Consulta en la UAS, grito de auxilio
Rescatarla o abandonarla, el dilema
Están corriendo dos cuentas regresivas al mismo tiempo en la Universidad Autónoma de Sinaloa después de que el viernes la abrumadora mayoría de trabajadores de la institución educativa apoyó la reingeniería financiera y administrativa que propone el Rector Jesús Madueña Molina, y que la Secretaría de Educación Pública le exige implementar: una es para la casa de estudios que deberá presentar un modelo de jubilación autofinanciable y la otra para los jubilados que tendrán que aportar para que prevalezca el actual modelo universitario de retiro.
Aunque parezcan posiciones irreconciliables, una y otra poseen un punto de coincidencia que es la viabilidad de la UAS frente a políticas federales y estatales que fiscalizan los recursos destinados a las universidades públicas y postulan que el dinero se invierta en mejor educación y en consecuencia a mejores sistemas de enseñanza les correspondan más recursos otorgados a través de bolsas financieras extraordinarias.
En sí el Gobierno Federal es claro en el planteamiento de que desaparezca la jubilación dinámica no sólo en la UAS sino en las instituciones de educación superior de todo México y en el caso de Sinaloa es Madueña quien propone integrar el correspondiente fideicomiso en el que aporten la Universidad, el Gobierno de Sinaloa y los trabajadores en activo y jubilados para mantener el esquema vigente.
En tal encrucijada los jubilados y pensionados tendrán que razonar o sostenerse en la movilización permanente y extenuante si el Rector atiende la instrucción federal de anular la jubilación dinámica. Y lo que deba ocurrir sucederá a contrarreloj porque si la UAS no resuelve este tema quedará fuera de subsidios que le permitan hacerle frente a la crisis financiera presente.
Pero el Rector Madueña también tiene el tiempo limitado para ofrecer las señales indispensables e irrefutables en la reingeniería completa de las finanzas y la academia, cortando de tajo vicios, privilegios y absurdos que pesan bastante en el gasto institucional más allá de la carga que es la jubilación dinámica. Resolver lo de la gravosa nómina de trabajadores de confianza, efectuar el ajuste de sueldos en el aparato directivo, aplicar un plan de austeridad y transparentar todo el quehacer uaseño sin dejar puntos ciegos donde anide la opacidad, son algunas de estas acciones emergentes.
Por lo pronto, de aquí a noviembre Madueña deberá de rearmar la estrategia financiera de la Universidad fiel el mandato de los trabajadores que le dan el voto de confianza para que lleve el barco rosalino a buen puerto. Está en el justo momento de ser el Rector que realizó el barrido de lastres, canonjías y derroches que hoy tienen a la UAS postrada por la carencia de recursos económicos que la truncan en su razón de ser, o bien optar por cruzarse de brazos viendo el naufragio de la nave azul y oro.
Se trata la reedificación social y moral de la Universidad de un anhelo que los universitarios, los jubilados y pensionados inclusive, y los sinaloenses en general han exigido al menos en la década reciente por lo cual ha llegado el momento de empujar juntos hacia tales propósitos. Tiene un costo, por supuesto, para todos los participantes que deberá pagarse sacrificando intereses personalísimos y atendiendo el beneficio del alma máter, nuestra entrañable casa de todos.
De antemano, la Presidenta Claudia Sheinbaum y el Gobernador Rubén Rocha están obligados a garantizar que el saneamiento financiero y el fortalecimiento de la academia en la UAS también signifiquen las soluciones de viejos rezagos derivados de omisiones de los gobiernos nacional y local asestados a la Universidad. El reconocimiento de la plantilla laboral que ha tenido que crecer debido al alza de la matrícula escolar; la inversión por alumno que en la institución sinaloense se estima el 62 mil pesos frente a casos como Yucatán con 160 mil pesos y Colima con 140 mil pesos, así como la atención a pasivos acumulados históricamente, son algunas de las inequidades.
Entonces, en el reloj de la transformación de la UAS suena la hora de la gran acción colectiva, de gobierno, Universidad y sociedad, con manecillas que son como el látigo que espolea a las grandes decisiones. Con la advertencia de que si alguno de los actores o factores involucrados no atiende la circunstancia, en 2026 la crisis de ahora en la casa de estudios transmutará a alarmas y focos rojos a ras del colapso.
Y después de esta consulta,
Que decida el juicio social,
Si para su bien o para mal,
A la UAS mata o indulta.
Durante años fue una vergüenza para Mazatlán el paisaje de la Zona Dorada inundada con cualquier lluviecita, postales que los turistas capturaban y difundían en contra de la expectativa en los visitantes por encontrar un destino de playa para disfrutarlo y no la burda copia de la Venecia sinaloense. Y el sábado el torrencial aguacero les arrebató al Gobernador Rubén Rocha y la Alcaldesa Estrella Palacios la oportunidad de inaugurar la obra de drenaje pluvial y cárcamo de rebombeo en la avenida Camarón Sábalo, demostrando que el problema quedó resuelto. Más por sabia que por política, la naturaleza les recalcó el mérito al Mandatario estatal y a la principal Edil por ponerle fin a esta eterna queja de los mazatlecos.