Conexión y relación

ÉTHOS
05/06/2023 04:17
    rfonseca@noroeste.com / rodifo54@hotmail.com
    Las plataformas digitales y las complejas redes sociales permiten una cierta familiaridad a través de la conexión, pero no se puede afirmar con toda propiedad que exista una nutritiva amistad. Empero, no negamos que esto pueda ser el comienzo de una auténtica relación, siempre y cuando no nos contentemos con forjar una red de cables, sino de personas con nombres, sueños, esperanzas, sufrimientos, rostros e historia.

    Los seres humanos estamos cada día más conectados digitalmente, pero podemos decir que establecemos muy pocas relaciones. El documento del Vaticano titulado Hacia una presencia plena, advierte: “La comunicación comienza con la conexión y se dirige hacia la relación, la comunidad y la comunión”.

    Sin embargo, muchas veces nos contentamos con lograr la conexión sin ir más allá, sin buscar la plena comunicación y comunión. La conexión física se consigue al unir unos simples cables, pero la relación humana es mucho más que una sencilla conexión.

    Aún más, podemos decir que debemos desconectarnos para alcanzar una auténtica comunicación. Sí, en efecto, desconectarnos del celular, de las redes, plataformas y dispositivos que nos permiten estar, tal vez, interconectados con los otros, pero, al mismo tiempo, sin mantener comunicación relacional con ellos; es decir, como precisa el documento: sin “un sentido de pertenencia, reciprocidad y solidaridad”.

    En otras palabras, las plataformas digitales y las complejas redes sociales permiten una cierta familiaridad a través de la conexión, pero no se puede afirmar con toda propiedad que exista una nutritiva amistad. Empero, no negamos que esto pueda ser el comienzo de una auténtica relación, siempre y cuando no nos contentemos con forjar una red de cables, sino de personas con nombres, sueños, esperanzas, sufrimientos, rostros e historia.

    Para ejemplificar lo expuesto basta aludir al fallecimiento de Rafael Ávila Zambrano, un amigo de juventud, que tuvo lugar el viernes. Tenía una semana “conectado” a la vida por una máquina y lo mantenían sedado, por lo que era incapaz de seguir cultivando relación con su familia y amigos; es decir, la conexión le proporcionaba una vida artificial. Metafóricamente, lo mismo puede sucedernos: mantenernos conectados a los dispositivos, pero desconectados de la relación vital con los demás.

    ¿Me relaciono o, simplemente, me conecto?