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"Observatorio"

"Culiacán sufre por gobierno retrógrado. Garrote a cruceros seguros en escuelas"

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OBSERVATORIO

    alexsicairos@hotmail.com

     

    Será similar a la cicatriz por golpe de garrote de neandertal, la marca que le dejará a Culiacán la cancelación que hizo el Alcalde Jesús Estrada Ferreiro de la obra para el cruce escolar seguro de la primaria Ángel Flores. La decadencia de una autoridad que defiende el paso veloz de los automóviles por encima de la seguridad de los niños es un aviso a tiempo de la pérdida de toda sensatez gubernativa.

    Quédese para la historia la estampa del Presidente Municipal que se planta por la Avenida Álvaro Obregón y superando toda escena del film “La Ley de Herodes” se percata de que será difícil para los cafres circular a toda velocidad y ordena allanarles el paso. Que esperen los niños, en el municipio de México con mayor número de muertes infantiles debido a accidentes viales. Nunca se borre tal jeroglífico porque pronto necesitaremos desentrañarlo.

    Refleacciona y Céntrico lograron traer el programa Punto a Punto para la capital sinaloense, que beneficiará tres entornos escolares a través de recursos de una fundación suiza. Todo iba bien, los trabajos relativos a la escuela primaria Ángel Flores registraban un 75 por ciento de avance, pero un mal día el Alcalde sintió que era tiempo de causarle otro mal a Culiacán y procedió a despotricar y paralizar.  

    A los impulsores de este tipo de intervenciones civilizatorias ni siquiera se les notificó de la suspensión arbitraria. Acciones similares en otras partes de México y el mundo habían encontrado como aliada la mentalidad de las autoridades a favor de la modernidad, solo que en Culiacán un arranque súbito de ansiedad cavernícola pone en riesgo medidas de vanguardismo en movilidad urbana.

    Estrada Ferreiro mintió para justificar otro de sus arranques retrógrados. Afirma que la obra no respetó el proyecto original y eso no es cierto. El desplante de autoritarismo lo agrava con la mentira, porque los responsables del programa Punto a Punto han demostrado que la Avenida Obregón seguiría con tres carriles para el tránsito automovilístico y también considera la vocación de la calle para el transporte público.

    Nada nuevo, por cierto, aunque el rasgo mitómano sí sea intrigante. El comportamiento de Estrada Ferreiro le es fiel al talante atrabiliario que rige en Culiacán desde el primero de noviembre de 2018, con el debido inventario de disparates que buscan socavar la autonomía de todo aquello que huela a sociedad. ¿Acaso no se rebeló contra el mismo Congreso del Estado porque no le aprobó aumento en las tasas del impuesto predial? 

    Lo extraño es, en todo caso, que los culiacanenses le permitamos hacer lo que le venga en gana con la ciudad que es de todos y que las instituciones del gobierno y legislativas se crucen de brazos frente a la demolición de esta infraestructura de seguridad peatonal.  Ha llegado el tiempo de que los ciudadanos lo pongamos en su lugar antes de que le derribe otros cimientos a la gobernabilidad.

    Llama la atención que el gobierno de Quirino Ordaz no se pronuncie contra el más reciente desplante estradista a pesar de que será una mácula que evitará que organismos internacionales realicen aquí proyectos para la modernidad y sustentabilidad urbanas. El sentido social de garantizar la seguridad de los niños debería estar fuera del alcance de los aspavientos de políticos ineptos.

    Los gobiernos retardatarios provocan el atraso de los pueblos. El tiempo que Culiacán pierda a consecuencia de la miopía de sus autoridades resulta irrecuperable y lo que el Municipio no aproveche será  valorado por otras regiones que nos restregarán tarde o temprano los efectos del primitivismo político.

    ¿Vamos a seguir así? Pues entonces no nos quejemos después de lo que ahora soportamos en silencio.

     

    Reverso

    ¿Qué le pasa a don Jesús,

    Que no le atina a ninguna?

    ¿Se cayó de un metrobús,

    O de la rueda de la fortuna?

     

    Si el Gobernador quiere

    Cualquier cobarde embozado en el anonimato que permiten las plataformas digitales de comunicación se envalentona lo suficiente para amenazar, denostar y desestabilizar sin más argumento que el de la injuria, mientras la Policía Cibernética de Sinaloa es incapaz de detectar y llevar ante la justicia a esos criminales. Empiece, Gobernador Quirino Ordaz, con el caso del reportero de Ríodoce amenazado, Aarón Ibarra, a demostrar que aquí la ley es letra vigente y que el terrorismo por la Internet no pasará.

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