millones de pesos para proyectos de transmisión. Y advierte, textual: “No se ha definido su destino”. Léase: nadie sabe a dónde quedaron esas millonadas.

    Irregularidades, contratos a modo y posibles desfalcos en la CONADE por 186.7 millones de pesos.

    Estima en su informe pérdidas en la Refinería de Dos Bocas por 75 millones de pesos, que clasifica como daño al erario. Además, advierte que es inviable en lo económico, opaca en la asignación de contratos, no consideró los impactos ambientales y, por si eso fuera poco, se construyó sobre un predio que tiene “riesgos altos de inundación marina y fluvial”. Es decir: un desastre la dichosa refinería, otro capricho - obligado decirlo - de López Obrador.

    Pérdidas y corrupción por todas partes:

    “Jóvenes Construyendo el Futuro”, uno de los programas emblema de la 4T, tiene registradas a... ¡personas que no existen! e irregularidades por 66 millones de pesos.

    Pésimo ha sido el manejo económico realizado por AMLO y la 4T en dos años de gobierno, basado en 4 pilares: estatizar la economía al estilo de los años setentas con el resurgimiento de monopolios, aplicar un socialismo marxista, eliminar la inversión privada y pretender regresar a los años dorados del petróleo que jamás volverán.

    ¿El resultado?

    Pemex ha perdido 1 billón de pesos durante los dos años de gobierno de López Obrador por sus nostalgias petroleras. Es un barril sin fondo que ha arrastrado a una virtual bancarrota a las finanzas nacionales, que solo tienen abundancia para los proyectos (caprichos) inviables del Presidente: Aeropuerto Militar, Refinería y Tren Maya. Los demás, que se jodan.

    La Comisión Federal de Electricidad, dirigida por el consentido e intocable de AMLO, Manuel Bartlett, perdió, tan solo durante el primer semestre del 2020, 95 mil 600 millones de pesos. Pero nada de esto le importa a López Obrador quien pretende volver al monopolio eléctrico mediante una reforma regresiva, absurda y cara para los usuarios que elimina la participación de energías limpias y renovables, para sustituirlas por carbón. AMLO se asume como la reencarnación de López Mateos.

    Es la tragedia financiera y energética de nuestros días con la 4T.

    *****

    A los voceros de la 4T se les acabó la cantaleta de que “el PRI robó más”. Hoy por hoy, el quebranto financiero es mucho mayor con AMLO en Palacio Nacional. El daño patrimonial es mayúsculo.

    ¿Quién va a ir a prisión por este quebranto financiero, como es el caso de Rosario Robles?

    ¿Quién responde por uno de los mayores daños patrimoniales registrados en la historia reciente?

    ¿Quién ordenó o dispuso tal quiebra del patrimonio nacional?

    Sabemos la respuesta que tiene nombres y apellidos:

    Andrés Manuel López Obrador.

    *****

    El daño patrimonial causado a México por las descabelladas decisiones ideológicas de AMLO y la 4T, han generado un daño económico irreversible al presente y futuro de millones. Han destruido las bases del progreso, aniquilando empresas, negocios y comercios, a cambio de proyectos demenciales y obsoletos, así como regalar dinero – 200 mil millones de pesos de aquí a junio, anunció AMLO – a las bases electorales del gobierno con el propósito de seguir aceitando la maquinaria y la compra de votos para el próximo 6 de junio.

    Un Presidente desbocado. Una 4T fanatizada. Poderes legislativo y judicial sumisos a Palacio Nacional. Un país militarizado. Es el panorama desolador para el país.

    Huele a dictadura. Huele a Venezuela.

    Allí están los hechos.

    Y no los ven quienes no los quieren ver.

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