Cosas que pasan

ÁGORA CIUDADANO
20/12/2025 04:02
    Hace días mi hijo participó en un torneo... veo que se suspende el juego de la cancha de enseguida de donde jugaba mi hijo, nos informan que hay “balacera”.
    Pasado el tiempo, el juego se reanuda, nos dicen que “son cosas que pasan” y obviamente el juego se reanuda, donde todos somos cómplices y buscamos el “aquí no ha pasado nada”, pero sí pasa.

    Estamos próximos a terminar el año, y es normal que queramos un “descanso”, especialmente a como hemos estado viviendo en Sinaloa desde el año pasado, por lo que no hablaremos de violencia, solo basta abrir las redes sociales o ver las noticias para ver que ésta no ha disminuido y que si salimos es la necesidad y el hartazgo el que nos mueve, el querer o tratar de hacer vida normal, que nosotros y los nuestros no vivan encerrados, para muestra le doy un ejemplo personal.

    Mi hijo juega basquetbol y creo que lo hace bien (sin duda mejor que el padre), en septiembre del año pasado obviamente se paró su actividad drásticamente en dicho deporte, el año pasado a punto de empezar un partido (el juego era a las 15:00 horas) asesinan a dos personas enfrente de la escuela en donde se jugaba ese torneo, aclaro que ni mi esposa ni yo acompañamos a nuestro hijo ese día por motivos laborales y que quien lo llevó fue uno de los papás de su compañero de equipo.

    Me contaron que a los niños los resguardaron y éstos, por iniciativa de una mamá, empezaron a rezar, en la noche que vi a mi hijo tanto su madre como yo tocamos el tema y parecía que no había mayor consecuencia, repito, esto fue el año pasado.

    Hace días mi hijo participó en un torneo por cuestiones administrativas tuvo que jugar tres juegos en un mismo día, el primero a las 11:00, el segundo a las 13:00 horas y el ultimo del día a las 17:00 horas, por cuestiones normales de los partidos, el último juego empezó como 20 minutos más tarde, les presumo que ese día todo el equipo jugó muy bien, se ganaron los primeros dos partidos, y en el segundo cuarto del tercer partido de repente, se escuchó un ruido como cuando un tráiler frena con el motor, yo estaba muy entrado en el juego, y de repente unos papás y personal de la escuela se paran y veo que se suspende el juego de la cancha de enseguida de donde jugaba mi hijo, nos informan que hay “balacera”, tomo a mi hijo y a un compañero de él, los abrazo y nos dirigimos a resguardarnos entre los edificios, sentándonos en el piso para evitar las ventanas de los salones mientras continuaba abrazándolos.

    Estuvimos algunos minutos ahí, pero para mi hijo fue un tiempo mayor, empezó a temblar y decirme que no quería salir nunca más de su casa, que ya era la segunda vez que pasaba, incluso, me empezó a recriminar que porque si era noche no habíamos regresado a casa, el otro compañero de mi hijo se quedó callado, sin embargo, lo notaba intranquilo, le pregunté que si quería le podía hablar a su papá, pero me dijo que no, otros papás y personal de la escuela tranquilizan a los demás niños, fue cuestión de unos minutos que no fueron nada agradables para ninguno de los presentes.

    Pasado el tiempo, el juego se reanuda, nos dicen que “son cosas que pasan” y obviamente el juego se reanuda, donde todos somos cómplices y buscamos el “aquí no ha pasado nada”, pero sí pasa, mi hijo al terminar el tercer cuarto me pide que nos vayamos, le avisó al profesor que nos iremos y en el camino veo que mi hijo dice algo en voz baja, pero no alcanzo a escucharlo, le pregunto qué es lo que está diciendo y me dice “estoy rezando”, lo dejo que continue, al finalizar me dice nuevamente que no quiere salir de la casa nunca, le digo que eso no es posible, que él tiene que salir, pero que tendremos más cuidado, acepta y me dice que por favor lo acompañe a los juegos, le digo que haré todo lo posible y cambio el tema, más tarde su mamá, con sus abrazos de madre, lo tranquiliza.

    Sé perfectamente que esto que cuento gracias a Dios no es una desgracia, es un día que desafortunadamente es “común” en Culiacán, en una ciudad donde nuestras autoridades nos invitan a salir, a vivir, pero que en caso de que algo suceda, pues son cosas que pasan.

    PD.- La próxima vez que nos leamos ya habrá pasado Navidad, deseo de todo corazón que pueda vivir un momento de PAZ y felicidad, junto a sus seres queridos, que haya abrazos, de esos que uno guarda en el corazón.