Cuando los romanos escribían la biografía de un personaje la titulaban “De vita et moribus”, que puede traducirse como sobre la vida y costumbres, sobre la vida y comportamiento, sobre la vida y carácter.
“De vita et moribus Julli Agricolae” fue la biografía que Tácito escribió en el año 98 acerca de su suegro, Cneo Julio Agrícola, quien murió a los 53 años, y fue un gran Senador y destacado comandante en las contiendas militares en Inglaterra.
A la vez que rindió tributo al padre de su esposa, Tácito reseñó la antigua Britania y describió la rapacidad y avaricia mostrada por los romanos, así como la tiranía con que gobernó el emperador Domiciano.
Al final de la obra, el historiador romano resaltó la honestidad e incorruptibilidad de Julio Agrícola, quien falleció sin que se le tributaran los honores correspondientes. Comentó, incluso, que se propaló el rumor de que había sido envenenado por orden de Domiciano.
Tácito escribió: “Si existe un lugar para las almas de los píos, si las almas grandes -como dicen los sabios- no mueren con el cuerpo, tú reposas en paz. Y a nosotros, que somos tu familia, aléjanos de añoranzas inútiles y de llantos estériles. Llámanos a la contemplación de tus virtudes -puesto que no es lícito llorar ni lamentarse- para que con admiración y alabanzas inmortales te honremos: y si la naturaleza nos diera fuerza para ello, te imitemos”.
Añadió: “Esta es la verdadera honra que podemos hacerte y la piedad que cualquier pariente más cercano puede mostrar contigo... Porque a muchos de los antiguos, como hombres sin gloria ni nobleza, el olvido los sepultará. Agrícola, cuyos hechos se contarán y pasarán a los venideros (por mi medio), quedará perpetuamente vivo”.
¿Cómo se escribirá mi “De vita et moribus”?
@rodolfodiazf