Define el rumbo de tu empresa familiar fija los objetivos estratégicos a lograr para el 2021

    “Lo que consigues al conseguir tus metas no es tan importante como en lo que te conviertes al conseguir tus metas”. Henry David Thoreau

    Cuando hablo de una empresa familiar, no me refiero sólo al concepto típico donde se toma en cuenta la generación de utilidades; no, hablo de algo más profundo que eso, de un proyecto que comparten los miembros de la familia empresaria, el cual les genera valor y se nutre de los valores que ellos le proporcionan a su vez.

    Una empresa familiar es una entidad que en muchas ocasiones mezcla los sentimientos con el trabajo profesional, por lo que es fácil perder el rumbo hacia donde deben dirigirse todos sus integrantes; por eso me parece de gran importancia que toda empresa familiar establezca metas a cuya compleción orientará sus esfuerzos y, posteriormente, los pasos que dará para lograr las metas.

    Un fin, no un final

    En palabras simples, las metas proporcionan a los miembros de la empresa familiar un objetivo y dirigen sus acciones; adicionalmente, sirven para medir el éxito de una determinada compañía. Es por esto que considero que la manera en que enfoques el establecimiento de metas en tu empresa familiar será determinante para lograr que ésta trascienda de una generación a la siguiente (o siguientes).

    La mayoría de los fundadores de empresa coinciden en que los objetivos son importantes; sin embargo, pocos de ellos establecen planes de acción que les permitan conseguirlas ¡e incluso algunos ni siquiera las escriben! En mi opinión, el establecimiento de metas es una tarea laboriosa, aunque la labor será más fácil si lo haces desde el principio; una vez que has establecido por escrito tus objetivos y has comenzado a cumplirlos uno por uno, estoy seguro de que te sentirás impulsado a establecer aún más.

    A continuación, te propongo una serie de recomendaciones que te ayudarán a establecer las metas de tu empresa familiar, ¡toma nota!

    Ponle fecha

    Lo primero que debes hacer cuando redactes las metas de tu empresa familiar es establecer en qué periodo de tiempo deberán cumplirse, esto motivará a tu equipo a trabajar todos los días para lograrlas; divídelas entre aquéllas que son a corto, mediano y largo plazo, estableciendo objetivos mensuales, trimestrales, anuales y hasta a 5 años o a 10 años, ¡no tengas miedo de ver a futuro!

    ¿No sabes cómo generar metas a corto plazo, que sean realistas y útiles? Ten en cuenta las que son a mediano y largo plazo; por ejemplo, ¿deseas obtener una cantidad determinada de utilidades antes de, digamos, dos años? Ésas serán las metas “grandes” y tardadas a las que debe tender el trabajo de la empresa.

    Una vez determinadas las metas más tardadas, puedes trabajar hacia atrás, estableciendo pequeños pasos que te acerquen a cumplir el objetivo final; volviendo a nuestro ejemplo anterior, puedes crear una lista de acciones que deberá ejecutar tu equipo para lograr una determinada cantidad de utilidades a dos años. Puede ser que te topes con algunas dificultades en el proceso de creación de la lista, te recomiendo pedir la ayuda de tus consultores, colaboradores, empresarios o amigos con negocios similares; una vez finalizada, organiza esos pasos en metas ¡y comienza a cumplirlas!

    En caso de que este proceso te parezca difícil o no consigas fijar de manera clara e inmediata las metas a cumplir, ¡no te preocupes! Toma unos minutos, relájate y piensa cómo visualizas a tu empresa dentro de varios años. ¿Qué le falta para posicionarse en el lugar que sueñas para ella, y cuáles ajustes consideras necesarios para encaminarla al éxito? Cuando menos lo esperes, las ideas comenzarán a fluir, ¡y será momento de apuntarlas!

    Sé específico

    Mi segunda recomendación es que fijes metas específicas y medibles en el tiempo, es decir, que tengan un plazo límite de cumplimiento. ¿Deseas obtener nuevos clientes? Detalla al máximo, ponle cifra a ese deseo, ¿qué te parecen veinte nuevos clientes?, y especifica en cuánto tiempo deberán obtenerlos, ¿qué tal seis meses?

    Sé realista, muchas veces los empresarios establecen metas demasiado complicadas de lograr y cuando éstas no son cumplidas, se decepcionan o peor aún, buscan culpables donde simplemente no los hay. Claro, es válido fijar metas retadoras, ¡pero no imposibles!

    Enfócate en crear ventajas competitivas y que te ayuden a lograr tus objetivos; evita las metas que sólo te mantengan ocupado pero no sean adecuadas para el crecimiento de tu empresa. Te preguntarás ¿por qué es importante este punto? Simplemente porque, si no lo haces, con el paso del tiempo tus empleados se darán cuenta de que la meta no lleva ningún beneficio y no se esforzarán por lograrla.

    ¡Persiste!

    Procura lograr las metas que escribes; al determinarlas en plazos verás seguramente mejorará su cumplimiento. “Si empiezas a trabajar en tus metas, tus metas trabajarán para ti. Si empiezas a trabajar en tu plan, tu plan trabajará para usted. Cualquier cosa buena que construyamos terminará construyéndonos a nosotros”. Jim Rohn

    Con un plan de negocios bien definido, podrás ver cómo las metas tendrán un mayor orden y podrás evaluar mejor su avance. Estableciendo claramente los objetivos (y llevándolos a cabo en tiempo y forma), podrás darle un rumbo más seguro a tu negocio.

    En lo particular recomiendo el desarrollo e implementación de un presupuesto, mensual, trimestral, semestral o anual, una herramienta clave para que puedas visualizar tus objetivos en el corto plazo, para que al finalizar el ejercicio tengas manera de comparar lo esperado con la realidad.

    Revisar, revisar, revisar
    y modificar el plan y las acciones

    No hay que confiarnos, es importante revisar los objetivos y metas de manera constante; esto nos servirá para reformularlas, cubriendo los puntos débiles y reforzando nuestros aciertos.

    Te invito a mantener a la vista las objetivos y metas mensuales o a corto plazo. No hablo del sentido metafórico, sino literalmente; una buena idea es imprimirlas y tenerlas sobre tu escritorio, o a la vista en la pantalla de tu computadora; de esta manera, cada día sabrás qué te depara la jornada, que actividades debes hacer y qué objetivos debes lograr.

    Esto no quiere decir que puedes desentenderte de las metas anuales; revísalas cada mes, así podrás confirmar que tu empresa sigue en el camino correcto.

    Finalmente, no tengas miedo de ser flexible. Si el enfoque de tu empresa familiar cambia, no temas alterar los objetivos planteados; la flexibilidad es un componente fundamental para establecer y cumplir metas.

    Parafraseando a Fitzhugh Dodson: si no ubicamos nuestras metas, somos con un barco que zarpa sin un destino definido, ¿y quién tiene la fuerza de controlar un timón sin rumbo?

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