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"Contexto Financiero"

"Cotizar en bolsa (2ª de 2 partes)"

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CONTEXTO FINANCIERO

    Continuando con nuestra colaboración anterior, referente al proceso para que una empresa cotice en bolsa, paralelamente a la contratación de una banca de inversión para administrar el proceso de emisión, la empresa deberá elegir una calificadora de valores. La calificación otorgada a un emisor, mide la probabilidad de que una entidad cumpla con sus obligaciones financieras. Las calificaciones de emisiones, también miden la probabilidad de que el emisor no pague el valor de las emisiones a su vencimiento y cumpla con los pagos de intereses programados. Por lo tanto, las clasificaciones que utilizan las calificadoras son una forma de medir el riesgo. Una vez realizado lo anterior, la empresa candidata a emitir valores deberá presentar su solicitud de inscripción ante la bolsa y ante la autoridad. En México el recinto bursátil es la Bolsa Mexicana de Valores y la autoridad es la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
    La empresa en proceso de emisión deberá de generar un documento formal llamado prospecto de colocación. El prospecto es el documento fuente de toda la información corporativa, legal y financiera relacionada con la empresa y los valores a listar. Esta información debe ser revelada con anticipación a la oferta pública. Este documento es indispensable para el listado de deuda o de capital y será el documento con el que contará el gran público inversionista para tomar una decisión y adquirir los valores objeto de oferta pública.
    Finalmente, la empresa deberá promoverse entre el público inversionista para asegurar una colocación exitosa y un apetito suficiente por parte de los inversionistas. Esto lo hará en mancuerna con la banca de inversión que fue contratada para administrar el proceso. La empresa deberá promover los beneficios potenciales que los inversionistas podrían obtener al colocar sus recursos en su emisión, básicamente debido a su historial y a sus proyecciones. Comúnmente se hace uso de, además del prospecto de colocación, de giras presenciales conocidas como road shows, en donde funcionarios de la banca de inversión y directivos de la empresa candidata a colocarse hablan de la nueva emisión ante inversionistas selectos para tratar de generar interés en la nueva opción de inversión.
    En promedio, en México la comisión por colocación en una OPI ronda entre el 2.5 y el 3.5 por ciento, pero adicionalmente, hay que pagar entre 1.5 y 2 por ciento de otros gastos, como contadores, abogados e inscripción en bolsa, entre otros. El costo de entrar a la bolsa mexicana es menor que en Estados Unidos, ya que México es un mercado menos profundo y desarrollado que las bolsas neoyorquinas. En Estados Unidos, el costo es más alto, ya que sólo la comisión de los intermediarios colocadores llega a ser de entre el 5.0 y 7.0 por ciento.
    De los gastos totales relacionados con la emisión de acciones en México, más de tres cuartas partes se quedan en manos de los intermediarios colocadores de la oferta, es decir, las bancas de inversión de los grupos financieros. El porcentaje restante, alrededor de 20 por ciento, va para la bolsa, por los trámites de colocación y registro, así como a asesores externos y gastos relacionados con el road show. Según algunos analistas el proceso para preparar a una empresa en hacerse pública inicia dos años antes del día en que se realiza la salida al mercado y conlleva la preparación de estados financieros y formación de gobierno corporativo, además de esperar un buen momento en los mercados.
    Una vez colocadas las acciones en bolsa, la empresa deberá programarse para cubrir ciertos costos, relacionados principalmente con los formadores de mercado, los analistas y corredurías que darán seguimiento y recomendaciones sobre la emisora y las publicaciones periódicas, cada tres meses, de estados financieros dictaminados a la bolsa de valores. Además, la empresa emisora podría incurrir en costos adicionales al requerírsele un departamento especializado de relaciones con inversionistas, así como comunicados eventuales por eventos relevantes y cambios abruptos en el precio de mercado de la acción.
    Obviando algunos otros detalles técnicos, los recién mencionados son los pasos básicos para que una empresa coloque sus acciones en bolsa. Cabe mencionar que la empresa emisora sólo recibirá recursos frescos de parte del público inversionista en la colocación de valores, que se conoce como mercado primario. Una vez que los valores se encuentran cotizando en bolsa y se intercambian de manos entre los inversionistas, no hay repercusión alguna para la empresa emitida. El precio en el mercado secundario sólo afectará a la emisora cuando desee colocar nuevos valores en el mercado o cuando desee recomprarlos total o parcialmente de él.
    Para finalizar, es importante señalar que la fuente de financiamiento más transparente y eficiente para una empresa es precisamente el mercado de valores, que lejos de ser un escaño esnobista, es una herramienta muy útil para el financiamiento de empresas formales y con proyecciones de crecimiento. Sin embargo, los inversionistas deben de recordar siempre que los mercados accionarios, si bien pueden reportar altos rendimientos, siempre conllevan riesgos. Que tenga un excelente fin de semana; nos vemos el próximo viernes.
     

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