A los 70 años la vida se renueva y culmina, a pesar de que algunas personas sostengan lo contrario. Incluso, la Biblia contiene textos en los que se afirma que esa cifra es el límite de años que se puede alcanzar. Por ejemplo, en el Salmo 90, versículo 10, se dice: “Los días de nuestra vida llegan a setenta años; y en caso de (mayor) vigor, a ochenta años. Con todo, su orgullo es trabajo y pesar, porque pronto pasa, y volamos”.
De igual forma, existen muchas otras citas bíblicas en las que se anuncia que al final de 70 años de aflicción y tribulación, irrumpirán el gozo y la alegría: “Cuando se le hayan cumplido a Babilonia setenta años, yo os visitaré y cumpliré mi buena palabra de haceros volver a este lugar” (Jer 29,10).
Sin embargo, no debemos olvidar que los números en los escritos bíblicos están cargados de un fuerte simbolismo. El siete se considera un número pleno y perfecto; por eso, es normal que Dios haya creado el mundo en seis días y descanse el séptimo. Así, existen siete días de la semana y el leproso Naamán debe bañarse siete días en el río Jordán para quedar limpio. De igual forma, Josué marchó alrededor de Jericó siete días ante de que se desplomaran las murallas. Además, el candelabro judío contiene siete brazos y se debe perdonar setenta veces siete a quien ofende. Se podrían argüir muchas otras citas y pasajes, pero no queremos aburrir, sino simplemente explicar el simbolismo de los números.
Hoy, querida suegra, al cumplir 70 años, comienza para usted una gran bendición. La vida, dijimos al inicio, se renueva. Hoy llega a la plenitud y su horizonte se abre a una nueva creación. ¡Muchas felicidades!
¿Me renuevo constantemente?
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