Cuando convergen la evidencia científica, la experiencia de las comunidades costeras y el respaldo de miles de personas, el cambio se vuelve posible. Hay un movimiento que cada día crece y al unísono hacen un llamado que ya no puede ignorarse: el Golfo de México debe ser protegido.
En las costas de Yucatán, Campeche, Tabasco y Veracruz, más de 40 colectivos de pescadores, personas dedicadas a la protección de tortugas y organizaciones se han sumado a esta exigencia, nacida de quienes han resistido décadas de abandono y desprotección.
Los pescadores del Comité de Manejo Punta del Tigre en Isla Aguada dedican horas a limpiar chapopote de sus redes mientras las especies de interés pesquero disminuyen. Tortugueros de Laguna de Términos ven chapopote en los caparazones de las tortugas que intentan proteger. Las mujeres de la cooperativa “Las Bonitas”, en Alvarado, Veracruz, enfrentan la triple vulnerabilidad del machismo, la falta de reconocimiento y los derrames petroleros.
Desde las aulas universitarias, en comunidades costeras, en espacios de diálogo, todas estas realidades son atravesadas por la pregunta de Cristina Pacheco y Guadalupe Cobos, desplazadas climáticas de El Bosque, Tabasco: “¿Cuántas comunidades más van a tener que dejar sus territorios y formas de vida?”.
La ciencia reconoce que sólo se ha explorado el 0.001 por ciento del mar profundo del Golfo de México. En sus aguas existen ecosistemas que tardarían cientos de años en recuperarse de cualquier daño, incluidos los derrames ocasionados por la exploración y extracción de hidrocarburos. Como advierte el doctor Luca Ferrari, el sector petrolero mexicano se encuentra en declive y cada vez es más difícil y costosa la extracción de petróleo, lo que deja menos recursos para atender la problemática ambiental.
Organizaciones ambientalistas como Oceana, la Alianza Mexicana Contra el Fracking, CEMDA y Greenpeace México también levantan la voz y exigen al Gobierno mexicano compromisos concretos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. El Golfo de México, como regulador climático vital a nivel mundial, debe estar en el centro de estas estrategias.
Más de 40 mil personas se han sumado con su firma a la campaña “El Golfo de México nos une”. Desde todos los rincones del País, cada actor evidencia desde su trinchera las necesidades y que estamos en momento crucial para proteger esta región.
La ciencia expone la vulnerabilidad del mar profundo. Las comunidades costeras comparten sus testimonios de resistencia. Las organizaciones impulsan cambios en la política pública y acompañan las voces de miles de personas que hacen eco de la misma exigencia: Presidenta Claudia Sheinbaum y Secretaria de Medio Ambiente, Alicia Bárcena, deben proteger el Golfo de México y prohibir la extracción y exploración de hidrocarburos en aguas profundas.
Proteger este regulador climático vital es garantizar un medio ambiente sano, evitar que más comunidades sean desplazadas por la crisis climática y permitir vidas justas con trabajos dignos.
El Golfo de México nos une, y ese es el primer paso para protegerlo. ¿El gobierno mexicano escuchará este llamado?
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La autora es Claudia Carrillo, especialista en Comunicación en Oceana en México.